viernes, 7 de febrero de 2020


JACK KEROUAC






Todo el día
usando un gorro
eso no estaba en mi cabeza


De: “American Haiku”



ANAHÍ MAYA GARVIZU


  


Traslación



Recojo flores para el nicho de mi amigo,
grandes mariposas revolotean sobre el pantano.
Escogimos la madera, medimos juntos el ataúd, 
dimos un sorbo de singani 
y nos despedimos con tranquilidad. 
Se nos ve zigzaguear en busca del porvenir
bordeando el sueño 
con la epidermis tornasol 
vagando distantes, tan débiles 
como bichos bioluminiscentes 
atascados en un charco inesperado.
Una especie de siesta donde hay música 
y -extrañas- guirnaldas balanceándose entre los dos.


HANS MAGNUS ENZENSBERGER





Modelo para una teoría del conocimiento



Aquí tienes una caja,
una caja grande
con una etiqueta que dice
caja.
Ábrela,
y dentro encontrarás una caja,
con una etiqueta que dice
caja dentro de una caja cuya etiqueta dice
caja.
Mira adentro
(de esta caja,
no de la otra)
y encontrarás una caja
con una etiqueta que dice...
y así sucesivamente,
y si sigues así,
encontrarás
tras esfuerzos infinitos
una caja infinitesimal
con una etiqueta
tan diminuta,
que lo que dice
se disuelve ante tus ojos.
Es una caja
que sólo existe
en tu imaginación.
Una caja perfectamente vacía.


De: "Los elíxires de la ciencia"
Versión de Heberto Padilla, con la colaboración de Hans Magnus Enzensberger y Michael Faber-Kaiser



JULIO TRUJILLO



  

Palatal



Poder mirar sin nombres,
como
antes,
poder hurtar las cosas de sus guantes.
Pero en el iris ya se forma
un alfabeto,
un glíglico fatal.
También el ojo está en el paladar.


HOWARD PHILLIPS LOVECRAFT





XXXVI. Continuidad



Hay en algunas cosas antiguas una huella
De una esencia vaga... más que un peso o una forma,
Un éter sutil, indeterminado,
Pero ligado a todas las leyes del tiempo y el espacio.
Un signo tenue y velado de continuidades
Que los ojos exteriores no llegan a descubrir;
De dimensiones encerradas que albergan los años idos,
Y fuera del alcance, salvo para llaves ocultas.
Me conmueve sobre todo cuando los rayos oblicuos del sol poniente
Iluminan viejas granjas en la ladera de una colina,
Y pintan de vida las formas que permanecen inmóviles
Desde hace siglos, menos quiméricas que todo esto que conocemos.
Bajo esa luz extraña siento que no estoy lejos
De la masa inmutable cuyos lados son las edades.


21 de diciembre de 1929- 4 de enero de 1930
Versión de Juan Antonio Santos y Sonia Trebelt


RAFAEL COURTOISIE





Las piedras de amar



          Los hijos de los Grises le arrebatan el gozo a las mujeres, justo en el último momento, justo cuando están por acabar. Los hijos de los Grises, en el último instante, se llevan esa gema invisible del sexo de las mujeres y hacen un collar de maravilla.
          En las noches cálidas, el collar hecho con los guijarros del gozo humedecido, palpita en la penumbra inmóvil, sin que nadie se adueñe del temblor. Los Grises ponen esos collares en las vitrinas de los museos, y quedan tontamente alegres por haberles quitado el gozo a las mujeres.
          Las perlas, algunas oscuras y otras claras, producen un latido inmóvil y concéntrico, un espasmo translúcido que se pierde en el espacio silencioso. Pero las mujeres de los hijos de los Grises van, cada vez que pueden, a la aldea vecina, donde los hombres saben desprenderles del vientre esos cantos rodados, esas perlas opalinas y latientes, y las dejan flotando en la entrepierna, húmedas y tibias todo el tiempo, durante la eternidad que dura el acto.


De: "Umbría"