Este
Paris queriéndonos
Queriéndonos
despacio y de la mano,
frente al momento puro, más liviano que el aire,
tu palidez sonriente desde el beso
y esta mi piel morena
que no puedo disolver en el viento.
Y
así tú y yo formamos
como un círculo intenso,
como una isla colmada,
entre la ciudad vaga como en sueños,
en medio de su gris
donde un rosa lejano es casi una aventura,
frente a la catedral diluida por el tiempo,
junto al río que es brisa endurecida,
con seres que cruzamos y existen un momento.
Como
si se pudiera resolver el instante
en ecuaciones de humo,
en palabras de niebla
y en silencio.
Entonces
me doy cuenta:
tengo que proyectarlo en el recuerdo;
el instante, la bruma, tu presencia,
la ciudad de mentira,
y así voy penetrando su misterio,
comprendiendo despacio su hermosura,
haciendo casi real este momento,
este presente vago,
esta dulzura,
este andar por el aire,
este querernos.
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