martes, 21 de agosto de 2012


SERGIO GARCÍA






Y nada más



Un diminuto instante, inmenso en el vivir
Silvio Rodríguez



Un diminuto instante
Usted sabe

Una palabra apenas
Que usted dijo

Un roce suave
Una euforia de sentidos

Después recrear la realidad
Usted y yo

Diminuto polvo
Descubrirnos

ALFONSO CANALES





La cita



Amor, amor, amor, la savia suelta,
el potro desbocado, amor, al campo,
la calle, el cielo, las ventanas libres,
las puertas libres, los océanos hondos
y los escaparates que ofrecen cuando hay
que ofrecer al deseo de los vivos.
De los vivos, amor, de los que olvidan
que un día no habrá puertas ni ventanas,
ni potro ni raudales de la hermosura
para estos, estos ojos, estos ojos
donde habrá que engastar unas monedas
-y otra bajo la lengua-, por si acaso
al barquero le sirven o al que busque
sueños de ayer, de hoy, bajo la tierra.
Bajo la tierra, amor, trufas, estatuas,
oro, cántaros, dioses
apagados, amor, tesoros, premios
de la ansiedad.

Amor, dame la mano,
no te conozco, amor, no importa, dame
la mano, amor, no la conozco, nunca
importa demasiado conocerse.
Abre los ojos, no, no puedo, abre
la boca, ¿dónde está tu risa, dónde
se duerme tu palabra? Amor, no tengo
más risa, más palabra: Amor.

Te doy a cambio lo que esperas.
¿Tú lo sabes, tú sabes lo que espero?
Amor, ¿tú tienes lo que espero?
Es amor, amor y el mundo
como está, como es, con estas vías
abiertas con las cosas
que con amor se hacen, con la gracia
de hacer las cosas con amor, con tiempo
para formarlas con amor, con fuerzas,
aguas de amor para apagar el miedo.

JORGE ROJAS






Declaración de amor



¡Oh! mi enemiga,
a medida que me cuentas tu vida
cómo hierve dentro de mí un veneno dulce,
un humor amargo, una uva terrible.
No he debido saber ni de dónde venías.
¿Qué más daba, un remoto país
o un reciente amante?
Quiero exterminar todos los sitios
donde estuvo tu corazón o tu piel.

Mas, oh encadenado, sólo puedo volver añicos
este mapa de colores que pinté cuando niño.
¿Qué más debo destruir? ¿Nada más?

Sí, también, cada día, morderé en tus labios
todos los besos que ahí han quedado
junto a los nombres de las ciudades.

ÁNGELA CARDOZO


  



II


Tiempo intemporal

En la bóveda del tiempo inexplicable
juguetean los besos, con la boca
ausente.

¡maldición! de ese deseo
que no guarda, palabras,
debajo de la sangre.
Se mueren los dedos
Queriendo atravesarte,
pero sólo en un
instante......
te transfiguras en nada.

MÓNICA GOGNA






Mi ciudad (II)



Está llena de hombres mi ciudad
comienzo a descubrirlos
ellos
registran mi existencia
gentil
torpemente.

Si existen los hechizos
alguno
acaba de romperse.