sábado, 31 de octubre de 2015

AMANDA BERENGUER




El Vidrio Negro



el cono de la lámpara me pone a foco
más cerca
más nítida
me veo y me ven

la imagen con fantasma ajustará sus círculos
y no sé si cubrirla ya con un paño de lágrimas


el recuadro de una silla enmarca la lluvia
sobre el vidrio negro
el árbol en lo oscuro
inclina del otro lado sobre mi hombro
su brillo cubierto de hilos
- la ventana es un ojo
un dragón de tinta-
esa torcaza colgada a mis espaldas
proyecta una espiral amarilla
y mostacillas de fósforo le queman las alas
- se repite-
el vidrio negro nos envuelve malignamente:
la ventana es una célula encapuchada
una mirada fotográfica
un revólver

el cono de la lámpara me pone a foco

está sentada vestida de rojo escribiendo
mira de vez en cuando la ventana
la lluvia sobre el vidrio negro
le apuntan:
es un blanco perfecto



MEDARDO ÁNGEL SILVA




1. Aquella dulce tarde pasaste ante mi vista
soberbia, en el decoro de tu vestido rosa;
inefable, irreal, melodiosa, imprevista,
como si abandonara su plinto alguna diosa.

Y perfumando la hora de lilas, te perdiste
al fondo de la calle, cual tras una áurea gasa...
mis ojos te seguían, con la mirada triste
que lanza un moribundo a la salud que pasa


De "Estancias"



RENATA DURÁN




No viniste de lejos



Viniste de tan hondo
que conozco tu nombre,
conozco tu dolor,
reconozco tu alma.
No viniste de lejos,
ni siquiera has llegado.
Estabas desde siempre,
como un lenguaje escrito
en el fondo de mí,
y te estoy descifrando.


CARLOS EDMUNDO DE ORY




Ensedada en mis besos lagartijas...



Ensedada en mis besos lagartijas
te oigo mugir mujer
Acostados estamos en la cama
del hospital de la dulzura
Gangrenado de amor
chupo tu joya.



ESPERANZA ORTEGA




Bailar...



Bailar
sobre el resquicio
te sostiene entre hilos y armonía

cantas
lo dice la otra voz

hasta que alguno
-el más indelicado-
corta tu cuerda y te derramas
sobre la sima
sin raíz
como una marioneta

no alcanzabas al odio
porque estás
más abajo


De "Hilo solo"



EUNICE ODIO




Epígrafe



I
           Tu mano en que desdoblan ruiseñores
su pálido desnudo,
su ancho pecho de musgo coronado,
es mano que abre al viento reclinado
claro jazmín entre la sien oscura.

          Sí, deshojada el agua entre la frente,
labra pequeña placidez de lirio
y entre los dedos gajos de violines.

II
          Tiende el oído y óyeme esta canción
que es como semilla de estaciones.

          Que es como la casa de verano
donde me crece de la mano un niño,
y el alma da empujones a la orilla,
y es como piel el alma -no se siente.

          Entraremos de pronto en el verano como árboles
vegetalmente abiertos de oídos y de polvo,

          Porque todo refluye hacia el arribo,
asciende el vientre a capital de fruto
y el aire hacia ecuación de golondrina.

         ¡Brotes sacramentales de la hierba,
oh, dádivas subiendo de la entraña,
suma de transitados alimentos!

         Y a la altura del pecho y la labranza
semilla de silencio y luz desierta.

         Todo regresa hasta su forma exacta.
La vida retoma su ambición pequeña
de ser, del todo, vegetal profundo,
recóndito edificio y luz abierta.



viernes, 30 de octubre de 2015

LUIS CERNUDA




Si el hombre pudiera decir lo que ama...



Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero,  porque no he vivido.


  

MARGARITO CUÉLLAR




Interpretación del silencio (2)



Si tomas mi mano, besas mi vientre
y navegas ligeramente a mis piernas aquí estaré.
Si no te asustan las cicatrices de mi piel,
amargas flores abiertas en noches en las que los ladrones
se llevaron árboles, plazas, el país entero,
si hay tiempo para caminar en las ruinas
y no te espanta que en vez de piel tersa
encuentres anatemas,
si no te extraña que camine con dificultad
a causa del tormento al que fui sometida
para delatar a mi padre,
sigo aquí, en un campo al que apenas llega el sol,
sobre un baldío que desconoce la palabra lluvia.
Probablemente mi voz pierda suavidad
y te suenen bruscas mis cadenas:
fui sometida a duros castigos
para que confesara los delitos de un padre.
Eran tiempos en que la muerte hablaba otros idiomas
y el silencio crecía en las grietas
como pequeñas flores de papel.


