Madonna
de las siete lunas
Plena
de la plenitud
en plenilunio
la luna soy
quemada por tus besos.
Me
das calor,
me ves lucir al punto
que el sol se paraliza
en el eclipse.
Y
cuando llega el novilunio
soy nueva en la violeta
y en la rosa
y crece más tu amor
—cuarto creciente—.
En
el círculo soy
toda la clave
de luna que se ahoga
en el azogue
cuando refleja
las fases de la luna.
Mas,
no hay menguante
porque el beso crece
y en tus brazos yo soy
todo el zodíaco.
Que
más, si la estatua
veneraste alta
en el plinto inaccesible
—sola—
—luna en el esplendor
del juego de sus luces—
tengas ahora en tus brazos
la rosa entera
del perfecto instante.
Y ya
las fases de la luna
cumplan el círculo
cabal en su retorno
—luna menguante—,
pálida hoz para el amor cumplido.
¿De
qué centurias
venía tu ternura
rodeándome sin verla?
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