sábado, 28 de noviembre de 2015


EUNICE ODIO




Recepción a un amigo



Lo sigo,
lo precedo en la voz
porque tengo,
como el humo en despoblado,
vocación de acuarela.

Cuénteme
cómo son ahí las cosas de consumo:

libros,
rosas,
tintineos de golondrina.

Aparte de todo eso
le pregunto

por los mangos geológicos
bordeándolo de pulpa,

y por un río nuevo,
sin mirarlo,

con pueblos de sonido
y longitud de Arcángel.

Dígame algo también sobre el pequeño litoral
donde recientemente el día,
como un celeste animal bifronte,
acampó en dos acuarios
y se llenó de peces.

O si lo recibieron unánimes los árboles
como cuando eligieron a la primera alondra del año
y el día de florecer.

Resúmame ahora que tiemblo
benignamente
detrás de una golondrina,

ahora que me proponen públicamente
para desnudo de mariposa

y estoy como las rosas
desordenando el aire.



ALBERTO GIRRI



  
Lírica



Lo no previsto,
lo que con nombre de sarcasmo:
                         novísima luna de miel,
arrastras por dentro,
           y que afuera, juzgado y aislado
desde ciencias del comportamiento,
merecería rótulo más cierto,
                                        el de novísima
erotización del vínculo,
transparente caso, muy sabido
de acuerdo con estadísticas,
noticias sueltas, cuadros personales,
                                  y que tan por sorpresa
como se instaló se revertirá,
                    una tardía
exaltación que en la casi penumbra,
receptáculo de los desposados,
toca a pagar, te toca
corresponder con el recelo de que acaso
no transcurriera sino en ti,
                                        y ella intacta, lo femenino
examinándote, sobrepasándote
a fuerza de no conocer altibajos,
                        la femenina complacencia
de resistirse a transformaciones
de alta tensión y débil intensidad
en baja tensión y gran intensidad.


De "Obra poética IV"



HUGO GUTIÉRREZ VEGA

  

  
Diario de tu cuerpo (III)



De nuevo llegas a mi casa.
Conoces el camino
y sabes que mis cosas
se han amoldado a ti.

En el espejo
queda tu reflejo.

En la tarde de la ciudad,
bajo las máquinas;
en la tarde amarillenta,
sucia, habitada de sombras,
manchada por las prensas,
vociferante río de niebla
hacia la noche del tumulto;
en la tarde tus cabellos
serán un recuerdo presente.
Yo estaré junto
a tus dieciséis años
y junto a tu fracaso,
a tus cansados días
vividos bajo el humo de la ciudad.
Estaré junto a tu voz pasada
escuchando tu voz presente.
Leeremos nuestra historia
en el libro cerrado
de tu vientre.




FINA GARCÍA MARRUZ



  
¿Quién no conoce ese sendero en sombras...
       
                 Since I haye walk'd with you through shady lanes...
                                                                                          Keats



¿Quién no conoce ese sendero en sombras,
ese continuo hablar, interrumpiéndose
el uno al otro amigo, en el gozoso
diálogo hasta la puerta de la casa,
servida ya la cena? ¿Quién no escucha
las nocturnas pisadas en la acera
tornarse más opacas al cruzar por la yerba
que nos trae al amigo, al bien llegado?
¿A quién, ya tarde, no le cuesta mucho
despedirse y murmura generosos deseos,
inexplicables dichas, bajo los fríos astros?




CARMELINA SOTO




Soneto romántico



Esta rosa que pongo entre tu mano
es una breve rosa sin espina.
Y esta canción de oscura golondrina,
como la flor, es un presente vano.

Porque un día, este día de verano
con su sol y su tarde diamantina,
se tornará frontera de neblina
y yo estaré lejana y tú lejano.

Apenas de la rosa por su huella
de perfume, dirás: cómo era ella
que así me duele de invisible espina?

Y yo al fin en el verso recordando,
sin comprenderlo bien, iré olvidando
entre rosa, perfume y golondrina.



CARLOS EDMUNDO DE ORY

  


Hipérbole del amoroso



Te amo tanto que duermo con los ojos abiertos.
Te amo tanto que hablo con los árboles.
Te amo tanto que como ruiseñores.
Te amo tanto que lloro joyas de oro.
Te amo tanto que mi alma tiene trenzas.
Te amo tanto que me olvido del mar.
Te amo tanto que las arañas me sonríen.
Te amo tanto que soy una jirafa.
Te amo tanto que a Dios telefoneo.
Te amo tanto que acabo de nacer.