lunes, 5 de mayo de 2025

LUIS BAGUÉ QUÍLEZ

  

 

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El mar como una puerta giratoria.

El cerrojo del mar. El mar donde naufragan
los romances moriscos y los campos de almendros,
la lámpara de aceite con siete extremidades.

El mar abierto al sol del Nuevo Mundo.
El mar por el que entran Calibán y Atala,
la patata, el cacao, la viruela,
los cigarrillos rubios, el cultivo transgénico,
la limpieza de sangre y la libra de carne.

Sale bisutería y entra oro.

Derogado el principio de Arquímedes.
Bienvenido el teorema de Pitágoras.

Entran los que salieron, los que no llegarán
a buen puerto, los de las mil
y una
noches a la deriva.

Ellos heredarán las branquias de la tierra.
Ellos descubrirán el mar Mediterráneo.
Clima Mediterraneo

Desembarqué en las Indias. Fundé Guanahaní.
Puse nombre a las cosas
porque no tenían nombre.
Los enseñé a rezar porque no tenían fe.
Les entregué mis sueños porque no tenían nada.

Perdí el norte magnético.
Gané la eternidad.

 

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