Marzo 09 de 2014


LUIS ENRIQUE BELMONTE



  
III



Limpiar la sangre que brota de tus sienes no consuela.
No encuentro en la penumbra del cuerpo mortificado
el boquete de la ascensión.
El aleteo de un ángel precipitado en el abismo,
en la orilla última de las cosas, donde el principio
y el fin no se encuentran, donde el filo no anuncia retorno,
donde te he dejado masacrado por una fe que no te pertenece.
Y te digo que soltar las amarras
no te dará el sosiego de los muertos sin resurrección,
ni ésa sombra que parte huyendo de su cruz.




EFRAÍN HUERTA




La paloma y el sueño



Tú no veías el árbol, ni la nube ni el aire.
Ya tus ojos la tierra se los había bebido
y en tu boca de seda sólo un poco de gracia
fugitiva de rosas, y un lejano suspiro.

No veías ni mi boca que se moría de pena
ni tocabas mis manos huecas, deshabitadas.
Espeso polvo en torno daba un sabor a muerte
al solemne vivir la vida más amarga.

Había sed en tus ojos. Suave sudor tu frente
recordaba los ríos de suave, lenta infancia.
Yo no podía con mi alma. Mi alma ya no podía
con mi cuerpo tan roto de rotas esperanzas.

Tus palabras sonaban a olas de frágil vuelo.
Tus palabras tan raras, tan jóvenes, tan fieles.
Una estrella miraba cómo brilla tu vida.
Una rosa de fuego reposaba en tu frente.

Y no veías los árboles, ni la nube ni el aire.
Parecías desmayarte bajo el beso y su llama.
Parecías la paloma extraviada en su vuelo:
la paloma del ansia, la paloma que ama.

Te dije que te amaba, y un temblor de misterio
asomó a tus pupilas. Luego miraste, en sueños,
los árboles, la nube y el aire estremecido,
y en tus húmedos ojos hubo un aire de reto.

No parecías la misma de otras horas sin horas.
Ya sueñas, o ya vuelas y ni vuelas ni sueñas.
Te fatigan los brazos que te abrazan, paloma,
y, al sollozar, a un lirio desmayado recuerdas.

Ya sé que estoy perdido, pero siempre ganado.
Perdido entre tu sombra, ganado para nunca.
Mil besos son mil pétalos protegiendo tu piel
y tu piel es la lámpara que mis ojos alumbra.

¡Oh geografía del ansia, geografía de tu cuerpo!
Voy a llorar las lágrimas más amargas del mundo.
Voy a besar tu sombra y a vivir tu recuerdo.
Voy a vivir muriendo. Soy el que nunca estuvo.



FRANCISCO BRINES




Los actos



Rubores, rostros, movimientos, cuerpos,
la línea transparente que desune
la piel y el aire; los sedientos humos
que aniquilan los labios, las mejillas,
y en donde el uso se consume en fuegos:
los negros resplandores, la mirada;
el tacto abrasador, de tan voraz
helado; la tramoya deshonesta,
feliz; y el bienestar de la ceniza.

Cuantas veces el acto se ha cumplido
hizo bello el vivir, y emocionante
saberlo en el olvido; porque es niebla
siempre lo que perdemos, sucesión
de fantasmas los seres y los días.
Mas sin carne, la luz no hubiera sido;
sin deseo, la vida fría noche.




LUNA SILVA MUÑOZ




De agua.



II

¿Has visto alguna vez cómo crecen las ramas?
Así creciste tú, y tus hojas son letras
………………………………….Ríos tus venas
Eres historia escrita con agua

………………………………….Y también silencio.

jueves, 29 de octubre de 2015

JOSÉ JUAN TABLADA




La araña



Recorriendo su tela
esta luna clarísima
tiene a la araña en vela.


JULIAN DEL CASAL



  
3. En el campo



Tengo el impuro amor de las ciudades,
y a este sol que ilumina las edades
prefiero yo del gas las claridades.

A mis sentidos lánguidos arroba,
más que el olor de un bosque de caoba,
el ambiente enfermizo de una alcoba.

Mucho más que las selvas tropicales,
plácenme los sombríos arrabales
que encierran las vetustas capitales.

A la flor que se abre en el sendero,
como si fuese terrenal lucero,
olvido por la flor de invernadero.

