sábado, 8 de mayo de 2021


 

CHARLES OLSON

 


 

Vivo debajo…

 

 

Vivo debajo
de la luz del día.

 

Soy una piedra
o el suelo de abajo

 

Mi vida está enterrada,
con toda clase de pasadizos
en los costados y a la vez en el rostro dado vuelta
hacia la tierra
o está construida como los largos muros de piedra del noreste de Connecticut dotados generosos
a través de los cuales todavía pasan los caminos del siglo º18
como si ellos mismos fueran reinos,

 

las piedras con que están hechos
son de la base de los megalitos de la edad de hielo

 

y las tierras altas los muros son los límites de
están definidos
con tan mezquina definición

 

del total de distancia entre una calle que entra y que sale
de los lotes del bosque o los pasadizos más lejanos, las granjas más lejanas
están dados

que uno de repente camina

 

en el tiempo tártaro-eroiano, geano-uraniano
y vida amor espacio
tiempo y analogía
exacta tiempo e intelecto tiempo y mente tiempo y tiempo
espíritu
la iniciación

 

de otra clase de nación

 

El alma apropiada…

 

el alma apropiada en el cuerpo apropiado
es mitológica

el alma general
en el cuerpo general
es teológica

 

el alma de la persona
en el cuerpo de la persona
es para la psicología

 

 

EDITH CHECA

 

 


Devaneo en los infiernos…

 

 

Devaneo en los infiernos
sobre el acantilado de los suicidas,
mientras miro el mar excelso y laminado
de desdichas y poemas,
de despedidas y recuerdos.
Un mar que es calendario de una vida,
de muchas vidas,
y que pasa las hojas,
como pasan las horas,
como pasan los días,
como pasan las olas
ondulando el horizonte.
Y se ríe, ronco, como un demonio escarlata
que adivinara el salto del Último Adagio
en el hundimiento de cada Titanic.
Y se ríe, tierno, como un ángel azul
que se sabe acogedor de los que huyen
del país de las decepciones.

 

Es un mar que pierde esperanza por algún desagüe
que llega al infierno del miedo.

 

 

ED SANDERS

 

  

 

1968

 

 

Este poema está dedicado
a la memoria de
el gran bardo Allen Ginsberg

 

Desde el Verano del Amor
vino una Primavera Exorcismo
& un frío invierno

 

En la noche de año nuevo
Los Fugs cantaron su último repertorio
en el Players Theater
En la calle MacDougal
después de dos años de perfs
y 600 shows
renté mi limosina final
y pretendí ser rico
yendo a fiestas en el Lower East Side

 

Luego era tiempo para el 68
el año en que la gente habló
por la Polis de Hierro

un tipo de nariz aguileña llamado James Earl Ray
fue al hipnotista en L.A
el 4 de enero

(se ha hecho hipnosis
ahora y antes

desde que llegó a California
la primavera del 67

y aceleró
la instalación de su teléfono
arguyendo a que el trabajaba
para incluir a George Wallace en la
papeleta presidencial

Zoom! Shree! Ack! Crash!
cuatro aviones U.S aterrizaron en Vietnam
el 5 de enero

el total encima de 5000

Dolor dolor dolor dolor

pero nada que he leído sobre enero 5
agrega el napalm o al agente naranja
(o las viles bombas de racimo)

 

 

BALBINA PRIOR

 

  

 

Subasta de sueños en la Era Heisei

 

 

Sabía que atravesando Akakira
al final se llega a una vieja fábrica de aceros,
donde los prendidos sueños arden
como en plena calle verdes
papeleras de plástico galvanizado.
Era todo un milenio en llamas,
crepitaban utopías y principios,
un viejo sombrero de fieltro de Pablo Iglesias,
y la daga samurai de un múltiple Harakiri.
Su resplandor iluminaba la máscara de la Era Heisei,
un ácido corroía los labios del milenio
una vez pintados de rojo carmín.

 

Todo era cenizas; asusta.
Como en el insaciable tanatorio de la M30
nadie se atreve a esparcirlas
por si tan sólo la grama crece,
algún deseo trasterrado y otro
sumiso siglo nada adverso
con el viático de su pasado.

 

Pero también cerca de Akakira
se encuentra una casa de subasta,
y a la espera quedo por si consigo
en rebajas alguna sombra de sueño.

 

 

FERNANDO ESPEJO

 

 

 

El silencio


 

Yo soy, aquí
un párvulo del sueño
ornado con el mínimo llanto de los niños,
con la efímera voz de las mujeres
que hablan construyendo una casa de pan,
de azúcar y sillones…

 

Tocaron a la puerta
las personas, las voces, las esquinas y las calles abiertas…
¿Nada aún para mí?
…Nada más la costumbre de luz que hay en los pájaros,
un regreso sin nadie,
y el ser nativo de este país de lánguida tristeza…

 

Ahora, diminuta paloma sustraída,
afinando el oído
he de buscar tu voz
en la íntima boca de las flores…

 

¿Cómo entender la hermética frase de los lirios?

 

Me voy junto a la tarde,
hasta el fondo del día
y donde cae
con un poco de arena diluida, grano a grano,
y juegan en el parque las palabras de siempre…

 

Ahí me estoy, mirando…
En la destituida altura de las nubes.
¿Qué es lo que hace tu rostro?
Humo y luz…

 

Luego, siempre, la noche
al final de las calles,
deshojando de amor, pétalo a pétalo,
una estrella que muere entre mis manos.

 

 

JESÚS HILARIO TUNDIDOR

 

 


Viento de octubre

 


María Teresa, ahora
vira el viento, viene el viento, zumba
en mi frente, trae
sólo sonora soledad rumba
sonora, mísera
materia del olvido, y bisbisea, abre la urna
del corazón, irrumpe
lento, ciego, como si fuese un silbo
solo o como una
sola
luz
gastada. Crece. Luz
recobrada fluye, choca, tumba
el presente, hace
pura
la vida, pasa
como una horrible tolvanera oscura
sobre antiguos legajos, viejas
historias tristes, trastos
que fueron, puyas
dolorosas,
desvaídas vaguadas, cerros, dunas
que remueve, y encuentra
allá en el fondo de mi vida ida
una pequeña paz:
la de tu nombre.