"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
miércoles, 18 de mayo de 2022
GERTRUDIS PEÑUELA
Íntima
Fue
tan tibia la felpa de las sombras,
que sin querer callamos,
y nos bebimos como vino añejo
la frase que tembló sobre los labios.
A pesar de no amarnos, en silencio
se troncharon las manos,
sin saber si acunábamos un sueño
o era el sopor de algún amor lejano.
Y también, sin saber por qué misterio,
nuestras bocas ajenas se juntaron,
y en las pupilas húmedas de ausencia
la tarde lila se quedó temblando.
Después,
en la maraña del reproche,
nos perdimos hablando,
y en la roca del alma se hizo sangre
la fruta mentirosa de los labios…
Tal
vez el viento de otras soledades
nos sorprenda llorando,
y entonces nacerá como eco roto
la frase que callamos…
BARBARA KÖHLER
Disolución
I guess he knows a lot about being
flattened to fit paper
Francesca
Woodman
estuve en la piedra y salí de ahí
la casa desollada me viene a la mente
y el recuerdo de la carne
y el hueso exterior encarnado
deteriorado y hallado demasiado fácil
un vestido de verano para todo el año
segundos desgastados
sensatez en las pestañas rocío en el pelo
papel tapiz bordes descritos
con palabras que nadie lee
así quedé fuera de ti
veo lo que no ves.
De: “Blaue Box”
Versión de Geraldine Gutiérrez-Wienken
LUIZA ROMÃO
ifigenia
la literatura occidental comenzó con una guerra
no la neblina de las grandes ciudades
hace tanto tiempo casi tal vez escucho
la literatura occidental comenzó con una masacre
eso respiras como quien navega
el libro permanece abierto mira
es mi turno de contar la historia
este pacto solo han sobrado las piedras
y los ríos sobre el asfalto esta niebla
ahora la llaman santuario
el semen sobre los labios seco
antes de la primera letra
antes del primer enigma
alguien ya rogaba misericordia
la canción estoy lista
también las niñas necesitan dormir
De: “Também guardamos pedras aquí”
Versión de Sofía Crespo Madrid
EDUARDO ESCOBAR
Busqué a Dios...
Busqué
a Dios con sinceridad y paciencia
En el directorio telefónico
En aguas mansas y turbias
Y en las precipitaciones de agua
Lo busqué en la ausencia de los que amamos
y en los desperfectos de nuestra mansedumbre
Me fui tras El por pequeñas ciudades
Busqué su fotografía cada mañana en los periódicos
Amé en la risa de las muchachas su risa
Y en la mirada de mi prójimo
Encontré muerte en todas partes
Pero buscar es lo que importa
MARIO BENEDETTI
Sirena
Tengo
la convicción de que no existes
y sin embargo te oigo cada noche
te invento a veces con mi vanidad
o mi desolación o mi modorra
del infinito mar viene su asombro
lo escucho como un salmo y pese a todo
tan convencido estoy de que no existes
que te aguardo en mi sueño para luego.
MAROSA DI GIORGIO
A veces, en el trecho de huerta que va desde el hogar…
A
veces, en el trecho de huerta que va desde el hogar
a la alcoba, se me aparecían los ángeles.
Alguno, quedaba allí de pie, en el aire, como un gallo
blanco -oh, su alarido-, como una llamarada de azucenas
blancas como la nieve o color rosa.
A veces, por los senderos de la huerta, algún ángel me
seguía casi rozándome; su sonrisa y su traje, cotidianos;
se parecía a algún pariente, a algún vecino (pero, aquel
plumaje gris, siniestro, cayéndole por la espalda
hasta los suelos…). Otros eran como mariposas negras
pintadas a la lámpara, a los techos, hasta que un día
se daban vuelta y les ardía el envés del ala, el pelo,
un número increíble.
Otros eran diminutos como moscas y violetas e iban
todo el día de aquí para allá y ésos no nos infundían miedo,
hasta les dejábamos un vasito de miel en el altar.
