"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
lunes, 5 de mayo de 2025
URSULA K. LE GUIN
Silencio
Tuve
un pequeño desnudo pensamiento
deslizóse entre mis muslos
y corrió sin que lo cazaran
y voló sin que le enseñaran.
¡Oh mira qué veloz vuela!
Mi pensamiento bebé, mi pequeño
pájaro rosado va desnudo.
Debo coser palabra a palabra a palabra
y abotonar su ropa
y así crece y camina y habla y muere.
Cuando esté muerta busca la rosa
que crezca entre mis ojos.
Los pájaros se posarán sobre la espina y la hoja,
pájaros silenciosos nacidos al silencio.
Versión
de Diana Bellessi
GOETHE
La
fuerza de la costumbre
¡Amé
ya antes de ahora, mas ahora es cuando amo!
Antes era el esclavo; ahora el servidor soy.
De todos el esclavo en otro tiempo era;
a una beldad tan solo mi vasallaje doy;
que ella también me sirve, gustosa, a fuer de arnante,
¿cómo con otra alguna a complacerme voy?
¡Creer
imaginaba, pero ahora es cuando creo!
Y aunque raro parezca y hasta vituperable,
a la creyente grey muy gustoso me adhiero;
que al través de mil fuertes duras contrariedades,
de muy graves apuros e inminentes peligros,
todo de pronto leve se me hizo y tolerable.
¡Comidas
hacía antes, pero ahora es cuando como!
Buen humor y alegría bulléndome en el cuerpo,
al sentarme a la mesa todo pesar olvido.
Engulle aprisa el joven y se va de bureo;
a mí, en cambio, me place yantar en sitio alegre;
saboreo los manjares y en su olor me recreo.
¡Antaño
bebí, hoy es cuando bebo a gusto!
El vino nos eleva, nos hace soberanos
y las lenguas esclavas desata y manumite.
Sí, sedante bebida no escatiméis, hermanos,
que si del rancio vino los toneles se agotan,
ya en la bodega el nuevo mosto se está enranciando.
La
danza practiqué e hice su panegírico,
y en cuanto oía sonar la invitación al baile
ya estaba yo marcando mis honestas posturas.
Y aquel que muchas flores cortó primaverales,
por más que todas ellas a guardar no acertara,
siempre le queda, al menos, un ramo razonable.
¡Sus,
y a la obra de nuevo! No pienses ni caviles;
que quien amar no sabe a las floridas rosas
solo encuentra después espinas que le pinchen.
Del sol, hoy como ayer, fulge la enorme antorcha;
de las cabezas bajas aléjate prudente,
y haz que tu vida empiece de nuevo a cada hora.
DIEGO MOLDES
XLVII
No
te vi.
Junto
al árbol del sendero,
entre
las ramas yertas
y
las hierbas secas,
no
te vi.
No
te vi;
en
el bosque invernal,
ante
el aquelarre nocturno,
de
hermosas brujas desnudas,
no
te vi.
No
te vi,
entre
las zarzas y arbustos,
sobre
musgos congelados,
no
estabas:
todos
los pájaros habían volado.
De:
“Ni un día sin poesía”
CHARLOTTE VAN DEN BROECK.
Camaleón
(I)
La
habitación coge fiebre y la noche es la manta de retales. Primero el reclamo
después los temblores, así aguardamos las espaldas vueltas el uno hacia el
otro.
Dos arcos tensados.
Yo
podría, sí, aplastar tu espina dorsal
como plástico de burbujas.
Probablemente acabemos por perder toda sustancia aquello que en las cosas
cambiantes es permanente pero todo cambia y nada
sigue
igual a sí mismo, también nosotros
nos volvemos distintos, más lentos
nos salen escamas en las paletillas.
Enroscamos cada uno la lengua, llenamos la boca
de un disoluto callar. En el terrario la camaleona arde en silencio. Va tomando
el color de unas mejillas después de copular
de hombres que en vacaciones solo escriben postales a su bar habitual. Un rojo tal que hace que cualquier tonalidad parezca pudor.
De:
“Camaleón”
RAYMOND CARVER
Tu
perro se muere
Lo
atropella una furgoneta.
lo encuentras a la orilla de la carretera
y lo entierras.
te sientes mal.
te sientes mal por ti mismo,
pero te sientes peor por tu hija
porque era su mascota
y lo quería mucho.
solía canturrearle
y lo dejaba dormir en su cama.
escribes un poema sobre ello.
lo titulas un poema para tu hija
y trata del perro al que atropella una furgoneta,
de cómo te ocupaste de él,
lo llevaste al bosque
y lo enterraste hondo, muy hondo,
y el poema sale tan bien
que casi te alegras de que hayan atropellado
al pobre perro, si no, no habrías escrito
nunca ese poema.
entonces te sientas a escribir
un poema sobre la escritura de un poema
que trata de la muerte de ese perro,
pero mientras escribes oyes
a una mujer gritar
tu nombre, tu nombre de pila,
ambas sílabas,
y tu corazón se para.
dejas pasar un rato y vuelves a escribir.
ella grita de nuevo.
te preguntas cómo va a terminar esto.
Versión
de Jaime Priede
LUIS BAGUÉ QUÍLEZ
2
El
mar como una puerta giratoria.
El
cerrojo del mar. El mar donde naufragan
los romances moriscos y los campos de almendros,
la lámpara de aceite con siete extremidades.
El
mar abierto al sol del Nuevo Mundo.
El mar por el que entran Calibán y Atala,
la patata, el cacao, la viruela,
los cigarrillos rubios, el cultivo transgénico,
la limpieza de sangre y la libra de carne.
Sale
bisutería y entra oro.
Derogado
el principio de Arquímedes.
Bienvenido el teorema de Pitágoras.
Entran
los que salieron, los que no llegarán
a buen puerto, los de las mil
y una
noches a la deriva.
Ellos
heredarán las branquias de la tierra.
Ellos descubrirán el mar Mediterráneo.
Clima Mediterraneo
Desembarqué
en las Indias. Fundé Guanahaní.
Puse nombre a las cosas
porque no tenían nombre.
Los enseñé a rezar porque no tenían fe.
Les entregué mis sueños porque no tenían nada.
Perdí
el norte magnético.
Gané la eternidad.