domingo, 16 de mayo de 2021


 

ROLANDO COSTA

 



El dragón

 

 

Coraznado, hálito de pie. Sólo dormido, a fondo. Si despierta saldrá de la cueva inmensa, vagará por la selva enorme; y le acosarán, montando jabalís, sagárida en mano y cuatro brazos verdes, gatunos príncipes hindúes de piel dorada; pero él los traga a todos.

 

Si despierta despertará en dragón.

 

DORA GUERRA

 

 


 

Este Paris queriéndonos

 



Queriéndonos despacio y de la mano,
frente al momento puro, más liviano que el aire,
tu palidez sonriente desde el beso
y esta mi piel morena
que no puedo disolver en el viento.

 

Y así tú y yo formamos
como un círculo intenso,
como una isla colmada,
entre la ciudad vaga como en sueños,
en medio de su gris
donde un rosa lejano es casi una aventura,
frente a la catedral diluida por el tiempo,
junto al río que es brisa endurecida,
con seres que cruzamos y existen un momento.

 

Como si se pudiera resolver el instante
en ecuaciones de humo,
en palabras de niebla
y en silencio.

 

Entonces me doy cuenta:
tengo que proyectarlo en el recuerdo;
el instante, la bruma, tu presencia,
la ciudad de mentira,
y así voy penetrando su misterio,
comprendiendo despacio su hermosura,
haciendo casi real este momento,
este presente vago,
esta dulzura,
este andar por el aire,
este querernos.

 

 

LILIAN SERPAS

 


 

3

 


El avión que te lleva
es pájaro goloso
que pica las estrellas.

 

De: “Microgramas de niebla”

 

 

MATILDE ELENA LÓPEZ

 

 

 

Madonna de las siete lunas

 

 

Plena de la plenitud
en plenilunio
la luna soy
quemada por tus besos.

 

Me das calor,
me ves lucir al punto
que el sol se paraliza
en el eclipse.

 

Y cuando llega el novilunio
soy nueva en la violeta
y en la rosa
y crece más tu amor
—cuarto creciente—.

 

En el círculo soy
toda la clave
de luna que se ahoga
en el azogue
cuando refleja
las fases de la luna.

 

Mas, no hay menguante
porque el beso crece
y en tus brazos yo soy
todo el zodíaco.

 

Que más, si la estatua
veneraste alta
en el plinto inaccesible
—sola—
—luna en el esplendor
del juego de sus luces—
tengas ahora en tus brazos
la rosa entera
del perfecto instante.

 

Y ya las fases de la luna
cumplan el círculo
cabal en su retorno
—luna menguante—,
pálida hoz para el amor cumplido.

 

¿De qué centurias
venía tu ternura
rodeándome sin verla?

 

ELISA HUEZO PAREDES

 

 

 

Ruego

 

 

No te alejes Poesía, no te alejes,
hazme el milagro de sentirte mía,
despierto está el Ensueño, todavía
necesito tu llama, no me dejes.

 

Tu claro rostro quiero que reflejes
en el espejo de mi fantasía,
que la grávida lámpara que ardía
siga ardiendo en mis sueños que entretejes.

 

¿Será mucho pedir a tu grandeza
si desde niña te sentí a mi lado
dándome la lección de la Belleza…?

 

¿Cómo podrás quitarme lo entregado
si hoy que parece todo terminado
tu luz de plata enciende mi cabeza?

 

San Salvador, 1981.

 

FRANCISCO RUIZ UDIEL

 

 

 

Alguien entra en la muerte con los ojos abiertos

 


Déjenme limpiar esta herida,

apesta mi cuerpo,
déjenme secar con mi vieja camisa de fuerza
las dúctiles paredes donde se rompen mis sueños.

 

Por favor, cuando yo parta,
no me cierren los ojos,
no me maquillen el rostro como a un cadáver
que aparenta estar vivo,
no me disfracen con saco y corbata
pues la muerte no compra etiquetas,
no me vistan de honor, no lo necesito,
no me pongan mordazas en la boca
ni algodones en la nariz;
no me dejen sin sentidos.

 

Por favor, les ruego,
no me dejen ir con este peso
que me obliga a mirar hacia abajo.