"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
martes, 31 de enero de 2023
JUAN JOSÉ CASTRO MARTÍN
De
este dolor de ser temblor y barro
resta
la cicatriz que las palabras
en el letargo de las cosas abren,
como un silencio que poblara el bosque.
Extranjero
en tu voz a veces, vibras
alejado en el curso disonante del mundo
y de aliento en aliento intruso existes
para que un cuerpo siempre se estremezca.
Árboles
vagabundos en un sueño albergamos,
savias cobrando el signo de su forma
que hondas dicen gramáticas de raíces y nubes.
En la parte más sola de nosotros conversan
la
intemperie y las hojas. Mientras hablan,
conocen qué alfabeto de estrellas es la noche.
Por el silencio viene el hombre y funda
en huellas de quietud bosques errantes.
De: “El bosque errante”
PATRICIA GUZMÁN
(Escucho
a Borges citar al místico persa al-Kubra
quien celebra haber recibido de Dios
el lenguaje de los pájaros
«La alabanza a Dios, que nos enseñó el lenguaje de los pájaros»)
Lenguaje
que se traduce en un favor manifiesto
no en una celebración primaveral,
sí en una exaltación de las ramas secas que no se mueven
e irisadas de respeto convocan a mirar el árbol beatificado
por la presencia de la Virgen
Así,
algunos pájaros celebran exaltados la unión transformante
Y,
otros pájaros el amor embriagado
Y,
otros pájaros nostálgicos por la rosa,
…………….con el alma ansiosa por la Belleza divina
Diríase
que he hallado un jardín sobrenatural…… y sintiendo……un aire vivificador
me alcanza
el canto desconsolado de un ruiseñor
Siento
el llamado de una voz triste y desgarradora,
en lo alto del árbol de las ramas secas
Es la voz de la afligida Filomena
—nombre dado por San Juan al ruiseñor quejoso—
la tórtola enamorada de Lope de Vega,
hasta convertir en alborozado cántico extático
su miserable canto dolido por desamor
Ese
dolido canto corroe el pecho de la diminuta Virgen
y abate al árbol de las ramas secas
De:
“La virgen del árbol seco”
CHRISTIAN DÍAZ YEPES
Me
ha tocado morir mil muertes
para encontrarte.
Me ha tocado bogar
atónito estas horas
que nos miran como niños en suspenso.
Vuelve esa ansia
y es gris en ráfagas y peñascos.
¿Por qué es más lo que digo que lo que llego a decir?
Has vuelto a preguntar y yo tan lejos que me voy
haciendo isla. ¿Será que torna
el tiempo de las preguntas,
tan dulce
como las lágrimas de quien no tiene nada que perder?
Ahora mismo
es el momento. Bajan las nubes.
Escribo
para convocar el vientre al que no puedo volver.
Mas otra vez la sequía,
esa espera
deviene en verso que arriba en tiempo justo.
Has vuelto y es fiesta.
Ya nos ven. En el rapto tantas cosas
pasan llenando los resquicios, las sombras tan allá,
La letra a medio escribir. La herida
como piedra al centro del pecho mana poesía.
La vida un día nos iba a compensar
haberla conquistado entre preguntas.
ISABEL TERESA GARCÍA
Alborada
invernal
Pisa
y descarna la tierra
le estalla los huesos.
Nadie
escucha.
Va
cantando el prodigio:
Venus
le estremece los ojos
surge de otras aguas
atrás quedan la habitación
y el vaho del sueño
ha
despertado sola
la noche ha colapsado.
MANUEL HERNÁNDEZ
después
de ti
ruedo
descalzo
por una senda
naranjas
aletean a mi lado
no
hay duendes
ni erizos
solo
una diosa y una esfinge
sonríen
nuestro
lugar
con el alma abierta
CARLOS CALERO
Última
deuda
Algunas
veces, memoria, te he desobedecido.
Por eso me has dicho: imposible, no tendrás autoridad para adularme; nos
engañaste. Imposible evadir el ojo de mi demonio, los subterfugios: la palabra
existe, personifica el eco donde persiste la memoria.
En el espacio de los dedos se produce el milagro. Truénalos, son tuyos,
poéticamente tuyos; pero también es nuestro dilema.
Tu corazón no te pertenece, es parte del fuego, tierra, agua, aire, magia,
igual a un espíritu y su paradoja.
Con el asedio del abismo invoco a Sísifo; invoco al demonio para taponarlo sin
desvelos.
No verás el reino, no será tuya mi sandalia, no vas a condenarnos. Nos has
dejado la poesía como último recurso de lo que se nos entregó como juez y parte
de lo heredado.
