martes, 28 de octubre de 2025


 

FABIÁN GUERRERO OBANDO

 


 

IX

 

No es solo una tira

 

No es solo una tira

O un simple hilo

Y ni siquiera una cuerda.

 

Es soga

Soga con mancha roja.

 

Nudo que se retuerce

En la propia soga.

 

Que ya apagada

Anhela aquel impulso del cuello.

 

De: “Tardía calma”

 

 

JUAN MARCELINO RUIZ

 

  

 

Tres

 

 

Es medianoche

se enciende el barítono reclamo de los sapos

hay en su canto

una nostalgia por el dios menguante.

Interrogo de nuevo a la ventana:

Un viejo fantasma percudido

dejó su piel untada al tendedero:

escurre…

cansancio,

soledad ganada a golpe de idioteces.

El sueño:

una consigna que levanta los párpados.

Lluvia,

trova de sapos,

acompasado ladrar de perros remojados;

el quejido de un rayo moribundo,

y en el fondo

silencio…

 

De: “Números Negros”

 

HENNING H. BERGSVÅG

 

 

 


 

 

Desde un punto dado del parque emana la luz en todas direcciones.

 

Aire, flores, plantas, bancas, césped. Intercambian

posiciones hasta lo irreconocible.

 

mismo puedes elegir el color del cielo. Ponerle

un color que convenga. Tres jardineros plantan

un haya roja. Mañana habrá desaparecido.

 

Te va a asustar.

 


De: “El jardín inglés”

Versión de Juan Gutiérrez-Maupomé

 

 

GAVIN GEOFFREY DILLARD

 

  

 

Sus ojos son

ventanas que

nunca se cierran

 

invitan a

la tormenta y

a la brisa del verano

 

 

Las almohadas me

lo recuerdan

 

robusto y

relleno con gansos

 

 

Mi mente no se

extravía más

 

está contenta de solo

sentarse y

mirar su cara mientras

lee

 

 

Orinó mi

rosal favorito

 

y pensé que nunca

dejaría de

florecer

 

 

De: “Apuntes maritales”

Versión de Sebastián Escobar Torres

 

 

RODOLFO HÄSLER

 

  

Stettin

 

 

La inmensa planicie brumosa, húmeda, helada en su superficie,
tierra y cielo solidificados por meses y meses, no entra el azadón,
los enormes almácigos dispersos al borde de los canales
indican la cercanía de las granjas, extensa granja de ladrillo
y madera entrecruzada alrededor de una enorme explanada
que lleva por nombre Sophienhof, antecedente de mi sangre.
Bandadas de ganzos buscando gusanos escarban
en la paja mezclada con estiércol del ganado,
los caballos de tiro patean en las paredes de los establos
reclamando la llegada de los amos que los encinchan presurosos
para llevar la madera al mercado central de Strettin,
las vacas, de ojos líquidos y negros, tan exquisitas,
pretenden lijar las manos con sus moradas lenguas
mientras padre y madre, sentados en taburetes de una pata,
las ordeñan. Algunos empleados acarrean los recipientes
que los perros, conocedores de la ruta, acercan en un carrito a la
lechería. Del omnipresente bosque llegan ruidos inquietantes,
el estrépito de la cornamenta de los ciervos contra los troncos,
el graznido de los cuervos, mozos talando. Los niños se adentran
en él con cestos para llenarlos de setas de color cadmio
que acompañarán la carne, pequeñas y pardas maravillas
de la hojarasca para engrosar la sopa, setas que perpetúan el
recuerdo agridulce de la infancia.

 


MAYA ISLAS

 

  

Desintegración

 

 

Siento la verticalidad de un animal sin nombre

que cohabita dentro de mí

buscando un lugar para Ser.

Mis formas son exquisitas,

y un momento de bondad

me ha permitido reclamar el techo

para hacer lo que quiero.

Pensé que la secuencia de la vida

indicaba lo opuesto:

Hoy, estoy aquí;

dentro de un año,

existiré dentro de una palabra

o debajo de tu corazón en papel púrpura.

En este momento trágico

de sobrevivir como una pieza de arte,

me parece que ya entiendo

el murmullo del fantasma

cuando se convierte en hombre.

La ciudad cae como agua sobre la realidad.