Más que la voz del pájaro en la cima
de un árbol todo en flor, a mi alma anima
la música armoniosa de una rima.

Nunca a mi corazón tanto enamora
el rostro virginal de una pastora
como un rostro de regia pecadora.

Al oro de las mies en primavera,
yo siempre en mi capricho prefiriera
el oro de teñida cabellera.

No cambiara sedosas muselinas
por los velos de nítidas neblinas
que la mañana prende en las colinas.

Más que al raudal que baja de la cumbre,
quiero oír a la humana muchedumbre
gimiendo en su perpetua servidumbre.

El rocío que brilla en la montaña
no ha podido decir a mi alma extraña
lo que el llanto al bañar una pestaña.

Y el fulgor de los astros rutilantes
no trueco por los vívidos cambiantes
del ópalo la perla o los diamantes.

  
De "Bustos y Rimas":




MARÍA ROSAL

  


Hospes comesque corporis



Del salón en el ángulo oscuro...
con cuánta precisión, con qué destreza
-¡voto a Dios que me espanta esta grandeza!-
hiende Venus triunfal de amor el muro.

La huella digital talla el conjuro.
Andante... molto allegro -qué proeza-
contra el fragor erguido de cereza.
Cascada y vendaval, dulce cianuro.

Hospes comesque corporis: ¡oh dedo!
¡Ariete dispuesto al buen suceso
y a no cejar en mengua ni agonía!

Sirve otra ronda. Que te importe un bledo
vivir o fenecer en el exceso.
Labra orgulloso tu caligrafía.

Y porque nada, ¡oh dedo! te derrote,
otra oportunidad -algarabía-
te brinda a discreción el estrambote.




IDA VITALE




Los compases heredados
                                                                 A Adolfo Nigro



No te amargues el mar,
acompásate con la hora que,
involuntario y cruel, nadie trasmuta;
ríete de los antológicos traspiés
del mínimo común nominador,
de todo el trafalgar
en que un traidor se anega.
Prémiate con recordar que siempre
huiste de él como de un eufonium.


De "Reducción del infinito"




JAIME SILES




Mayo del  68



La falda resbalaba
por el fucsia frambuesa
de sus medias. La lava,
por su tez de tigresa.

Nevaba, sí, nevaba
una canción francesa.
Por su boca marchaba
la armada japonesa.

Era París en mayo
Boticelli: la diosa
que surgía del tallo.

Cimabué. Cimarosa.
Libertad: aquel rayo
de pestaña furiosa.


LUIS CERNUDA




Razón de lágrimas



La noche por ser triste carece de fronteras.
Su sombra en rebelión como la espuma,
rompe los muros débiles
avergonzados de blancura;
noche que no puede ser otra cosa sino noche.

Acaso los amantes acuchillan estrellas,
acaso la aventura apague una tristeza.
Mas tú, noche, impulsada por deseos
hasta la palidez del agua,
aguardas siempre en pie quién sabe a cuáles ruiseñores.

Más allá se estremecen los abismos
poblados de serpientes entre pluma,
cabecera de enfermos
no mirando otra cosa que la noche
mientras cierran el aire entre los labios.

La noche, la noche deslumbrante,
que junto a las esquinas retuerce sus caderas,
aguardando, quién sabe,
como yo, como todos.


miércoles, 28 de octubre de 2015

PEDRO SALINAS




No quiero que te vayas, dolor



No quiero que te vayas,
Dolor, última forma
De amar, me estoy sintiendo
Vivir cuando me dueles
No en ti, ni aquí, más lejos;
En la tierra, en el año
De donde vienes tú,
En el amor con ella
Y todo lo que fue.
En esa realidad
Hundida que se niega
A sí misma y se empeña
En que nunca ha existido,
Que sólo fue un pretexto
Mío para vivir.
Si tú, dolor, no me quedaras
Dolor irrefutable
Yo me creería;
Pero me quedas tú.
Tu verdad me asegura
Que nada fue mentira.
Y mientras yo te sienta,
Tú me serás, dolor,
La prueba, a lo lejos,
De que existió, que existe,
De que me quiso, sí,
De que aún la estoy queriendo.



