miércoles, 21 de octubre de 2015

IDEA VILARIÑO




Estás solo, lo mismo...



Estás solo, lo mismo.
Yo no toco tu vida, tu soledad, tu frente,
yo no soy en tu noche más que un lago, una copa,
más que un profundo lago,
en que puedes beber aun cerrados los ojos,
olvidado.
soy para ti como otra oscuridad, otra noche,
anticipo de la muerte,
lo que llega en el día frío el hombre espera, aguarda,
y llega y él se entrega a la noche, a una boca,
y el olvido total lo ciega y lo anonada.

Sin límites la noche,
pura, despierta, sola,
solícita al amor, ángel de todo gesto...

Estás solo, lo mismo.
Ebrio, lúcido, azul, olvidado del alma,
concédete a la hora.






JAIME GARCÍA TERRES




Éxodo



Calla, viento. Que no te escuche nadie.
Ni las humildes torres
apenas esbozadas,
ni las fieras murallas
de cálidos colores.
Calla tu fiel silencio generoso,
velando mi secreto
a todos los oídos.
Claros, celestes ríos
ilustran tu sendero.
Los pájaros más leves te navegan.
Acaricia, protege todo ello
con mucha suavidad.
Pero que nadie sepa,
a orillas de mi pena,
del afán que la mueve. Por igual
vuelen tus átomos agudamente,
como balas de nada diminutas,
que llegan sin que nadie las espere,
y se van
                  sin que nadie las retenga.



MIGUEL ÁNXO FERNÁN-VELLO




Primavera



     Hay un país de sangre verde que corre inmensamente por los
campos y eleva brillos altos en los árboles despedidos al cielo.

     Es un reino de mil tierras al sol. Un fuego mineral y azul.

     Estallan bajo el aire los nudos del tiempo y un hueco de
fervor anuncia la música de la luz, las alas puras que extiende la
transparencia en el corazón del espacio.

     Grave y honda salud que respiran ahora los meses en este
aroma incendiado de viento nuevo, en esta espiral celeste que
ensancha el sentido de todos los deseos.

     Ah leve dolor del alba, llamaradas delgadas que suben
invisibles a la frente desmayada del fugaz mediodía.

     Las palabras son notas de una música grande, una alegría pura
que suena para el tiempo, una sed que ilumina una canción de
agua.

     Cómo crece el color, telas vivas al viento, un barniz flameante
sobre el eco de las cosas.

     Hay un país de sangre que modula en los cuerpos la solar
hermosura hirviente de los amaneceres.

     Un perfume que invade de fina flor tan nueva el corazón.


De Entre agua e fogo. Cantos da terra posuída.



SILVINA OCAMPO




Quisiera ser tu predilecta almohada...



Quisiera ser tu predilecta almohada
donde de noche apoyas tus orejas
para ser tu secreto y ser las rejas
de tu sueño: dormida o desvelada

ser tu puerta, tu luz cuando te alejas,
alguien que no trató de ser amada.
Huir de la ansiedad que está en mis quejas,
poder a veces ser lo que soy, nada,

no tener nunca miedo de perderte
con variación y honda infidelidad,
jamás llegar por nada a concederte

la tediosa y vulgar fidelidad
de los abandonados que prefieren
morir por no sufrir, y que no mueren.



JUAN BOSCAN



  
Gran tiempo fui de males tan dañado...



Gran tiempo fui de males tan dañado,
por el dañado amor que en mí reinaba,
que a sanos y a dolientes espantaba
la vista de un doliente tan llagado.

Conveníame andar siempre apartado,
según de mí la gente se apartaba,
y aquello en que más yo me reposaba
era hartarme de ser desdichado.

Vime sano después en un momento,
y vueltos en placer los males míos;
miraban todos esta salud mía

con un maravillado sentimiento,
como al ciego miraron los judíos
espantados de velle como vía.


HOMERO ARIDJIS




Cuando la sombra duerme su cuerpo se ilumina...



Cuando la sombra duerme su cuerpo se ilumina
su rostro reflejado atraviesa cristales
y finalmente se instala en todo brillo

Sus dedos trenzan en el aire
los bellos frutos de los días de mayo

Muda en la respiración muda de las cosas
la voz de una mujer pasa buscándola

Desnuda en el esplendor irreparable
sus ojos se abren como un río
de luz y de sonido