Principio último de realidad
Es una
bondad, que no deslumbre, por favor, y tenga
áridos saberes, anís
estrellado en la taza
(humeante) sea el
pobre de buen gusto,
aparezca trajeado, la
elegancia del lienzo,
trabillas el pantalón
de arpillera, solapas
estrechas, una flor:
bajos, portañuela de
botones (nacarados)
que es bondad fungir
de espantapájaros. La
estaca lo mantiene
erguido,
sea que no
se ha de atrever la
gorrionera arruinar
la cosecha, el mirlo
retrocede, el jilguero
hortera se le cae la
cara de vergüenza,
váyanse todos: lo
suban a la loma de
estiércol. Ría, pájaro
de heno el espantapájaros,
cercanos los hórreos,
anime a la semilla,
cercanas las gamellas,
guiñe un ojo a las aves
que no desistan, hay
pan de munición, una
libreta de pan para
saciar el hambre de
seres semovientes,
los inertes, y del
correveidile al rey
que sepa todos los
súbditos comensales
ya están a la mesa. No
hay peligro (es una
bondad de los sufrientes)
de insurrección.
Muy
grande es la bondad del garabato de agua que
sale del surtidor, corre
la bondad, así sea, tibia,
inerte casa la aguarda, al fondo
de la acequia, arcaduces: el
agua donde nace es en el fondo
manadero de luz para sacar a
flor de tierra, tres colores, el
azafrán primero, ya no hay
litigio entre la nieve y el sol:
¿qué más puede pedir el
espantapájaros? ¿dar de beber
del cuenco propio de la mano
a las aves, y de paso, al fondo,
a los gusarapos? Piensa que la
paloma es un buitre qué caray:
bondad de la paloma en el
buitre pues. Aquello de la
oveja y el león dormidos en
un mismo lecho (estrecho)
nupcial de guano, se aparearán,
veremos de ocho en ocho nacer
camadas de grifos, gárgolas,
engendro
de cíclope y gorgona,
el rostro los delata por su velada
capacidad de compasión: y oye,
entablillan
las patas rotas de los
saltamontes en hospitales
dedicados a sanar insectos
estropeados, la flor que cae la
entierran (cantos gregorianos)
a la madre equiparan con el
padre, no hay mayor bondad.
Apremia
vivir lo más, pero que no deslumbre, ni el
acabóse nuble la vista
con alucinaciones de
dios y vergel, caínes
bienaventurados, adanes
choteando (a la cubana)
a unas aves (digo, evas)
que
se desternillen de
risa cuando las tilden
de you know what
eclesiásticos de pelliza,
nunca se ofenden. Oh
muerte sé buena gente,
súbenos a la espalda del
munificente gameto,
otear el espantapájaros,
y ver venir paraje
venidero con la forma,
chico, del caimán: primer
bojeo
(juan de la cosa)
perros apaciguados, y el
manatí, madre, el manatí,
he
ahí el bien personificado.
bienhechor
entre bienquistos
seres,
de momento, inanimados:
luego se verá. Se verá al
espantapájaros (hulla, harina)
desmoronado, vuelto charco,
reflejos oleaginosos, oscurece,
no hay nada que alegar: y ni
un solo ente bíblico aparecer
en las entrelíneas, ni flor
surgir del ijar, ni animálculos
qué
ijar ver lamer.
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