domingo, 3 de septiembre de 2017


ARIEL MONTOYA




Presea del recuerdo



Me viene tu recuerdo
desde las esquinas
y los semáforos
me sale al paso
cuando salgo del baño
o cuando entro a la oficina,
me persigue
hasta la estación
más cotidiana de mis quehaceres
me arrincona
en delirantes sótanos de tristeza,
me desparpaja el alma
cuando siento que algún día
no estés
de este lado
de mi vida.

Me embriagan los olores
de las flores
que yo interpreto como tuyos
añadiéndoles
el coraje
de tu aroma.

Tu recuerdo,
amor,
echa anclas al corazón
llora con la ternura
de un dinosaurio
detenido
en la prehistoria.

Es almohada,
primavera,
calor y sueño,
es charla común
con las estrellas y la brisa
es motivo
de discusión
en la alta
noche solitaria
en la que se derrumban
como escombros
mis delirios guardados.

Tu recuerdo está siempre en mí,
me viste
el alma,
me calza
el futuro,
es mi lente de contacto
para visualizar el universo
es la bufanda
para el viaje,
es la camisa
que cortinea
en mi pecho,
el telón
siempre descorrido
y
escénicamente preparado
para ofrecer
mis mejores
montajes amorosos;
mis sainetes,
fielmente reservados
para las tablas
almibaradas
de nuestro lecho.

Tu recuerdo
es mi bandera,
en su telar
la soberanía de mis lágrimas
se derrama,
con su asta
guío a pueblos
enteros
por diásporas
y esperanzas.
Es mi abrigo
para atemperar
los ingratos inviernos.

Hace la merienda
con los higos
de tus pies,
cena
con el paladar
de tu sexo,
mi mesa favorita
mi banquete de gala
acompañado
con el mantel
de tu cuerpo,
el vino
de tu sangre,
las naranjas
de tus senos,
y el bello
frutal
de tu pubis
donde mi carne,
desesperadamente,

como un muerto
sumido en la felicidad
se entierra.


De: Perfil de la Hoguera



JUAN JOSÉ MACÍAS




1



llueve como en sueños de san juan
como en la primera noche del diluvio

y no somos nosotros sino el cielo que interroga
dios que alza una plegaria al hombre



De: “Deo volente”

ESTEFANÍA ANGUEYRA




Haikú para Octavio Paz



Mi ser no cabe
en tus diecisiete sílabas
dolor del mundo



HAMLET AYALA LUGO




Alquimia



Transformar un silencio
en sumergido sollozo,
ceder al punto débil de la sal que es la noche
cuando me acuerdo: ¿cómo era ver tus pies descalzos
recargados en mi sillón, tú boca abajo,
celebrando la tranquilidad de mediatarde?
Ese halo de luz que se colaba a las 4:00
era el soplo final
en la receta de tu Alquimia.



KARL MARX




I



Tómalos, toma estos cantos
en donde todo es melodía,
toma este amor que a tus pies humilde se postra.
El alma, libre se aproxima en rayos brillantes.
¡Oh!, si el eco del canto es tan potente:
Para moverse alargado con dulces destellos,
para hacer latir el pulso apasionado que
tu orgulloso corazón erguirá sublime.
Entonces de lejos seré testigo
cómo la victoria te conduce a través de la luz.
Entonces más valiente pelearé por todo
Y mi música rugirá en lo alto
Transformada mi canción sonará más libre
Y en un dulce gemido llorará mi lira.


De: “Concluyendo Sonetos a Jenny”


MANUEL BECERRA




Cantos de sirena



I

Oigo tu canto, sirena,
lo escucho quedo y con calma,
lo siento apoyarse en mi alma
con apariencia terrena. 
Tu voz se me enrosca y llena
de paraíso mi oído.
Tras el disfraz del gemido
oigo tu voz que me canta,
y, sirena, en tu garganta
quedo en zozobra y herido.


II

Gemas de oro en tus cuerdas
me atan de piernas y manos
y con tus cantos tiranos
espero que no me pierdas
si en el camino recuerdas
que ya iba por mal sendero
desde antes que tu bolero,
desde antes que tú, sirena,
cantaras, ya estaba en pena
y perdido al aguacero.