Alguien.
“Alguien
en algún lugar te espera,
sentado
en su butaca come palomitas
y
bebe rubia cerveza en lata.
Se
ducha cada mañana con agua caliente
cuando
aún está por despertar
y los
sueños soñados se olvidan.
Quiere
limpiar tu voz de su piel
cuando
todo lo queda tras el jabón
eres
tú.
Alguien
piensa en ti
sin
que sepas que cada hora de su jornada
está
deseando salir para tener la libertad
de
decirle tu nombre a las rejas
adornadas
de flores de la fábrica.
Alguien
sabe que no importa que su paseo
hacia
su casa lo hace perdido en la desesperanza
de no
tenerte;
y aún
así alguien piensa en ti
sin
que sepas una sola palabra.
Al
atardecer abre el frigorífico
y
prepara algo de cenar.
Ve
programas de risa
esperando
que aparezcas por alguna parte.
Una
llamada, se dice,
una
carta, se dice.
Alguien
ve como anochece
en la
ciudad de los guijarros sobre el aire,
se
pone una copa,
y
luego otra
quizá
quiera emborracharse para atreverse
a
salir de la oscuridad.
A
veces se asoma a la ventana a ver como llegas a casa
aún
cuando ni siquiera vives en su barrio.
Eso
no le importa,
le
gusta la idea de esperarte mientras desespera
sin
que sepas una sola palabra
de
todos los vasos que se van rompiendo,
las
noches que despierta en medio de la madrugada
sudando
tus manos que no le tocan,
y la
recóndita esperanza
de
olvidarte un día de estos
sin
que sepas
que
alguien ya no piensa en ti”.
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