"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
jueves, 21 de noviembre de 2024
ANA ROMANO
Con embargo
Aspirantes
a chispas
en ojos camuflados
Mordazas
los colgajos
En los puntos suspensivos
contenido
un relincho
La mujer desbocada
sin embargo
muta.
PEDRO DERRANT
Aristófanes recapacita en la sobremesa
«Tal
vez sea cierto que estamos partidos
por
la mitad,
que antes
que
amaneciera el mundo fuimos otros. Tal vez
sea
cierto que algo vino luego, un rayo,
una
espada afiladísima, algo,
la
discordia, tal vez.
Amasijo
de tierra empapada en sangre: nosotros.
Uno
y otro, huérfanos ventrículos
que
buscan. Tal vez,
si
esto es cierto,
te
he encontrado.
Estamos
al final de los banquetes,
pero,
entonces, ¿por qué la sed?
Tal
vez, sí, tal vez
el
encuentro no sea
como
entre el agua y la boca en avidez abierta,
entre
el reposo y los miembros abatidos del cansancio.
Tal
vez sea más
como
el hueco que se forma en el dedo herido por la espina,
el
tajo del relámpago en el tronco en dos partido,
quizás,
como
el cerebro atravesado por la duda.
Tal
vez no somos el corte,
sino la sangre que brota;
tal
vez no los fragmentos del hueso fracturado,
sino el grito;
tal
vez no la carne exiliada por el parto,
sino
la muerte que han depositado en nuestras manos.»
NATALIA SCHAPIRO
No
sé si tengo que obligarme
a pensar otras cosas
sacudirme boca abajo
como
un frasco de azúcar
hasta
escupir los restos adheridos.
O quizás sin hacer
te vayas de mí
al estilo de los charcos de agua
en la vereda
que solos se van
respirando
hasta su extinción.
JUAN LEBRUN
a
Arturo Farage
Gorjea el
viento las mareas tempranas
y
los arreboles golpetean los tambores de madera de las plantas.
El
silencio de la guerra de las olas
sala
mis ojos bajo un mismo nombre: vida.
El
rapel toma mis canas.
En
el viento anochezco.
BENJAMÍN MARTÍNEZ
La
aparición de estos rostros en la multitud;
Pétalos
en una rama oscura y húmeda.
Ezra
Pound
Abren
el portal
frente
a mí
una
geisha
escucha
techno chill out
a su
diagonal
el
anciano
de
los mil collares
debajo
de
los tímpanos rotos
el
hombre de la patineta
se
abre paso
la
pequeña
recita
sus oraciones
al
dios palestino
frente
a ella
una
mujer
empuja
al tiempo
por
temor a las dudas
el
lobo gris
observa
el
movimiento
de
la seducción
y lame
su espera
por
la ventana
las
señales
del
equipo victorioso
dictan
otro duelo
la
alarma
no
es
un
botón rojo
ni
el aviso
del
conductor
la
geisha
sale
y
entra la diosa
beso
sus pies
el
cuero
de
sus sandalias
envuelve
mis huesos
la
mañana
con sus
loros reales
muestra
el sendero
camino
bajo sus alas
abre
el abecedario
de
esta mezquita
y
cumplo
su
promesa.
BELÉN OJEDA
Últimamente
he
desistido de los vuelos en ícarus
Los
niños son amantes
de
matar pájaros
con
tiros de honda