"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
martes, 16 de enero de 2018
AIDA CARTAGENA
Desvelados sentidos
Despiadadas
lámparas encendieron los caminos
Para
que desvelados sentidos
Estén
viajando eterno.
La raíz
de la noche da un arbor de luna y
Semillas
de estrellas;
La
mirada se anuda en las cosas
Que se
sorprenden debajo de las piedras.
La vida
se desliza como ríos en curvas;
Hay un
remanso blanco donde cae la luna,
Un
descanso en un cielo que no alcanza nunca,
Un
abrazo en el filo del mar que labra el mundo!
Para
saberte cerca,
Quiero
silencio de astros de las selvas rendidas,
Para
que el hilo de aire de los ojos del alma
Valla
hacia la inmensa montaña de tu vida
Y se
ahogue en la luz que se pierde en tu cima.
Para
que tus sentidos solo tengan mis voces
Y
suenen desvelados en la brisa sin cielo
Que
estremece mi frente:
Buscaré
los contornos donde no se oiga un nombre,
Trenzaré
los recursos para que no se olviden,
Y haré
una nueva lumbre en la ventana oculta,
Donde
la vida reza, desvelada y sentida.
PATRICIO SEREY
Plantas
Hay un
fin de mundo en todas las cosas, aunque la
Esperanza
gravite sin medida entre los anfitriones de este
Fin.
Para distraer la catarsis del hueso reparten galletas
Recién
horneadas al público del living, repitiendo malos
Chistes
con gusto refinado. Rompen también copas cargadas
De
tequila, para inflamar sus ojos de lo que no pueden ser:
Una luz
infame, y a la vez bellamente voluptuosa, absorbida
Pacientemente
por las plantas de interior.
JOSÉ KOZER
Principio último de realidad
Es una
bondad, que no deslumbre, por favor, y tenga
áridos saberes, anís
estrellado en la taza
(humeante) sea el
pobre de buen gusto,
aparezca trajeado, la
elegancia del lienzo,
trabillas el pantalón
de arpillera, solapas
estrechas, una flor:
bajos, portañuela de
botones (nacarados)
que es bondad fungir
de espantapájaros. La
estaca lo mantiene
erguido,
sea que no
se ha de atrever la
gorrionera arruinar
la cosecha, el mirlo
retrocede, el jilguero
hortera se le cae la
cara de vergüenza,
váyanse todos: lo
suban a la loma de
estiércol. Ría, pájaro
de heno el espantapájaros,
cercanos los hórreos,
anime a la semilla,
cercanas las gamellas,
guiñe un ojo a las aves
que no desistan, hay
pan de munición, una
libreta de pan para
saciar el hambre de
seres semovientes,
los inertes, y del
correveidile al rey
que sepa todos los
súbditos comensales
ya están a la mesa. No
hay peligro (es una
bondad de los sufrientes)
de insurrección.
Muy
grande es la bondad del garabato de agua que
sale del surtidor, corre
la bondad, así sea, tibia,
inerte casa la aguarda, al fondo
de la acequia, arcaduces: el
agua donde nace es en el fondo
manadero de luz para sacar a
flor de tierra, tres colores, el
azafrán primero, ya no hay
litigio entre la nieve y el sol:
¿qué más puede pedir el
espantapájaros? ¿dar de beber
del cuenco propio de la mano
a las aves, y de paso, al fondo,
a los gusarapos? Piensa que la
paloma es un buitre qué caray:
bondad de la paloma en el
buitre pues. Aquello de la
oveja y el león dormidos en
un mismo lecho (estrecho)
nupcial de guano, se aparearán,
veremos de ocho en ocho nacer
camadas de grifos, gárgolas,
engendro
de cíclope y gorgona,
el rostro los delata por su velada
capacidad de compasión: y oye,
entablillan
las patas rotas de los
saltamontes en hospitales
dedicados a sanar insectos
estropeados, la flor que cae la
entierran (cantos gregorianos)
a la madre equiparan con el
padre, no hay mayor bondad.
Apremia
vivir lo más, pero que no deslumbre, ni el
acabóse nuble la vista
con alucinaciones de
dios y vergel, caínes
bienaventurados, adanes
choteando (a la cubana)
a unas aves (digo, evas)
que
se desternillen de
risa cuando las tilden
de you know what
eclesiásticos de pelliza,
nunca se ofenden. Oh
muerte sé buena gente,
súbenos a la espalda del
munificente gameto,
otear el espantapájaros,
y ver venir paraje
venidero con la forma,
chico, del caimán: primer
bojeo
(juan de la cosa)
perros apaciguados, y el
manatí, madre, el manatí,
he
ahí el bien personificado.
bienhechor
entre bienquistos
seres,
de momento, inanimados:
luego se verá. Se verá al
espantapájaros (hulla, harina)
desmoronado, vuelto charco,
reflejos oleaginosos, oscurece,
no hay nada que alegar: y ni
un solo ente bíblico aparecer
en las entrelíneas, ni flor
surgir del ijar, ni animálculos
qué
ijar ver lamer.
ELIANA MALDONADO
Noche de lluvia
La
lluvia amenaza con colarse
Entre
los cuerpos de la gente,
El frio
atraviesa el tejido de punto de un saco raído,
Un
hombre aligera el hambre con miradas furtivas
Sobre
transeúntes desprevenidos,
Alguien
tal vez desee un cigarrillo
Un
dulce o simplemente fuego,
Todo
ordenado y numerado en el pequeño cajón
Que
noche tras noche mantiene su miserable existencia,
Los
ojos vidriosos y lejanos
Observan
el desamparo de mis pasos
Su
pupila vacilante se estrella sin misericordia
Contra
el pavimento,
La piel
apretada a los huesos
Tiembla
y se estremece al compás
De
las ráfagas de viento,
El
polvo como un dulce en la comisura de los labios
Entorpece
la pregunta
¿y cómo será mañana?
TOMÁS RAMOS RODRÍGUEZ
El inmigrante (2)
Quisiera
volcar el tropo
Hacia
lo que desconozco,
Hacia
un vaso de agua asfáltico
Inconforme
con el fuego.
Es el
aturdimiento del camello,
Del
traje de mariachi y las canciones rancheras
Que
placen bajo el freeway,
Donde
no hay más vista que la contaminación del concreto.
He
querido permanecer inmóvil,
Sin boca
en tanto ruido.
Sin la
desolación en una garganta de agua
Que
cobija el rocío en el abandono.
No se
escuchan las palabras,
Sólo un
racismo de respuestas.
Es la
confederación con sus leyes, sus flashes y sus amortiguadores
Que han
de zumbar la tarde; los clips en los papeles,
Las
interminables circulaciones, el colesterol en el hombre de al lado.
Hemos
de permanecer inmóviles
En el
desconcierto de las preguntas.
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