domingo, 7 de abril de 2013

IBN ZAYDUN






¿Cómo mudaré la amistad de ayer? 



¿Cómo mudaré la amistad de ayer?
¿Cómo quebrantaría mi promesa
cuando fuiste la meta feliz de mis deseos,
que por ello nunca te olvidaron?
Si tuivieras por mí
el amor que te tengo,
largas serían tus noches desde mi marcha
como son largas las mías desde tu partida.
Pide mi vida; te la doy
pues tú no me respondes.
El destino es mi esclavo pues me hice por tu amor esclavo tuyo. 

FRANCISCO HERNÁNDEZ




  
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¿Cómo puede un mosquito soportar el sonido
del rompimiento de las olas?
¿Cómo puedo yo soportar el zumbido
de un oleaje de mosquitos?
¿Cómo puede Dios soportar mis reclamos,
tan similares a los zumbidos de los mosquitos?


De “Una isla de breves ausencias”



OCTAVIO PAZ




  
Movimiento



Si tú eres la yegua de ámbar
              yo soy el camino de sangre
Si tú eres la primer nevada
              yo soy el que enciende el brasero del alba
Si tú eres la torre de la noche
              yo soy el clavo ardiendo en tu frente
Si tú eres la marea matutina
              yo soy el grito del primer pájaro
Si tú eres la cesta de naranjas
              yo soy el cuchillo de sol
Si tú eres el altar de piedra
              yo soy la mano sacrílega
Si tú eres la tierra acostada
              yo soy la caña verde
Si tú eres el salto del viento
              yo soy el fuego enterrado
Si tú eres la boca del agua
              yo soy la boca del musgo
Si tú eres el bosque de las nubes
              yo soy el hacha que las parte
Si tú eres la ciudad profanada
              yo soy la lluvia de consagración
Si tú eres la montaña amarilla
              yo soy los brazos rojos del liquen
Si tú eres el sol que se levanta
              yo soy el camino de sangre

PEDRO SALINAS





Razón de amor (I)



Ya está la ventana abierta.
Tenía que ser así
el día.
Azul el cielo, si, azul
indudable, como anoche
le iban queriendo tus besos.
Henchida la luz de viento
y tensa igual que una vela
que lleva el día, velero,
por los mundos a su fin:
porque anoche tú quisiste
que tú y yo nos embarcáramos
en un alba que llegaba.
Tenía que ser así.
Y todo,
las aves de por el aire,
las olas de por el mar,
gozosamente animado:
con el ánima
misma que estaba latiendo
en las olas y los vuelos
nocturnos del abrazar.
Si los cielos iluminan
trasluces de paraíso,
islas de color de edén,
es que en las horas sin luz,
sin suelo, hemos anhelado
la tierra más inocente
y jardín para los dos.
Y el mundo es hoy como es hoy
porque lo querías tú,
porque anoche lo quisimos.
Un día
es el gran rastro de luz
que deja el amor detrás
cuando cruza por la noche,
sin él eterna, del mundo.
Es lo que quieren dos seres
si se quieren hacia un alba.
Porque un día nunca sale
de almanaques ni horizontes:
es la hechura sonrosada,
la forma viva del ansia
de dos almas en amor,
que entre abrazos, a lo largo
de la noche, beso a beso,
se buscan su claridad.
Al encontrarla amanece,
ya no es suya, ya es del mundo.
Y sin saber lo que hicieron,
los amantes
echan a andar por su obra,
que parece un día más.

LUIS DEL RIO DONOSO





VI


Retrato de un hombre anónimo



No soy, no existo

Nadie ha visto mi nombre
Grabado en la corteza de los árboles

Nadie conoce mi rostro

Nadie ha dibujado en los muros de la cuidad
Algo que se parece a mi mismo

No soy, no existo

Pero desde el fondo de una mano anónima
Algo se siembra entre las rocas
para que renazcan tus ojos silvestres

Algo se dibuja en la mirada de tu alma

La huella es una duda:
Existencia.


ARMANDO MAGALLANES





Color de invierno



Hermano de pared compartida,
cuando París y sus colores de invierno
sean un recuerdo,
acuérdese que yo me acordaré.

Trazo una línea, la más sencilla
la de la vida.