domingo, 3 de agosto de 2025


 

LEONARDO ALEZONES LAU

 

 

¡sorpresa!
no hay lona sobre la que rebotar

DAVID GONZÁLEZ LOBO

 

 

 

Tú tiemblas

 

 

Tú tiemblas.
Te tiembla la voz, la boca y la camisa.
Tiemblas en el cuaderno.

Tú buscas en el agua.
Tú buscas en el espejo.
Tú buscas en el lecho.

Tú das hielo y fuego como si fueras una historia que tu
…..madre recuerda.
Tú das imán y vuelo como si fueras la demencia de tu
…..padre llamando a sus muertos.
Tú das cuerpo y recibes otro como la madre de tu madre y
…..las madres todas.

Recomienzas, con un dejo de ternura, a buscarlo.


 

PALOMA YEROVI CISNEROS

 

  

Madrugada



Nací antes del amanecer
entre la noche baja
y la mañana primera,
presa de la oscuridad
y de sus puertas,
en la plena
madurez del verano.

Fui madre desde niña
como tantas otras niñas,
a veces solas,
a veces con miedo.

Era del acantilado y su orilla,
era del parque también,
era lo que ahora soy
hasta que llegó
el final de la tarde
y tuve que volver a casa.



MAURIZIO MEDO

 

 


Amanuenses



1

Del conjuro de los viejos amanuenses
heredamos estos fósiles: un chancho,
un perro y la ballena. Del arca, el mascarón
de proa y cientos de astillas del bauprés

Heredamos la alucinación de estar al pie
del extramuro, ansiosos por volver
de la locura y medir los metros que
perdió el poema en la realidad.

Abajo, sus fantasmas, cautivos en escolios,
no ven el esfuerzo de la Miss por explicar
al detalle, en qué sala el grito bautismal.

A qué edad la extremaunción.

Si hubo ahí o no…

—¿Fatalidad es con mayúsculas?

—Dijo Ud. extrema…, ¿qué?

—¿Bautismal con v o b?

Los niños tampoco ven.

 

 

2

Ella alucina con Vallejo
en rúbea desolación.

Atrás Eielson azul, erídano
en el crepúsculo de Adán.

Los niños, entre cartularios y añalejos,
Se preguntan qué hay de poesía entre
las piezas del museo: la piedra alada
y un círculo de huesos. Son representaciones.
No las cosas que debimos heredar. De los viejos
amanuenses, a duras penas lecciones de poesía,
bien aprendidas para el examen bimestral.

 

 

3

Dejémosla alelada con la trama:
aromas noctívagos de absenta
revelan la imagen de una rosa
que seda en creciente encarnación

(música el funk improvisado
del flâneur. En perfecto claroscuro
el piano cimbra un tango inguinal
entre las sombras del bulín)

En otra altura la musa rumba ciega
ante el denuedo de quien escorza
un pálpito de amor contra su piel.

Más allá los poetas hipan rimas
contumaces& el deseo cuaja
salival en alquiler.

 

 

4

«Dolosa heredad» es una impronta
para el capítulo final. Ahora ella lee
aquel otro referido a la bohemia como
un limbo infatuante entre el véspero
y un agraz amanecer.

Pero, insiste:

—Colónidas con tilde.

Los niños copian coma aquí, apóstrofe allá,
mientras ríen de esas bizarras fotos retocadas:
líridas en poses baladí (como si modelaran)
y también de sus poemas, satinados en páginas
de gloria, la que fuérales negada de raíz.

Pero ella busca con qué
hacer soñar los pizarrones
(y con vanos leitmotivs
para el taller)

 


VERÓNICA JAFFÉ

 

 


 

Como cuando en un accidente
se pierde un pie o una mano,

como cuando a un roble o castaño
le cortan las ramas más grandes

sobrevino un sufrimiento o furia
parecido a un dolor fantasma.

Pero no. Lo perdido puede más,
quizás por menos evidente.

Como un viejo libro o país poema
apretado al cuerpo

para protegernos, ambos,
del torrente, de la lluvia,

la feroz jauría,
fantasmal espanto.

 

TIMO BERGER

 


 

Paisaje turístico



La silueta efímera de un caballo ancestral
recortado en un arco de hierro
letras que indican el nombre
del pueblo pesquero, hoy balneario
una banquina de metal
donde se sienta una mujer
para la toma.

Otros se agachan
detrás del mismo arco
apoyados los codos
en la tabla de metal.

Hacía el horizonte
los acantilados
sobre la desembocadura
del río ahora manso
la entrada de la cueva
con dibujos milenarios
sellada por un museo
que limita el acceso.