Domingo
Conozco
a una mujer abierta por abajo.
Se
le hace agua la boca
entre
las piernas.
Me
da la espalda pero no se aleja.
Nos
volvemos a ver y se derrama.
Revuelve
su cabello entre mi frente.
Parece
que tuviera siete dedos
en
una sola mano.
Sin
ella no serviría el domingo.
No
flotarían los barcos
en
la fronda del agua.
Conozco
a una mujer
abierta
por abajo.
Ya
tendría que comprar
más
espejos.
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