viernes, 23 de diciembre de 2011


23 DE DICIEMBRE


LA FECHA CORRESPONDE AL DIA EN QUE FUERON TWITEADOS LOS POEMAS


A FLORINDA EN INVIERNO

Al hombre mozo que te habló de amores
dijiste ayer, Florinda, que volviera,
porque en las manos te sobraban flores
para reírte de la Primavera.

Llegó el Otoño: cama y cobertores
te dio en su deshojar la enredadera
y vino el hombre que te habló de amores
y nuevamente le dijiste: -Espera.

Y ahora esperas tú, visión remota,
campiña gris, empalizada rota,
ya sin calor el póstumo retoño

que te dejó la enredadera trunca,
porque cuando el amor viene en Otoño,
si le dejamos ir no vuelve nunca.
Andrés Eloy Blanco



UNA MUJER

Una mujer
agrede a la monotonía calle arriba
entre huellas pierde la mirada
dibuja sueños en
las esquinas tras el
aliento de las escaleras.

Una mujer esconde
la soledad en sus
bolsas
desconoce la edad de
las paredes mustias.
Cecilia Palma



ABSOLUTO

Siempre,
y conste,
cuando digo siempre
no es todas las veces,
sino las que recuerda
mi limitada memoria
que rescata sólo esas
que sirven a mi argumento.
Dinko Pavlov



NO TE RECORDARÉ

No te recordaré que dijiste “mi amor eterno”
No te recordaré que lloraste sobre mis besos
total si lo olvidaste.....
¡A mí sólo me falta tiempo!
Marisol Baeza



AMALIA

Llévame al bosque encantado
Toma mi mano y llévame al bosque de los aromos enanos
Antes que anochezca
Ahora que la nube se pone su pijama colorado
Y en el patio
Nos guiñan el ojo las manzanas
Desde los manzanos japoneses

Yo sé que aún recuerdas
Como sólo en sueños yo recuerdo a veces
El silencio aquel del cual brotaba el trino de los pájaros
Que entonces no era el trino de los pájaros
El tiempo en que la luz remonta el vuelo
Y desde la luz que se nos va
Acude por nosotros la benéfica negrura de la vida

Muy dentro de mí
Yo quería que este fuera la nostalgia de la luz
Y no un poema
Pero no puedo ensombrecerme ante un gesto de luciérnaga
No me nace entristecer en tu presencia

Tú eres la blancura apenas mancillada por el mundo

Llévame al bosque encantado
Toma mi mano
Y entremos al bosque de los aromos enanos
Como la semilla empujada
Por el beso de la lluvia entra en la tierra
Y se despierta
Allí donde las brújulas
No tienen otro Norte que los sueños.
Enrique Silva