viernes, 26 de junio de 2020


ROBERT BROWNING





Despedida matutina



Al rodear el cabo de pronto vino el mar,
Y el sol examinó la silueta del monte:
Allí estaba un camino de oro para él,
Y el deseo de un mundo de hombres para mí.



JOSÉ BATRES MONTÚFAR





Décima de doble sentido, leyéndose de abajo arriba


  
Si crees, Silvia, que te quiero
crees muy bien, y crees muy mal
si crees que no soy formal,
si crees que soy embustero.
Crees, Silvia, lo verdadero
si crees que te amo de veras,
estás creyendo tonteras
si estás creyendo al revés.
Es mentira; y muy bien crees
si cierto mi amor creyeres.




LUIS LLORÉNS TORRES





A doña Panchita el sol…



A doña Panchita el sol
la hizo de carne trigueña.
El sol la hizo buena moza.
El sol la hizo buena hembra.

Le puso negro el cabello;
negras las pupilas negras;
le puso dulces los labios;
le puso dulce la lengua.

Dicen que dicen que doña Panchita
novia es del sol tropical que la besa.
Dicen que dicen que doña Panchita
siente que hierve la sangre en sus venas.

Dicen que dicen que doña Panchita
ha de pecar bajo el sol que la quema.
Dicen que dicen que si ella pecara
culpa seria del sol de su tierra.

Las flores perfuman.
Los pájaros vuelan.
Y doña Panchita
es hija de Eva.


SAFO





De veras, quisiera morirme…



De veras, quisiera morirme.
Al despedirse de mí llorando,
me musitó las siguientes palabras:
“Amada Safo, negra suerte la mía.
De verdad que me da mucha
pena tener que dejarte.” Y yo le respondí:
“Vete tranquila. Procura no olvidarte de mí,
porque bien sabes que yo siempre estaré a tu lado.
Y si no, quiero recordarte lo que tú olvidas:
cuantas horas felices hemos pasado juntas.
Han sido muchas las coronas de violetas,
de rosas, de flor de azafrán y de ramos de aneldo,
que junto a mí te ceñiste. Han sido muchos los
collares que colgaste de tu delicado cuello, tejidos
de flores fragantes por nuestras manos.
Han sido muchas las veces que derramaste
bálsamo de mirra y un ungüento regio sobre mi cabeza.”



WALLADA BINT AL-MUSTAKFI





Enamorado de Júpiter



Si fueras justo con el amor que existe entre nosotros,
no habrías escogido ni amarías a mi esclava;
has dejado una rama donde florece la hermosura
y te has vuelto a la rama sin frutos.
Sabes que soy la luna llena,
pero, por mi desdicha,
de Júpiter estás enamorado.



ELIZABETH BARRETT BROWNING





Almas de flores



Nos quedamos contigo, rezagadas,
las últimas de aquella muchedumbre,
como voz de quien canta
y sus propias canciones le enamoran.
Somos perfume y alma
de la flor y el capullo.
Tus pensamientos nos llevamos, cuando
nuestro aliento respiras,
hacia los amarantos de esplendores,
que en las colinas arden,
hacia tiernas campanas de los lirios
y grises heliotropos;
hacia llanos cubiertos de amapolas, que guardan
tal aliento de sueño y tal sonrojo,
que, al cruzarlas, los ángeles
habrán de parecerte más blancos todavía;
hacia el sesgo del río, de ajo silvestre orlado,
donde te solazaste un día entero,
hasta que tu sonrisa trocábase en devota
y el rezo florecía;
hacia la rosa oculta en el boscaje,
que vertía sus gotas de rocío en tu sueño;
y hacia aquellos asfódelos floridos
donde tu paso hundiste.
Tiramos de tu ropa
y tu pelo alisamos;
desfallecemos entre nuestras quejas
y sufrimos, perdidas por los aires.