martes, 1 de agosto de 2017


AMALIA LATEANO




Soneto póstumo



Bosque de cantos que extirpó la historia
de los cogollos, de la madre tierra,
cuando la noche con crueldad entierra
entre mi barrio. Soledad notoria.

Pichón soñado por la vana gloria
en mis honduras la corriente aterra.
Guarda el recuerdo y soledad encierra
las horas lentas de sutil euforia.

Por ser tan largo se perdió el verano
aquel susurro, de tu voz tan fresca
¿Cómo podré salir de cruel rellano?

En este fuego me consumo, yesca
que por perderte te he llorado en vano
porque en el célico eres fina muesca.-



GONZALO ROJAS




Diáspora 60



A sangre, B costumbre, C decisión
y así más allá de Z,
zumbido
mental del fósforo,
cráneo
cráter, carácter,
acostémonos,
riámonos desnudos, mordámonos
hasta el amanecer, M con U
mujer en latín de Roma, mulier
genitivo de lascivia mulieris 
interminable, olor
a ti, a tú, a también tierra
del principio con lava
de beso, con
una muchacha que se abría para ser
dos, para
vertiente ser tres; ese, Dios mío único, juego
donde alguien
escribe una carta a quién y se llora,
siempre se llora porque por último
no hay peor cuchillo que el ahí;
baleado han
mi corazón, olido
he lo purpúreo, me llamo
martillo, ¿y tú, tabla? ¿Y tú,
niñez de los niños, qué andas en esto
haciendo despavorida tan
tarde?, ¿y tú mariposa
la traslúcida?

De eso íbamos a subir por la cuesta, a hablar
cuando llovió largo el 73 un año
sucio, agujero
sangriento el sol; comimos
caballo muerto, casi
super flumina Babylonis, illic sedimus
et flevimus
, un cuchillo
por cítara, un cóndor
por arcángel, la asfixia
o el vinagre de los locos, canten
ahora el venceremos, ¿y entonces,
estrellas, qué?; música,
más y más música, disparen
a los párpados;
al principio
caíamos de bruces, acarreábamos
esas piedras grandes, de una aurora
a otra.

Pausado va el ojo olfateando
el horror, riendo, cómo
has crecido hijo, de costumbre
se hace la podredumbre, de tanto
mirar para paralizar, cómo
de Pekín a Berlín la rotación
contra la traslación
porque eso
es lo único que me llamo: viejoven
el que juega a la muervida, luz
propia el Mundo.

Seis veces diez,
60 qué
de aire y fantasma de aire, esto
que íbamos a escribir y
no escribimos, ni
respiramos, ni
nariz de nada;
¿el metro
de medir muerte era entonces lo Absoluto
que come uno por ahí entre
arrogancia y libertad de pie en la tabla
intrépida de los veloces?;
¿cuáles veloces,
cuáles días de cuáles
seis veces diez viéndose a fondo en el espejo?


MARTA MIRANDA




Postal



Quizá sea el momento
de tener una casa, un hogar
un perro que nos lama

Estampita
del álbum familiar
lejos del centro
tuvimos una casa
postal imperfecta
faltó siempre
el animal doméstico


ÓSCAR HAHN




Ningún lugar está aquí o está ahí...



Ningún lugar está aquí o está ahí
Todo lugar es proyectado desde adentro
Todo lugar es superpuesto en el espacio

Ahora estoy echando un lugar para afuera
estoy tratando de ponerlo encima de ahí
encima del espacio donde no estás
a ver si de tanto hacer fuerza si de tanto hacer fuerza
te apareces ahí sonriente otra vez

Aparécete ahí aparécete sin miedo
y desde afuera avanza hacia aquí
y haz harta fuerza harta fuerza
a ver si yo me aparezco otra vez si aparezco otra vez
si reaparecemos los dos tomados de la mano
en el espacio
donde coinciden
todos nuestros lugares


ANA ROMANO




Veamos



Veamos
qué acontece
enrolada
en la maternidad
Instantáneas
guarecidas en los hollejos
despuntan motines

¿Y dónde acunan
las voces
cuando timbrean?

Yuxtapuesta
la estocada
sospecha
Y orgasmos
profetizó

¿Quién enjauló
al incesto?



JOSE MANUEL ARCE

  


Quinto



Nada de ésto es así.
Esta no es nuestra tierra.
Ni ésta ni cualquier otra ni el agua.
Yo soy un desterrado.
Todavía mi espalda tiene dolor de alas.
Nunca podré aprender a tocar las monedas:
Se palpan
se acarician,
se toman fieramente,
¿o se les busca algo?
Yo soy un desterrado,
un extranjero,
un intruso que se halla entre nosotros
con un martillo absurdo entre las manos
y un impulso distinto
que me lleva
por camino contrario.
No soy de aquí.
No sé de dónde vine.
Y no sé a dónde voy.
No me gusta.
Nada de ésto me gusta.
Me irritan vuestras caras de organismo.
Me molestan estas vuestras palabras que ahora uso.
Nada de esto me gusta.
¡Quién me obliga a necesitar de esto que no me gusta?

Mirad,
vengo a deciros,
¡pero no!
¡Qué nos importa!
Yo no soy de los vuestros.
Todavía mi espalda tiene dolor de alas.
Y vuestras rabadillas tienen dolor de colas.
Yo fui un ángel, primero;
después, fui un gran silencio
y un día seré Dios.
Vosotros fuisteis micos
y seguís siendo micos.
Después seréis gusanos y excremento.
¡Os excomulgo de mi credo limpio!
¡Os destierro del cosmos que sostengo!
¡Os clausuro la entrada de la vida que vivo!
¡Os expulso de todo!
Y sin embargo sigo entre vosotros,
y usando las palabras de vosotros,
y usando las palabras de vosotros.
Compartiendo temores y miserias
hambre, muerte, cansancio-
que no van con mis alas.
Yo soy un desterrado.

¡Pero algún día volveré a mi reino!