ODETTE ALONSO




Linternas



Hoja que marca el curso de la noche
el filo de una esquina traicionera
vendedora de historias trashumantes
disueltas en la bruma.
Nadie pasa a través de la muralla
nadie espera ya el soplo de la brisa
a las cinco de la tarde.
La arena te ha poblado los recuerdos
devuelve el bofetón a los alisios
enciende la linterna.
Ayer éramos más
un ejército de desesperanzados
cómplices de la noche
alcohol en el paseo y 23
ramas absurdas y árboles caídos ebrios también
desencantados.
Ayer éramos niños
de milagro escondido en los bolsillos
y canción recitada como un himno.
Ayer pintamos muros o creímos hacerlo
escribimos consignas en el forro de los libros de historia
al pie del Alma Mater.
Soñábamos soldados pastelitos caravanas
y éramos más.
Llovía a cántaros sobre la suciedad de las fachadas
siglos de polvo                 hollín
conspiración del tiempo.
Luego la desbandada
hoja que marca el curso del olvido
linterna que se enciende o que se apaga
según quien le haga el guiño.

 


EFRAÍN HUERTA




La amante



Y, desdichada, hallarte vibrante de violetas,
celeste, submarina, subterránea,
ahijada de las nubes,
sobrina del oleaje,
madre de minerales
y vegetales de oro,
universal, florida,
jugosa como caña
y ligera de brisas
y cánticos de seda.

Desdichada penumbra al encontrarte
negándose tu cuerpo a mi deseo,
dándose al día siguiente,
circulando en el aire que respiro,
diseñando mi vida,
mi agonía
y mi muerte sencilla,
y mi futura muerte
entre los muertos.

Ah tu cordial miseria de caricias,
el gesto amargo de tus manos
y la rebelde fuga de tu piel,
cómo me decepcionan,
me castigan y ahogan,
hembra de plata líquida,
insobornable y mía.

Y tu noche de gritos y gemidos,
alimentando vida, creando luz,
provocando sudor, melancolía,
amor y más amor desfallecido,
tumultos de palabras,
mi desdichada niña,
olvidándote, sí, casi perdiéndote
en el ruido de torsos y sollozos.

Pero siendo destino, siendo gloria
tus cabellos castaños, tus miradas
y tus feas rodillas de suave juventud.






LUIS MUÑOZ



  
Primera hora



Con sus patas de araña
el día apenas toca lo que toca.
Al cielo de la plaza lo despeina
un viento tibio.
A menudo lo oí y no lo quise:
que la repetición te manda.
No:
con la fibra de ayer, con lo que quieras
el hoy es uno.
 

De "Manzanas amarillas"



LEOPOLDO PANERO



  
Materia transparente



Otra vez como en sueños mi corazón se empaña
de haber vivido... ¡Oh fresca materia transparente!
De nuevo como entonces siento a Dios en mi entraña.
Pero en mi pecho ahora es sed lo que era fuente.

En la mañana limpia la luz de la montaña
remeje las cañadas azules de relente...
¡Otra vez como en sueños este rincón de España,
este olor de la nieve que mi memoria siente!

¡Oh pura y transparente materia, donde presos,
igual que entre la escarcha las flores, nos quedamos
un día, allá en la sombra de los bosques espesos

donde nacen los tallos que al vivir arrancamos!
¡Oh dulce primavera que corre por mis huesos
otra vez como en sueños...! Y otra vez despertamos.


Versos del Guadarrama


OLIVERIO GIRONDO




Llorar a lágrima viva...



Llorar a lágrima viva.
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma, la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando.
Festejar los cumpleaños familiares, llorando.
Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo...
si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría.
Llorar de frac, de flato, de flacura.
Llorar improvisando, de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!



martes, 27 de octubre de 2015

IDEA VILARIÑO




Escribo, pienso, leo...



Escribo
pienso
leo
traduzco veinte páginas
oigo el informativo
escribo
escribo
leo.
Dónde estás
dónde estás.




JAIME GARCÍA TERRES




Cantar de Valparaíso



¿Recuerdas que querías ser un poeta  telúrico?
Con fervor aducías los admirables ritos del paisaje,
paladeabas
nombres de volcanes, ríos, bosques, llanuras,
y acumulabas verbos y adjetivos
a sismos o quietudes (aun a las catástrofes
extremas del planeta) vinculados.

Hoy prefieres viajar a medianoche, y en seguida
describes episodios efímeros.
Tus cuadernos registran el asombro
de los rostros dormidos en hoteles de paso.
Encoges los hombros cuando el alba precipita
desde lo alto de la cordillera blondos aluviones.

¿Qué pretendes ahora? ¿Qué deidad escudriñas?
Acaso te propones glorificar el orbe claroscuro
del corazón. O merodeas al margen de los cánticos,
y escribes empujado ya tan sólo
por insondables apetencias,
como fiera que busca su alimento donde la sangre humea,
y allí filos de amor
dispone ciegamente.


