jueves, 24 de julio de 2014

LUIS PALÉS MATOS


 

La guajana




Como si una nube se hubiese dormido
Sobre la esmeralda del cañaveral,
Con un gris sedoso, media desteñido
La guajana flecha la vista espectral.

En su pesadumbre de esfuerzo perdido,
De una neurastenia lánguida, eternal,
Tiene la elocuencia sutil del olvido,
Y un sugestionismo lúgubre y fatal.

La llanura sufre la calenturienta
Sensación de un ansia; sobre ella revienta
La guajana coma el copo de amargar,

Y en aquella eterna sonata de almíbar,
Irrumpe la triste lágrima de acíbar
Como en la alegría revienta el dolor.

 

 

 

NICO MARINA


 

Por la marginal

 

Esta noche estoy triste,
Voy buscando un consuelo,
Y camino muy lento,
Por la orilla del mar,
La arena se hace amiga,
y le cuento mis penas,
y me acaricia el agua,
De las olas que van.

Y pienso en tantas cosas,
En tu voz...
en tu pelo,
En las cosas que un día
me pudiste contar,
Y mientras te recuerdo,
Se humedecen mis ojos,
Pues aunque no te veo,
No te puedo olvidar...

 

 

 

 

PEDRO LÓPEZ ADORNO


 

Interludio sureño

 

Puede ser la hoguera de la casualidad,
el paladar de un vacío. Fugaz en el hallazgo
los cuerpos aterrizan. Episodio,
contemplación, abismo,
melodía, seducción,
la metáfora de pájaros sedientos
que en la orilla zozobran. Puede
ser el gran olvido sobre la miel de
los glúteos. Temblores
de cielo
entre sílabas y no hay mejor
poema que esa pareja
de enemigos en el lecho. Puede
ser esa línea recta que lleva
al amor a New Orleans y del Mississippi
superfician los dones de la sombra, las salchichas
y mariscos testigos de la primera
cópula. Puede ser. Siempre
puede ser la blancura de la página la dueña
de ese jazz que sólo desde y sólo
hacia (o viceversa) puede ser sin
ser
asfixia.

 

FERNANDO TORREGROSA


 

Tus cabellera

 

¡Oh cabellera ardiente flotante y perfumada!
Cabellera de trenzas que azotan corazones
en las cumbres sombrías de la noche abrasada
Lucifer te constela con sus constelaciones...

¡Oh, serpiente de ojos de diamantes anudada
al marfil de tu cuello! Yo te doy mis canciones,
y doblego mi torso bajo las llamaradas,
de tus ojos que hieren como las maldiciones...

¡Oh, cabellera ungida de fragancias supremas!
Yo quisiera cubrirte de milagrosas gemas,
y adorarte en la sombra sublime de la noche...

Lléname de locuras; envuélveme en tus velos,
y dame los delirios sagrados de los cielos
en la embriaguez divina de un sol de medianoche...

 

 

 

 

PEDRO JUAN ÁVILA JUSTINIANO


 

Retorcer el tiempo

 

Ahora que han pasado cuatro años
el parásito de la melancolía
aguijoneó tantos recuerdos
que se secó.
Ahora que piensas
que llegaste demasiado confiado
a esa aventura
de aspiración a fiera entre barrotes.
Ahora que escupiste el último padrenuestro
quemando con sangre
las paredes de tu celda
ahora es el momento de retorcer el tiempo.

 

 

 

CLARA CUEVAS


 

El sol de mis manos

 

Sucede que me canso de ser mujer.
Sucede que no quiero más los pájaros,
los cuervos, los soles, los sonetos
El cariño mórbido del día a día.

Sucede que mis lunes no suceden.
Sucede que la sonrisa ya no quiere ser vista.
Solo el corazón pulsa, pero solo para si.
Y así siento que mi vida ya está lista.

Sucede que el camino está nublado,
y lo que veo son versos vacíos.
Y las flores que ya no coloren,
están marchitas de frío.

Esta es la juventud humana que vivo,
lejos de ser la vida que soñé.
Pero está en mis manos el camino
para seguir el sol que tanto deseé.