"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
martes, 1 de mayo de 2012
PIEDAD BONNETT
Me has enseñado a
respirar
Juan Gelman
Juan Gelman
Porque
ahora paso mi mano sobe el envés de las hojas y sé leer su alfabeto
y si cierro los ojos oigo correr un río y es tu voz que despierta
y si cierro los ojos oigo correr un río y es tu voz que despierta
porque
mi cuerpo comienza ahora en ti y acaba más allá de la lluvia
donde alcanzan tus brazos y el miedo acuartelado no vigila
donde alcanzan tus brazos y el miedo acuartelado no vigila
y
sé llamar las cosas
de modo que éstas salten se desnuden
y todo sea reciente
para mis ojos que aman en tus ojos
de modo que éstas salten se desnuden
y todo sea reciente
para mis ojos que aman en tus ojos
porque
en mi llanto crecen blandas plantas carnívoras
y mi sangre palpita como una iguana abierta
y mi sangre palpita como una iguana abierta
porque
ahora mi cuerpo recupera sus partes
y nace una piel nueva que derrota el verano
y nace una piel nueva que derrota el verano
porque
me has enseñado a respirar.
ADOLFO BURRIEL
Me
da la mano y me conduce
hasta la piedra,
me muestra su mirada
de actinia
y luego se desnuda,
moja mis labios
con un sabor a frutas incendiadas,
ata sus pies a mi cintura,
se agita
como una cabellera que desova
bajo el agua,
en mar su vientre se transforma,
hasta la piedra,
me muestra su mirada
de actinia
y luego se desnuda,
moja mis labios
con un sabor a frutas incendiadas,
ata sus pies a mi cintura,
se agita
como una cabellera que desova
bajo el agua,
en mar su vientre se transforma,
me
hace el amor quinientos años,
y llora.
y llora.
De "Colores desunidos”
ESTHER GIMÉNEZ
I
was thy will
If thy soul check thee that I come so near
Swear to thy blind soul that I was thy Will.
William Shakespeare
Swear to thy blind soul that I was thy Will.
William Shakespeare
I
Cuando
apenas me dejas sino ausencia,
el pétalo marchito de uno mismo;
cuando deshoja el tiempo tu apariencia
a ráfagas dentadas de cinismo;
el pétalo marchito de uno mismo;
cuando deshoja el tiempo tu apariencia
a ráfagas dentadas de cinismo;
cuando
los frutos yacen derrocados
y yo me suelto aún verde de tus ramas;
cuando crecen desiertos en los prados
como vaca voraz, envuelta en llamas;
y yo me suelto aún verde de tus ramas;
cuando crecen desiertos en los prados
como vaca voraz, envuelta en llamas;
cuando
no estás ni estoy, recuerdo el día
que El Ciclo interrumpió la flor señera;
al tiempo burló al tiempo que moría
para en ti ser perpetua primavera.
que El Ciclo interrumpió la flor señera;
al tiempo burló al tiempo que moría
para en ti ser perpetua primavera.
Porque
si al fin te ajases, no lo olvides:
mis versos recomponen sus ardides.
mis versos recomponen sus ardides.
II
No
ha de truncarse El Mundo
si tú no quieres.
Si es que fugaz te gusta,
será obediente.
si tú no quieres.
Si es que fugaz te gusta,
será obediente.
Pero
las plantas
dicen que entristecemos
si no nos hablan.
dicen que entristecemos
si no nos hablan.
FÉLIX GRANDE
Mira:
tengo en las manos un jarro de ternura,
ya no sé si es alegre o es triste estar contigo;
siento la lengua como a una chepa y no te digo
nada que signifique lo que nuestra aventura;
ya no sé si es alegre o es triste estar contigo;
siento la lengua como a una chepa y no te digo
nada que signifique lo que nuestra aventura;
y
estar juntos parece la creación entera,
cuánta creación debajo de nuestras cuatro sienes;
a ti y al tiempo tengo, a mí y al tiempo tienes:
somos ricos y pobres, como lengua sincera;
cuánta creación debajo de nuestras cuatro sienes;
a ti y al tiempo tengo, a mí y al tiempo tienes:
somos ricos y pobres, como lengua sincera;
como
lengua sincera destruimos, levantamos,
vivimos densamente y nos enamoramos
densamente, en silencio, sufriendo de emoción;
vivimos densamente y nos enamoramos
densamente, en silencio, sufriendo de emoción;
estar
juntos parece morir juntos, parece
un jarro de ternura, muy frágil, que estremece
de noción de principio y de fin a la creación.
un jarro de ternura, muy frágil, que estremece
de noción de principio y de fin a la creación.
LUIS GARCÍA MONTERO
Bajo
la luz quemada...
Bajo
la luz quemada,
tienen frío los ojos con que buscas
estas horas de octubre
y su jardín manchado de ginebra,
hojas secas, silencios
que de nosotros hablan al caerse.
tienen frío los ojos con que buscas
estas horas de octubre
y su jardín manchado de ginebra,
hojas secas, silencios
que de nosotros hablan al caerse.
Porque
si ya no existe,
aunque nadie se ocupe de sus solemnidades,
hay noches en que llega la verdad,
ese huésped incómodo,
para dejarnos sucios, vacíos, sin tabaco,
como en un restaurante de sillas boca arriba
ya punto de cerrar.
-Nos están esperando.
aunque nadie se ocupe de sus solemnidades,
hay noches en que llega la verdad,
ese huésped incómodo,
para dejarnos sucios, vacíos, sin tabaco,
como en un restaurante de sillas boca arriba
ya punto de cerrar.
-Nos están esperando.
Nada
sé contestarte,
sólo que soy consciente de mi propia ironía,
porque el hombre es un lobo también consigo mismo
-Nos están esperando.
sólo que soy consciente de mi propia ironía,
porque el hombre es un lobo también consigo mismo
-Nos están esperando.
Negras
y en alto, buitres silenciosos,
nos esperan las nubes en la calle.
nos esperan las nubes en la calle.
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