sábado, 20 de febrero de 2016


MARCELO DANIEL FERRER







Relámpago amordazado:
Purificas con fuego desde tu ennubecida entraña
Parafraseando en lo alto como una voz que clama.

Empírica marioneta de energía increada:
Iluminas con tu haz las fases de mi cara
Que busca un cauce en la tierra magra.

Solsticio invernal que desparrama gemas
Cual verdad enmascarada.

Candor de flama
Que fuerza al alma a huir del desierto
Con la esperanza de encontrar aquí un huerto.

Suelta el trueno
Y toda esa luz al espacio abierto...
Desamarra el freno
Que te tiene preso en el cielo...
Cuando agonice la noche, no serás secreto.

Dile que la amas
Que es ella la dueña de cada gema
Que desde tus ojos resbalan.
Que es ella energía increada
Que pone luz incandescente a tu mirada.
Dile que relampagueas en sueños
Rumbo al huerto donde florecen tus deseos.

En esta noche larga de tormentas inventadas...
Apacigua el alma,
Si ella te ama como tú la amas,
Serás testigo al alba
Cuando las estrellas digan hasta mañana.



RAMÓN VALDEZ



  
Niña de la arena



Niña que en la arena te encontré llorando,
Con un llanto blando, tu primer amor,
Orgullo de niña que se hallaba herido,
Tal vez un motivo que nunca existió.

Por algo que él dijo o no sé que cosa
Tu boca de rosa se te marchitó.
Y aquellos pucheros, los que se habían ido,
Vuelven del olvido a llorar tu amor.

De un mundo de mimos salís a la vida,
Y aquí,
No hay quien cuida de algún moretón,
Ya viene la noche niña de la arena
Recoge tu pena, mañana
Mañana habrá sol.


OTILIO VIGIL DIAZ




Tímpano de la montaña



Mi querida,
que es una negra retinta,
dulce y armoniosa como el cuello de una cítara
de ébano,
con pulpa de coco en la sonrisa
y esencia de mandrágora en los dobleces,
me aguardó en la talanquera
para decirme:
«el cabrón ha muerto».
En un lecho de piedras,
junto a los corrales,
pulido por su cuerpo velludo y rijoso,
está tendido el padre
y señor
del aprisco.
La luna de anoche amortajó su cadáver,
y el sol de esta mañana,
calentó las esponjas de sus barbas patriarcales.
En los libros de amor de Publio Ovidio Nasón
aprendió el arte de amar,
y conquistó mil borregas
con la siringa de Pan.
Para que no coman de su lúbrica carroña
famélicos canes,
le haremos exequias griegas en la sabana.


JULIO FLÓREZ ROA




Tus ojos




I

Ojos indefinibles, ojos grandes,
Como el cielo y el mar hondos y puros
Ojos como las selvas de los Andes;
Misteriosos, fantásticos y oscuros.


II

Ojos en cuyas místicas ojeras
Se ve el rastro de incógnitos pesares,
Cual se ve en la aridez de las riberas
La huella de las ondas de los mares.


III

Miradme con amor, eternamente,
Ojos de melancólicas pupilas,
Ojos que semejáis bajo su frente,
Pozos de aguas profundas y tranquilas.


IV

Miradme con amor, ojos divinos,
Que adornáis como soles su cabeza,
Y encima de sus labios purpurinos,
Parecéis dos abismos de tristeza.


V

Miradme con amor, fúlgidos ojos,
Y cuando muera yo, que os amo tanto
Verted sobre mis lívidos despojos,
El dulce manantial de vuestro llanto.



JORGE DEBRAVO




Este es mi amor



Este es mi amor, hermanos, este esfuerzo
denso, maduro, alto,
estos dedos agónicos y este
manojo de entusiasmo.

Yo no os amo dormidos:
Yo os amo combatiendo y trabajando,
haciendo hachas deicidas,
libertando.

Amo lo que de dioses se os revela
ante el miedo y el látigo,
lo que suda, viviente y guerrillero,
en el fondo del hueso americano,
lo que es amor no siendo más que carne,
lo que es lucha no siendo más que paso,
lo que es fuego no siendo más que grito,
lo que es hombre no siendo más que árbol.




MANUEL ALTOLAGUIRRE




Hoy puedo estar contigo...



Hoy puedo estar contigo. He deseado
para ti todo el bien y me acompaña
la bondad del amor. A ti te debo
gozar en soledad la compañía
más difícil del hombre, la que tiene
consigo mismo. No me causa miedo
reconocerme, ni busco a nadie, no.
Le has dado a mi semblante sin saberlo
una luz interior que me hace fuerte,
para vencer mayores soledades.