jueves, 22 de julio de 2021


 

EDMUNDO KAZALL

 


No quiero decir nada

 

 

I

 

En la nada, todo pensamiento bueno se asusta y corre…

 

Corre sin parar, sin mirar atrás por un instante,

 

Porque allí todo es perverso.

 

 

En la nada todo asusta… hasta las sombras de un mal recuerdo.

 

 

En la nada, todo es absoluto,

 

Un deseo impuro convierte la existencia en un infierno,

 

Y al éxtasis se llega en lo oscuro de una mente sin pasión y sin sueños.

 

 

En la nada, no hay algo mejor que la huida.

 

Allí nadie habita porque en un respiro dejaría de existir.

 

Es una carnicería de anhelos, que resuellan en su agonía.

 

 

En la nada todo transcurre también como en la vida

 

De los que asesinan su propio porvenir:

 

Cada día se atestan fosas de virtudes y talentos

 

Y se consumen, cual hoja de papel ardiendo, los segundos de cada hora.

 

 

II

 

Hoy le pregunte a alguien, ¿qué está haciendo?

 

Y sentí el sufrimiento de su espíritu confundido:

 

Como osas, amado cuerpo mío, responder así.

 

—Nada, he oído decir.

 

Cómo que, nada, si también perder el tiempo es una acción.

 

De ninguna forma puede describirse esa palabra

 

Más bien es un absurdo que se tomasen el tiempo para definirla.

 

 

DANIELA C. KOMATSU

 

 

 

Cobardía

(A Gabriel)

 

 

Me da miedo pensar que me puede rechazar, a pesar de que podría ganar mucho más si lo intentara. Simplemente no me atrevo a hablarle, ni a mirarle. ¿Debería solo ir? No lo sé, ni yo conosco la respuesta.
Lo quiero a el, pero no me atrevo, no puedo.
Me quedo helada cuando el está ahí, sin reaccionar, inmóvil. Las palabras se traban en mi boca, quieren salir pero no pueden, las detengo.
Cada día estás y un nuevo sentimiento recorre por completo mi cuerpo haciéndolo temblar.
No, no me atrevo, no lo haré. Dejaré que las cosas pasen como tienen que pasar y el día en que pueda vencer mi cobardía serás el primero en enterarte. Eres lo que anhelo, un sueño, de esos que no pueden convertirse en realidad, no por ahora.

 

 

DEMETRIO KORSI

 

 

 

Glosa

 

 

¡La juventud se suicidó sonreída

con el ron del país

mulatas de la calle 17,

cumbia de Pedregalito!

Me sonreías desde el balcón

la caja de música del bachiche

tintirineaba los valses

la responsabilidad de la tarde

(un 30 de Febrero?).

¡Rumberas del cabaret,

noches de bailamono y cocobró!

La historia de esas mujeres se asoma al Canal.

Una se suicidó frente a un espejo

otra tiene un hotel en Marsella.

Y, ¿qué importa?

Quiero ser vaporino, iré muy lejos,

yo compraré en los puertos tu sonrisa.

 

 

 

JOSÉ KOZER

 

 

 


Silogismo de la infancia

 

 

Y se preguntan, cómo produjo aquel sauce

 

manzanas. Y

 

para qué, azules. No obstante, el salmón

de la alberca llegó del mar

 

y los niños

 

hablan de unas dalias mínimas que crecen en

sus agallas. Y qué piden: bocanadas

 

de aroma

 

y el viejo subterfugio inmóvil de las piedras.

Y el pájaro

inconcebible

 

que abrevó en el más tiempo légamo de los

pozos. En sus bosques

 

inversos

 

reposa aquel pájaro y su ave inunda el

paladar azul de los niños que

retozan

y braman

 

como una fuga de órganos altivos entre

la arborescencia

de los viveros.

 

JOHN OROZCO

 

 


 

Hipoxia

 

 

Cuando la sed no se sacia en cualquier cuerpo!!

Qué deparará el destino de la mano de Dios,

Pues respiros y segundos son un milagro,

Pasamos mal gastando auras,

cultivando odio en morgue ajena a la raíz de la felicidad,

Buscando encontrar allí en osamenta  vana,

la alegria momentánea en dónde refugiar la soledad,

Pero que hay del alma y su razón de ser,

La conexión divina y coexistencia del amor,

Quién llena desconocidamente el furor de la sangre y desprende la divinidad del sol sin arremeter al corazón por deseo,

Procura condenar y envejecer su alma al sesgado obscuro  suplicio del vacío eterno.

 

SILVIO RODRÍGUEZ

 

 


 

Unicornio

 

 

Mi unicornio azul ayer se me perdió.

Pastando lo dejé y desapareció.

Cualquier información bien la voy a pagar.

Las flores que dejó no me han querido hablar.

 

Mi unicornio azul ayer se me perdió.

No sé si se me fue, no sé si extravió,

y yo no tengo más que un unicornio azul.

Si alguien sabe de él, le ruego información.

 

Cien mil o un millón yo pagaré.

Mi unicornio azul se me ha perdido ayer,

se fue.

 

Mi unicornio y yo hicimos amistad,

un poco con amor, un poco con verdad.

Con su cuerno de añil pescaba una canción.

Saberla compartir era su vocación.

 

Mi unicornio azul ayer se me perdió

y puede parecer acaso una obsesión.

Pero no tengo más que un unicornio azul

—y aunque tuviera dos yo sólo quiero aquel.

Cualquier información la pagaré.

 

Mi unicornio azul se me ha perdido ayer,

se fue.