miércoles, 22 de mayo de 2013

VÍCTOR SANDOVAL





La vida breve



Mira esa inteligencia de reloj,
atenta, servicial, mas no pregunta,
no inquiere ni destruye forma o cálculo.
Empotrada en el muro mide el tiempo,
se oxida, se apolilla y no protesta.

Ж

El tiempo es una lucha de mutismos
válida para el suicida
que asiste a su próximo larvario de silencios,
denso cataclismo de estrellas subterráneas.
En la noche de perros de marfil y ganglios lunares
el suicida levanta su vaso de turquesas;
selvas de iniquidades fosforecen los ojos.
Un instante tan sólo dubita.
El consabido recado:
—No se culpe a nadie de mi muerte,
sólo que tengo más de cuarenta años.

Ж

En la plaza, bajo los laureles de la India,
los ancianos me miran
con sus ojos de heno y agua zarca.
Cuando me acerco a tocar a uno de ellos
se vuelve polvo entre las manos.

ALEJANDRA PIZARNIK





Solamente en las noches



escribiendo
he pedido, he perdido.

en esta noche en este mundo
abrazada a vos,
alegría del naufragio.

he querido sacrificar mis días y mis semanas
en las ceremonias del poema.

he implorado tanto
desde el fondo de los fondos
de mi escritura.

Coger y morir no tienen adjetivos.



FABRIZIO CARAMAGNA





Aforismos


11.
Un camello puede estar diez días sin beber. Un burro toda la vida sin soñar.


Traducción de Hiram Barrios


JUAN DOMINGO ARGÜELLES






Mi casa


Para Rosy y mis hijos Claudina y Juan


Ésta es mi casa.
Piedra por piedra fue levantándose
donde no había ninguna traza.

Donde ahora está, no había nada:
hierbas tan solo,
y el viento frío en la madrugada.

Después, un cuarto solo
―cuatro por cuatro―,
porque el amor no necesita tanto.

Ésta es mi casa.
Con los hijos creció, pero no es grande.
Es el amor lo que la expande.

Lo que sí tiene es libros, muchos libros
que se han ido llamando uno al otro,
y son más que los sueños
porque incluso los sueños
tienen derecho a irse
en busca de otros sueños.

Ésta es mi casa.
Abro la puerta y el aire pasa,
y en el jardín la primavera
puebla de pasionarias la enredadera.

Durará más que nuestras vidas,
pero los dos que la habitamos
desde el primer instante, y que la vimos
transformarse y crecer,
aquí seguimos,
y somos, en esencia,
lo que fuimos.



LUIS GARCÍA MONTERO





Mujeres



Mañana de suburbio
y el autobús se acerca a la parada.

Hace frío en la calle, suavemente,
casi de despertar en primavera,
de ciudad que no ha entrado
todavía en calor.
Desde mi asiento veo a las mujeres,
con los ojos de sueño y la ropa sin brillo,
en busca de su horario de trabajo.

Suben y van dejando al descubierto,
en los cristales de la marquesina,
un anuncio de cuerpos escogidos
y de ropa interior.
Las muchachas nos miran a los ojos
desde el reino perfecto de su fotografía,
sin horarios, sin prisa,
obscenas como un sueño bronceado.

Yo me bajo en la próxima, murmuras.
Me conmueve el recuerdo
de tu piel blanca y triste
y la hermandad humilde de tu noche,
la mano que dejaste
olvidada en mi mano,
al venir de la ducha,
hace sólo un momento,
mientras yo me negaba a levantarme.

Que tengas un buen día,
que la suerte te busque
en tu casa pequeña y ordenada,
que la vida te trate dignamente.

NUNO JÚDICE





Exégesis



Abro la puerta del poema, atravieso
el corredor del verso y llego al atrio de la estrofa.
Busco, entre rimas y ritmos, una imagen – la única
que ilumina el sentido exacto de cada palabra,
y despoja de símbolos y metáforas a lo que leo. Poco
a poco, las sílabas resbalan por la superficie de la voz,
revelando el vidrio transparente
de las emociones. Lo empujo, como si fuera

una ventana, y el aire frío de la vida penetra
en el significado, haciéndome respirar
como cuando amanece, y todo se ve
nuevo y brillante, con la pureza luminosa
del cielo. En lo alto, donde debía estar la luna,
aparece tu rostro, y ya no necesito otras
imágenes, ahora que el poema te encontró.



Traducción de Blanca Luz Pulido


De “El misterio de la belleza” UANL-Capilla Alfonsina