jueves, 8 de diciembre de 2022

RAFAEL ALCIDES PÉREZ

 

 

 

Recado a mi hijo Rafael


en aquellas noches
tú gozabas escondiéndote
donde yo no te encontrara,
y en efecto, tus raras
habilidades
me impedían encontrarte
aun teniéndote
a un lado o detrás de mí.

¡Qué cosa! ¿en cuál lugar de la nada se
habrá vuelto a meter?
¡Porque de la casa no ha salido!

Volvía a buscar en los clósets,
debajo de las camas,
hasta dentro de los libros me
ponía a buscar, y nada, jamás
logré encontrarte.

Tenías el don de hacerte invisible.
Tenías esa propiedad.

Aquellas noches, niño mío,
fueron mis Mil y una noches.
Dios las guarde
en tu memoria, mi rey.

Que repasándolas
logres descubrir
lo que por no haber aún
palabras para eso
quería pero no pude
decirte entonces,
cuando un día,
ya sin jugar,
sea yo, tu padre,
quien se esconda.

(enero 20, 2002)
 

 

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