martes, 5 de septiembre de 2017

RUBÉN VÁZQUEZ CHAROLET



Smultronstället


Quiero descocerme de mi cuerpo
para danzar sobre mi pecho,
poner sobre mis hombros
alas de whisky y ginebra,
prender de un susurro el epitafio
que como maldición salir no me deja.

Quiero levantarme agarrado de la vida,
tomando la mano que me regala flores,
aferrado a su alma aún tibia.
Tal vez si espero otro poco,
algún despistado se tropiece,
con las ramas que rondan mis pies.

En mi cielo no hay chorros de arena,
ni un Wagner que me levante a patadas.
Todo es viento rugiendo
del otro lado del amanecer,
todo es piedra sobre piedra,
y algunas voces silenciadas con tierra.

Vivo donde todos los presentes posibles coinciden,
en un sueño donde lo raro se repite.
Miro hacia mi cielo, es siempre de día,
pero donde debería haber un balcón,
hay un reloj sin manecillas,
y no entiendo lo que me quiere decir.



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