sábado, 4 de mayo de 2019


ÁNGEL COLLADO RUÍZ





I



La bestia abrevará en los vados
estando el capullo dormido
donde no espera muerte
en noches inevitables

Traduce voces que no entiende
pide esperanza sobre deseo

La Palabra seguirá el curso del campo perfumado
arrollará en su impronta manos que se elevan ciegas
monte creado para equivocar

Los árboles serán olas y barcos de luciérnagas que zarpan
en visión de viento sinfonía de semillas hacía otra tierra

Mas brazos negados pedimento en vano serán al huérfano

Tormenta nunca vista sembrará de restos la llanura
pasado el tiempo de los huesos
nuevo pasto crecerá

Ni sol, nubes, agua, día, manantial de estirpe
beso nuevo, solo manto de miedo y soledad espera
crepúsculo de nuevas dimensiones

Hombre cegado de cuajo
en luz que brota de la nada hasta morder su rabia
otra vez rumia falsa expectativa
tasa rumbos en peregrinar desierto

No cesa de ofrecer pobres visiones
ni alcanza copas moribundas
el reto de besar los alcatraces


JAVIER BAUTISTA MUÑOZ





Hamburgo es un estado

Salí a vagar por las calles con faroles rojos.
(…)
“A Puerto Trakl los poetas vienen a morir”,
me dijeron
sonriendo en todos los idiomas del mundo.
JAIME HUENÚN



Hamburgo tiene la misma sombra junto al mar:
las estaciones toman tonalidades de puerto
por encima de los rostros de mujeres,
la ruta del Elba ensordece los perfumes
de todos los muertos que son la misma piel.

Hamburgo es la ciudad donde los cantos se pierden
y entre ellos descubro mi camisa
teñida del rojo de los faros
sobre el edredón de la tarde y las gaviotas.

Todos los muertos son la misma piel de Hamburgo,
cada uno de ellos cambia una moneda
por un poco de jabón contra lagañas
esperando abrir los ojos de sus morgues
y descubrir perros y mujeres, gatos de puerto.

Recorro el muelle donde atracan cinturas
entro y salgo de los bares sonriendo a cerveza:
todos los muertos son la misma piel del horizonte,
los muertos sonríen en islas-peces-salvavidas.

La ruta del Elba ensordece los perfumes
de la piel de los muertos, cuya sombra está al norte,
entre ellos me hallo en zona de litigio. Sombra.
Más allá de la playa y de la isla Neuwerk,
Hamburgo es un estado que entierra sin visa.
.
.

JORGE EDUARDO EIELSON





Nocturno terrenal

                                                     Te he buscado, Tesoro,
                                     he cavado en las noches profundas.
                                                              Rainer Maria Rilke



Amo cierta sombra y cierta luz que muy juntas, creo yo, azulan
Las casas profundas de los muertos, amo la llama
Y el cabo de la sangre, porque juntas son el mundo
Y hacen de mí un muro que separa la noche del día.

He visto los rojos campos labrados por el cielo azul,
La antigua naturaleza desflecada y húmeda
De vino, de rocío, mortalmente hecha con racimos
De amor, tal un lecho donde ardiera lo deseado,
Pero debajo de todo, siempre despierta, un agua pura
Pensando por nosotros contra un árbol de dolor.

Y las cosas cuya última luciérnaga ha volado
Con nuestro último sueño, que tienen todavía, como un templo
Majestuoso, el gran consuelo de su polvo donde nada
Ni nadie ha osado penetrar sino los muertos.
Amo todavía aquello que habla lejos, como los astros
De terciopelo, al oído del viento, aun las rosas y la luz
Y todo lo que igual a una plaga, inextinguible pero real
Transcurre entre los hombres y agita su plumaje.
Fosforescencia, día esmeralda de las tumbas,
Sólo tus ojos adivino adorados por lagartos y raíces,
Y tras de ellos casas y crepúsculos, altas montañas
Destronadas contra cielos de nieve en un soplo;
Todo bajo el musgo de sus ojos, blanco Amante,
De cuyo seno mana una leche antigua a cada fruto.
Yo amo por ello este hundido bosque, de brillantes hojas
Donde reposa, inmemorial, el Gran Sol de los Tiempos.


De: "Reinos"  


SERGIO CRUZ





Adiós a Petrogrado



Canto de sangre mis últimas palabras.
Canto mi boca, canto de viento,
canto de miles de lectores que fijan sus ojos
en una palabra al mismo tiempo.
Canto de generación espontánea, canto
de orugas de barro que quiebran crisálidas
para crear nuevos cuerpos. Canto los juegos
de falso y verdad mezclados en aire,
canto mi voz de incendio. Canto de hormiga,
de sauce,
de parálisis sagrada. Canto en la voz de los otros
y en ellos
nada. Canto la boca,
el brazo, el silencio, el trabajo del último alfarero
que hace un ser: lo calla, lo besa, lo siente
y en todo esto canto
su historia,
las mil tierras de su vientre,
la nada,
canto
a ti.


TÉOPHILE GAUTIER





Lied



Es rosada la tierra en el abril,
como la juventud, como el amor;
y casi no se atreve, siendo virgen,
a enamorarse de la Primavera.

En junio, con un pálido semblante
y el corazón turbado de deseos,
con el Verano de tostada piel
se apresura a ocultarse en los trigales.

En agosto, bacante color cobre,
al Otoño le ofrece sus dos pechos,
con su piel atigrada se revuelca
y hace brotar la sangre de las vides.

En diciembre es la anciana que se encorva,
empolvada de blanco por la escarcha;
en sus sueños quisiera despertar
al Invierno que ronca junto a ella.


Versión de Carlos Pujol



ROBINSON QUINTERO





Una historia



Y aprendimos del yolofo, el pájaro azul turquí que canta sólo cuando vuela, nunca posado en los árboles.

Del pájaro ubus-ubus, de una sola ala, que para volar necesita del ala de su pareja.

Del pájaro septicolor, de tramadas transparencias en el viento de un poema.

Del pájaro Gipaeto, cuyos ojos son escarapelas.

Y sentados, le oíamos largamente, mientras de su boca volaban más pájaros extraordinarios. Y entre más maravillosos parecían, más felices escuchábamos…

Y aprendimos que si alguien dice algo según su sueño, alguien otro lo oye desde el suyo.