"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
domingo, 30 de junio de 2019
ANASTASIO LOVO
Sonata X del Poder
Para
Ovidio Ortega Reyes
El
tañido de la campana estival
Polen
de luz nevando el bosque
Sus
alas de miel alquitaradas en el laúd de plenilunio
Cuando
un trovador asaz provenzal
Sobre
la arquitectura de una mariposa de palabras
Versó
los pétalos de hielo de una “mariposa de hielo”
A
intramuros múrices de Utopía la espléndida
Aquélla
de las mieses de los besos de los veros
Bajo
el alón negro de la pólvora no anidan las palomas
Ni
las intrépidas torcazas de ceniza tenaz
Ronda
sin cencerro el poder carnicero
Más
allá de los ácimos dientes de la muerte
Sombras
trizadas de piedras trizadas
Durante
los lotos en los médanos del sueño
Los
locos sacudiendo el polvo de sus sandalias
Embravecidos
de amor se llevaron sus cítaras
Por
el ancho mar rumoroso albas levaron
Habitando
en la luz más un tiempo que un espacio
El
tiempo que los mitos cercenaron a la historia
Oh
Utopía la de las mieses compartidas
Zozobra
salobre en lo plalatal
Con
su gustito a sangre a sol & a sueño
Oh
Utopía la de las mieles esparcidas
ANDRÉS PANIAGUA
Orinales
Desde la ardiente
loma he bajado
al mingitorio fresco de la estación.
[Sandro Penna]
al mingitorio fresco de la estación.
[Sandro Penna]
Es
una operación simple
deslizarse de la cama.
echar a andar en pantuflas al miedo nocturno.
un pasillo.
una habitación.
inflorescencia de gotas
creciendo en la porcelana.
deslizarse de la cama.
echar a andar en pantuflas al miedo nocturno.
un pasillo.
una habitación.
inflorescencia de gotas
creciendo en la porcelana.
Qué
horror el salvaje gusto del pino fresco.
ANTONIO ALFECA
SOLA está
la estancia, y la yedra
remata el frágil desdén de las tapias
y desborda en su hiel de solisombra
las pálidas hojas del helecho.
Grietas hay ya en los muros, con la resquebrajadura
que va de la cerrazón a la querencia,
abierta al compás que escala ese vasto
corazón crepuscular de gorriones enloquecidos.
Quiero abandonar esas rígidas
reliquias caducas de oro quebradizo y falso
colgadas aún de su desespero
y rebosar las paredes con yemas luminosas
y romper, como un cósmico armonio de alma de ave,
remata el frágil desdén de las tapias
y desborda en su hiel de solisombra
las pálidas hojas del helecho.
Grietas hay ya en los muros, con la resquebrajadura
que va de la cerrazón a la querencia,
abierta al compás que escala ese vasto
corazón crepuscular de gorriones enloquecidos.
Quiero abandonar esas rígidas
reliquias caducas de oro quebradizo y falso
colgadas aún de su desespero
y rebosar las paredes con yemas luminosas
y romper, como un cósmico armonio de alma de ave,
este
amargo y vegetal vacío.
ANTONIO CABRERA
Esta paz anodina
A menudo me observo
y aprecio en mí tu falta,
un vacío que borra mi relieve,
que pacta con los días esta paz anodina.
Entonces, nada pienso, nada sé.
Te llamo alma, con un cuidado extremo.
y escojo esta palabra para hacerte presente,
para magnificar tu ausencia entre las cosas
que han brillado en el centro de otras cosas menores
y me ofrecen ahora su palidez, la cera
derrotada de lo que tuvo vida.
Son las horas sin luz,
los días sin asombro ni memoria,
tiempo impávido, cuando
las únicas noticias de mí son estos pobres
mensajes de mi cuerpo,
el que todo lo ignora,
ese tibio volumen que avanza y parpadea
cargado con la necia metafísica
de su respiración.
A menudo me observo
y aprecio en mí tu falta,
un vacío que borra mi relieve,
que pacta con los días esta paz anodina.
Entonces, nada pienso, nada sé.
Te llamo alma, con un cuidado extremo.
y escojo esta palabra para hacerte presente,
para magnificar tu ausencia entre las cosas
que han brillado en el centro de otras cosas menores
y me ofrecen ahora su palidez, la cera
derrotada de lo que tuvo vida.
Son las horas sin luz,
los días sin asombro ni memoria,
tiempo impávido, cuando
las únicas noticias de mí son estos pobres
mensajes de mi cuerpo,
el que todo lo ignora,
ese tibio volumen que avanza y parpadea
cargado con la necia metafísica
de su respiración.
De: "En la estación
perpetua"
ANTONIO MANILLA
Secuestro
A Paule
No
sabe que camina acompañada.
Porta
consigo todo el sol del día
brillando en la melena
la muchacha que sale de un portal
y, tras mirar el cielo, apura el paso
en el mundo recién peinado por la lluvia.
brillando en la melena
la muchacha que sale de un portal
y, tras mirar el cielo, apura el paso
en el mundo recién peinado por la lluvia.
Me
lleva a mí con ella.
ERIKA MARTÍNEZ
La casa encima
Tantos
siglos removiendo esta tierra
que
atravesó el ganado
y
alimentó al ganado y a los hombres
que
regaron esta tierra
con
el curso negro de su sangre
-la
sangre cambia de color
cuando
sale del cuerpo-.
Tantos
siglos alineando ladrillos,
aquí
hubo un establo
sobre
el que se construyó una iglesia
sobre
la que se construyó una fábrica
sobre
la que se construyó un cementerio
sobre
el que se construyó un edificio
de
protección oficial.
Tantas
mujeres fregando sus baldosas,
pariendo
en sus baldosas,
escondiendo
la mierda debajo de las baldosas
que
pisaron sus hijos ebrios
y
sus sobrios maridos
que
trabajaron y fornicaron
por
el bien de un país en el que no creían.
Tantos
siglos para que yo,
miembro
de una generación prescindible,
pierda
la fe en la emancipación,
mire
el techo de mi dormitorio
y
se me venga la casa
encima.
De: “El falso techo”
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