martes, 5 de septiembre de 2017


MIGUEL FLORIANO




Soneto pedagógico

A Julio Rodríguez


La tarde hostil, el corazón sereno,
la luz acomodada en la blancura,
su memoria en las manos y esta oscura
soledad con su arista y su veneno.

Evocación de noches por el seno
exacto de su cuerpo, hacia la dura
certeza de que el fuego no perdura
más de lo que consiente el tramo obsceno.

(Aunque creo hoy mi verso ni siquiera
alcanzará el solar de su silente
recuerdo, en el que un día fui acogido).


Caer pues en porfía no quisiera:
he querido nombrarla y solamente
le canto ya sin voz a lo perdido.

SERGIO CRUZ




Adiós a Petrogrado



Canto de sangre mis últimas palabras.
Canto mi boca, canto de viento,
canto de miles de lectores que fijan sus ojos
en una palabra al mismo tiempo.
Canto de generación espontánea, canto
de orugas de barro que quiebran crisálidas
para crear nuevos cuerpos. Canto los juegos
de falso y verdad mezclados en aire,
canto mi voz de incendio. Canto de hormiga,
de sauce,
de parálisis sagrada. Canto en la voz de los otros
y en ellos
nada. Canto la boca,
el brazo, el silencio, el trabajo del último alfarero
que hace un ser: lo calla, lo besa, lo siente
y en todo esto canto
su historia,
las mil tierras de su vientre,
la nada,
canto
a ti.



TANIA MÁRQUEZ ARAGÓN




Volver yéndose



Me preguntan cómo es México
mi punto de vista es un lente en el ojo de una mosca
cuando intento contestar cacaraqueo y cloqueo
se me sale un o sea y un pinche guey
la chingada se me asoma en los ojos
mota, tachas y hachís
invocan ácido palabrerío
un graffiti de sangre con mala ortografía
leo en voz alta
me carcajeo con un clap clap clap
en la tarima
un macanazo animal de policía me doblega
las miradas descuartizadas de los desaparecidos
me tocan
el humo negro de las gasolineras nubla mi vista
escurro agua de coco por la boca
salsa picante por los ojos
hiedo a café con mezcal,
espero al recuerdo como en fila de banco en quincena
en mi memoria se juntan el mar con dos o tres barrancas
y ya embriagada por lo que pensaba decir
mi boca vacía se cierra en una explosión de cuete en feria de pueblo.
Sí seño, México es como en la tele.



MARTA GARCÊS




Los ojos



Los ojos que gritan y arrollan,
las manos que enlazan preguntas,
las voces que cultivan guerras
(y mentiras).
Una viuda negra mi boca,
ajustada en la justa injusticia
del amén de los pecados.

A lo lejos aquello a lo que llaman día,
tocando el alma con los despojos,
del espectáculo de mis labios
al pronunciar tu nombre,
escrito y borrado con cada latido.



DIANA AZCONA TREJO




XI



Los cirujanos abrieron tu cabeza
y me encontraron allí:
una inflamación descomunal
de once años de podredumbre.
Rompieron tu cráneo
para que yo pudiera salir caliente, dormida y fétida.

Así que abrázame, porque he nacido, abraza a tu parásito.
Dame una nalgada para que llore y tiemble de miedo y de placer,
acaricia mi sexo anquilosado y luego termina de morirte.




RUBÉN VÁZQUEZ CHAROLET



Smultronstället


Quiero descocerme de mi cuerpo
para danzar sobre mi pecho,
poner sobre mis hombros
alas de whisky y ginebra,
prender de un susurro el epitafio
que como maldición salir no me deja.

Quiero levantarme agarrado de la vida,
tomando la mano que me regala flores,
aferrado a su alma aún tibia.
Tal vez si espero otro poco,
algún despistado se tropiece,
con las ramas que rondan mis pies.

En mi cielo no hay chorros de arena,
ni un Wagner que me levante a patadas.
Todo es viento rugiendo
del otro lado del amanecer,
todo es piedra sobre piedra,
y algunas voces silenciadas con tierra.

Vivo donde todos los presentes posibles coinciden,
en un sueño donde lo raro se repite.
Miro hacia mi cielo, es siempre de día,
pero donde debería haber un balcón,
hay un reloj sin manecillas,
y no entiendo lo que me quiere decir.