jueves, 8 de diciembre de 2022



RICARDO POCHTAR

 


 

Hay una ola vacía,
desquiciada,
un cuadernillo errante
de la mar
que va soltando
letras de espuma
y en una orilla desierta
se desnuda.

 

 

RAFAEL ALCIDES PÉREZ

 

 

 

Recado a mi hijo Rafael


en aquellas noches
tú gozabas escondiéndote
donde yo no te encontrara,
y en efecto, tus raras
habilidades
me impedían encontrarte
aun teniéndote
a un lado o detrás de mí.

¡Qué cosa! ¿en cuál lugar de la nada se
habrá vuelto a meter?
¡Porque de la casa no ha salido!

Volvía a buscar en los clósets,
debajo de las camas,
hasta dentro de los libros me
ponía a buscar, y nada, jamás
logré encontrarte.

Tenías el don de hacerte invisible.
Tenías esa propiedad.

Aquellas noches, niño mío,
fueron mis Mil y una noches.
Dios las guarde
en tu memoria, mi rey.

Que repasándolas
logres descubrir
lo que por no haber aún
palabras para eso
quería pero no pude
decirte entonces,
cuando un día,
ya sin jugar,
sea yo, tu padre,
quien se esconda.

(enero 20, 2002)
 

 

CARMEN VERDE AROCHA

 

  

Danza de adobe
[Primera versión]

  

Nadie baila sin haber amado antes

Lo blanco del cielo
en las esquinas de las ventanas

Danzamos desnudos con la brisa

Aún no sabemos nada de nosotros

—¿Será cierto que el mar fue de terracota
y de madera hace tiempo?

Mis pies recostados a la pared
Todo gira lentamente hacia la sombra

Los dos somos niños
jugamos
a pulseras de bronce abanicos y bastones

Respiramos

Abajo el viento

Subes en dos voces
Llego a los huesos al besar tu piel

Acaso tiene sentido
¿Los zapatos de un metro para alcanzarte?
¿Callada sin equipaje cambiar mi vida?

Entre tanto soñaré
con niños abofeteados por pájaros violeta
con nuestros cuerpos dos mil años
con la quemadura del deseo
con mujeres que lloran flores
con guerras

Danzo sobre una falda de largos pliegues

Te acaricio en este ruido de pan

Una claridad extraña logra alcanzarme

Tu deseo coronado de eucaliptos y limón
en la pureza del más alto mediodía

bendiciéndome

 

De: “Canción gótica”

 

 

JULIA SANTIBÁÑEZ

 

  

Esas y no otras

 

 

A las casas pequeñas
las cuidan faroles en la puerta,
las resguardan vallas de arbusto.
A las niñas que viven dentro
nada las defiende en sus camitas,
nada,
de las noches confusas
y calladas.

  

De: “Eros una vez”

 

MARÍA CINTA MONTAGUT

 

 

 

Buscar en el camino las palabras
para explicar ese mismo camino,
las calles silenciosas
el ruido de las pisadas de los otros
por aceras ajenas
en ciudades lejanas
donde dolor, amor o círculo
se dicen de otro modo.
Siempre el viaje nos lleva a las palabras
y nos despierta el hambre
de conocer aquello que soñábamos solos
tendidos en la cama en las noches de insomnio

 

 

HARRY ALMELA

 

  

Te dueles y callas
por dentro de ti.
No se nota, piensas.
La miel te devora,
habla por ti detrás del cristal.
No huele, no sabe de tus plumas.
Tú lo interrogas y te retiras
sin esperar respuesta.
Te alejas lentamente por el borde
de esa roca. Y dices adiós con los ojos
 
 

De: “El terco amor”