domingo, 20 de junio de 2021


 

RICHARD CRASHAW


 


Epigramas Divinos: En el milagro de los panes multiplicados.

  

 

Ves aquí una fiesta fácil que no conoce herida,
Que bajo los dientes del hambre será necesario estar en buen estado;
Una cosecha sutil de pan sin límites,
¿Qué queréis más? Aquí la comida en sí misma es alimento.

 

 

 

EARLE BIRNEY

 

 


El Greco: Espolio

 

 

El carpintero está concentrado en la presión de su mano

en el punzón y en el truco de dirigir su fuerza

a través del punzón hacia la madera, que es dura.

No tiene ningún esfuerzo que escatimar en despojos

ni en preocuparse de si lo cortarán en los dados.

Su habilidad es vital para la escena y la seguridad del estado.

Cualquiera puede realizar las indignidades. Son sus brazos duros

y su habilidad los que atraen las miradas de las mujeres del convicto.

Está el problema de conseguir los agujeros exactos

(en medio de esta multitud que se da codazos)

y lo suficientemente profundos como para sostener los picos

después de que se hayan hundido en esos pies descalzos

y muñecas inadecuadas que sabe que lo esperan detrás de él.

Tal vez no sienta que una de las manos

se sostiene en un gesto curioso sobre él –

¿dando o pidiendo perdón? -

pero apenas se tomaría el tiempo para desconcertarse por las poses.

Los criminales son de todo tipo,

como cualquiera sabe, quienes hacen cruces

son tan locos o cuerdos como los que deciden sus asesinatos.

Al menos nuestro uno ha estado callado hasta ahora,

aunque dicen que se metió en este problema

hijo de carpintero que tiene nociones de predicación

Bueno, aquí hay un hijo de carpintero que tendrá hijos carpinteros

si Dios quiere y construirá lo que se quiera

templos o mesas pesebres o cruces

y les dará forma decentemente

trabajando solo en esa abstracción firme y profunda

que borra los gritos de los traperos

Construir con las manos el peso de la rodilla el muslo reforzado

mantiene la espalda alejada de la muerte

Pero ahora es demasiado tarde para que el otro hijo del carpintero

regrese a esta paz antes de que se claven los clavos

 

 

EDUARDO MOGA

 


 

Alguien bosteza
ruidosamente. Fuera,
una amapola.

 

 

VICENTE GALLEGO

 

 


 

Las pausas de la vida

  

  

He fumado en las pausas de la vida
las lentas hojas de tabaco oscuro,
he cuidado mis plantas, y en la tarde
he aguardado escribiendo
aquello que se fue o lo que deseo
que en adelante llegue para así
poder perderlo todavía.
He aguardado fumando, y el tabaco
ha sido un dulce aroma, mi  esperanza
de tabacos más dulces, de otras  hojas
en las plantas que cuido y que deparan
una flor a mis ojos que todavía esperan.
Y cuando ya mis ojos no consigan
encontrar el camino alegre de la espera,
y cansados demanden una última pausa
para fumar en calma y recordar,
yo quisiera que entonces
mi vida hubiera dado una cosecha
apretada y hermosa,
lo mismo que la planta del tabaco,
que tal vez ya no sepa
conservar para mí el sabor que ahora tiene,
consolarme esos días.
Que mi vida suplante a ese tabaco
para poder prensarla, estando seca,
sentirla entre los dedos, llevármela a la boca.
Que el fuego la convierta en humo dulce,
en un último aroma.



 

 

EVA CERECERES

 

 

 

Desperte

 

 

Y soñé con tus besos, era época de amor y paz, la navidad llegaba ya.
y soñé con tus caricias, que encendieron el fuego y mitigaron las heridas
y soñé, soñé con un te quiero, que nació de unos labios ya secos, de un alma
ya cansada, de un corazón tal vez marchito.
Y soñé con un abrazo tan sincero cada vez que el sol salía,
y soñé con una sonrisa que me hechizaba y un mirada, a veces
me amaba
y soñé con horas de amor, de comprensión con horas de ilusión
pero desperté, y era primavera, y ya no había mas ternura en tus besos
desperté y ya no había pasión en esas caricias
ya no había más te quieros, solo abrazos obligados, ya no había sonrisas
ni miradas
Desperté, era primavera y ya no había nada...

 

 

ÁNGELA LEITE DE SOUZA

 


 

Mi deseo

 

 

Mi deseo

ahora:

 no tener ningún deseo

 o mejor,

 sentir gula

 del canto de un gallo

 fuera de hora

 sólo por el gusto

 de despertar

 en este pecho ajado

alguna aurora