martes, 26 de abril de 2016


FEDERICO GARCÍA LORCA




La sombra de mi alma



La sombra de mi alma
huye por un ocaso de alfabetos,
niebla de libros
y palabras.

¡La sombra de mi alma!

He llegado a la línea donde cesa
la nostalgia
y la gota de llanto se transforma
alabastro de espíritu.

(¡La sombra de mi alma!)

El copo del dolor
se acaba,
pero queda la razón y la sustancia
de mi viejo mediodía de labios,
de mi viejo mediodía
de miradas.

Un turbio laberinto
de estrellas ahumadas
enreda mi ilusión
casi marchita.

¡La sombra de mi alma!

Y una alucinación
Me ordeña las miradas.
Veo la palabra amor
desmoronada.

¡Ruiseñor mío!
¡Ruiseñor!
¿Aún cantas?



Diciembre de 1919. (Madrid.)

RUBÉN DARÍO




VIII



Yo quisiera cincelarte
una rima
delicada y primorosa
como una aurea margarita,
o cubierta de irisada
pedrería,
o como un joyel de Oriente,
o una copa florentina.
Yo quisiera poder darte
una rima
como el collar de Zobeida,
el de perlas ormuzinas,
que huelen como las rosas
y que brillan
como el roció en los pétalos
de la flor recién nacida.
Yo quisiera poder darte
una rima
que llevara la amargura
de las hondas penas mías
entre el oro del engarce
de las frases cristalinas.
Yo quisiera poder darte
una rima
que no produjera en ti
la indiferencia o la risa,
sino que la contemplaras
en su pálida alegría,
y que, después de leerla... ,
te quedaras pensativa.


De: Rimas (1887)


CONCHA LAGOS



  
Me pregunto por ti



Me pregunto las más sencillas cosas,
ese porqué, que acaso nadie sabe,
costumbre de vivir sin rumbo fijo.

Me pregunto por ti desde el umbral
como el que dice al aire «buenos días»,
y de pronto descubre que está solo.

Me pregunto palabras sin respuesta,
tal vez para dejar en el recuerdo
tu presencia grabada hora tras hora.


UMBERTO SENEGAL



  
¿Para dónde
va la montaña
entre la niebla?



CONSTANTINO KAVAFIS




La ciudad



Dijiste: "Iré a otra ciudad, iré a otro mar.
Otra ciudad ha de hallarse mejor que ésta.
Todo esfuerzo mío es una condena escrita;
y está mi corazón - como un cadáver - sepultado.
Mi espíritu hasta cuándo permanecerá en este marasmo.
Donde mis ojos vuelva, donde quiera que mire
oscuras ruinas de mi vida veo aquí,
donde tantos años pasé y destruí y perdí".

Nuevas tierras no hallarás, no hallarás otros mares.
La ciudad te seguirá. Vagarás
por las mismas calles. Y en los mismos barrios te harás viejo
y en estas mismas casas encanecerás.
Siempre llegarás a esta ciudad. Para otro lugar -no esperes-
no hay barco para ti, no hay camino.
Así como tu vida la arruinaste aquí
en este rincón pequeño, en toda tierra la destruiste.


Versión de Miguel Castillo Didier



LUIS SEVILLA




Alguien.



“Alguien en algún lugar te espera,
sentado en su butaca come palomitas
y bebe rubia cerveza en lata.
Se ducha cada mañana con agua caliente
cuando aún está por despertar
y los sueños soñados se olvidan.
Quiere limpiar tu voz de su piel
cuando todo lo queda tras el jabón
eres tú.
Alguien piensa en ti
sin que sepas que cada hora de su jornada
está deseando salir para tener la libertad
de decirle tu nombre a las rejas
adornadas de flores de la fábrica.
Alguien sabe que no importa que su paseo
hacia su casa lo hace perdido en la desesperanza
de no tenerte;
y aún así alguien piensa en ti
sin que sepas una sola palabra.
Al atardecer abre el frigorífico
y prepara algo de cenar.
Ve programas de risa
esperando que aparezcas por alguna parte.
Una llamada, se dice,
una carta, se dice.
Alguien ve como anochece
en la ciudad de los guijarros sobre el aire,
se pone una copa,
y luego otra
quizá quiera emborracharse para atreverse
a salir de la oscuridad.
A veces se asoma a la ventana a ver como llegas a casa
aún cuando ni siquiera vives en su barrio.
Eso no le importa,
le gusta la idea de esperarte mientras desespera
sin que sepas una sola palabra
de todos los vasos que se van rompiendo,
las noches que despierta en medio de la madrugada
sudando tus manos que no le tocan,
y la recóndita esperanza
de olvidarte un día de estos
sin que sepas

que alguien ya no piensa en ti”.