martes, 5 de septiembre de 2017

DIANA AZCONA TREJO




XI



Los cirujanos abrieron tu cabeza
y me encontraron allí:
una inflamación descomunal
de once años de podredumbre.
Rompieron tu cráneo
para que yo pudiera salir caliente, dormida y fétida.

Así que abrázame, porque he nacido, abraza a tu parásito.
Dame una nalgada para que llore y tiemble de miedo y de placer,
acaricia mi sexo anquilosado y luego termina de morirte.




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