miércoles, 27 de marzo de 2013

KAREN DEVIA







Los Espejos



Allá en lo alto
divisamos los espejos
tratando de atrapar nuestro reflejo

A la vuelta
un par de sombras
nos indican el camino
y sorteamos el viento
que golpea nuestros ojos

El opresor
cae
por
su
propio
peso

Mejor ver media sombra
o medio reflejo
para quién no conoce la locura
no ha sido mago centinela
ni alas
ni eslabón

Tenías hermano
la visión sellada a fuego
los espejos
eran
sólo
una cuestión de fe




EDUARDO CASAR





Domingo



Conozco a una mujer abierta por abajo.
Se le hace agua la boca
entre las piernas.

Me da la espalda pero no se aleja.

Nos volvemos a ver y se derrama.
Revuelve su cabello entre mi frente.

Parece que tuviera siete dedos
en una sola mano.

Sin ella no serviría el domingo.

No flotarían los barcos
en la fronda del agua.

Conozco a una mujer
abierta por abajo.

Ya tendría que comprar
más espejos.



JOSÉ MARTÍ




XI.–


Yo tengo un paje muy fiel
que me cuida y que me gruñe,
y al salir, me limpia y bruñe
mi corona de laurel.
Yo tengo un paje ejemplar
que no come, que no duerme
y que se acurruca a verme
trabajar y sollozar.
Salgo, y el vil se desliza
y en mi bolsillo aparece;
vuelvo, y el terco me ofrece
una taza de ceniza.
Si duermo, al rayar el día
se sienta junto a mi cama;
si escribo, sangre derrama
mi paje en la escribanía.
Mi paje, hombre de respeto,
al andar castañetea:
hiela mi paje, y chispea:
mi paje es un esqueleto.


De “Versos Sencillos”

FABIO MORABITO





Milán


Ya regresé a tu ausencia
de puentes y reflejos,
de amplios espacios libres,

marinos. Vuelvo al aire
amargo de tus plazas,
a tus patios estrechos.

No supiste enseñarme
a perderme, te debo
los frutos más oscuros

de mi alma: el rigor
al que aspiro, el odio
a todo lo que es falso
y mi pudor, mi calma.


De "Lotes baldíos"

CARLOS MURCIANO





  
Eres tú, no las olas

«...tú eres quien me acabas,
que las olas no.»
Pedro de Quirós


EL mar es como un niño consentido:
sobre la arena arroja a las gaviotas
y echa a rodar entre las olas rotas
los últimos recuerdos del olvido.

Arrastra ya el verano, malherido,
la desesperación de las derrotas.
Flota la luna en el poniente. Flotas
sobre mi corazón atardecido.

En el rincón más fiel de la bahía
arde tu cuerpo entre mis manos, mientras
arroja el mar sus besos y sus babas.

Baten las grandes olas mi agonía
y, a su compás, me buscas y me encuentras.
Y eres tú, no las olas, quien me acabas.

MIGUEL DE UNAMUNO





Dolor común



Cállate, corazón, son tus pesares
de los que no deben decirse, deja
se pudran en tu seno; si te aqueja
un dolor de ti solo no acíbares

a los demás la paz de sus hogares
con importuno grito. Esa tu queja,
siendo egoísta como es, refleja
tu vanidad no más. Nunca separes

tu dolor del común dolor humano,
busca el íntimo aquel en que radica
la hermandad que te liga con tu hermano,

el que agranda la mente y no la achica;
solitario y carnal es siempre vano;
sólo el dolor común nos santifica.