MIGUEL ÁNXO FERNÁN-VELLO

  


Los dedos se enamoraban...



Los dedos se enamoraban
de la nuca suave
caían por la espalda
dibujando caricias
y en la curva pulida
de la cintura redonda
donde crecen las nalgas
blancas moles y suaves
concentraron la forma
de la caricia ondulada
e inventaron lo tierno
y abrazaron lo tibio
y vivieron la calma
de una espira! muy leve
una feliz blandura
una pasión blanquísima
de lunas y de nubes


De Do desexo en corpo e sombra



SILVINA OCAMPO




Las caras



Las caras de los hombres que en mi vida he encontrado
me persiguen y viven adentro de mi espíritu.
Las caras de los hombres que he encontrado en mi vida
me miran y me abruman.
Podría dibujarlas pero nunca me atrevo.
Algunas tienen cuerpos y llevan en las manos
anillos y collares, flores de terciopelo,
algunas son mansiones, son jardines, son ríos,
algunas son un viaje, una playa, un desierto.
Algunas son de mármol, algunas son fenicias,
algunas son romanas, griegas y perniciosas
con los rasgos borrados.
Algunas tienen penas, muchas penas algunas,
y largas cabelleras que lloran en el viento.
Algunas son horribles, casi siempre me advierten
que un peligro me acecha.
Algunas tienen horas marcadas en los ojos
y son como clepsidras,
me despiertan de noche.
Algunas me quisieron
y movieron los labios para decir mi nombre.
Algunas no entendieron nunca lo que les dije
ni supieron por qué las miré largamente.
Algunas son anónimas
llevan frutas y fuentes, manos de terracota,
como las estaciones.
Algunas se arrodillan, buscan algo en la tierra.
Algunas como pájaros siempre estiran el cuello.
Algunas se inclinaron
y escribieron sus nombres sobre mi corazón
sin que yo lo advirtiera.
Algunas fueron mías, algunas se alejaron
y perdieron su sexo, su virtud y su candor;
fueron como la imagen
del infierno en el mundo
que tratamos, en vano, de olvidar.
Algunas fueron deidades
que no olvidaré nunca.



JUAN BOSCAN




Si el corazón de un verdadero amante...



Si el corazón de un verdadero amante,
y un continuo morir por contentaros,
y un extender mi alma en desearos,
y un encogerme, si os estoy delante;

y si un penar con un sufrir constante,
satisfecho y contento con miraros,
y un derramar mis pasos por buscaros,
preguntando por vos a cada instante;

y si un tener mi razonar compuesto,
en hablándoos, sin más, luego turbarme,
con un grande embarazo y desvarío,

los accidentes son que han de llevarme
con público pregón a morir presto,
la culpa es vuestra y el dolor es mío.




HOMERO ARIDJIS



  
Cae la lluvia sobre junio...



Cae la lluvia sobre junio
El espíritu de la mujer que ama
corre en tu cuerpo       se desnuda en las calles

La vida en los rincones
sostiene el equilibrio del mundo
con un algo de Dios que asciende de las ruinas

Los hijos del hombre hacen su universo
sobre un barco de papel que se destroza
pero la alegría no está precisamente allí
sino en la proyección de otro universo

Nada debe detenerse
volverá septiembre y después abril
y los amigos que no acudieron esta primavera
estarán con nosotros en un invierno previsible

Amo este tiempo
donde los perros son sagrados
y los insectos titubean en los vidrios

Te amo a ti por efímera por susceptible al frío

La ciudad se ilumina para nuevas proezas




lunes, 26 de octubre de 2015

ALBERTO GIRRI




Poema con un poema



        Del emperador
que desvalido se adormece
en su jardín,
                         tiene algo este
anciano a quien súbitamente
el deseo,
                  huésped no invitado,
vuelve, persiste en sacudirlo.

También se amodorra,
y los dos son como gatos,
                                           no les importa
                                           sino sobrevivir;

                      pero en su precario retiro
el viejo no enhebra canciones,
y en lugar de ir entreviendo
ejércitos que incendian y destruyen
concita sobre él un retorno
en procesión de bellezas
ahora agrias,
                           cada cual mostrándole
la forma de un triángulo
allí donde hubo un sexo,
                         todas
                         semejantes
                         a las tardías flores
                         que en el imperial jardín
                         aguardan el invierno.


De "Obra poética IV"


MARCELO DANIEL FERRER







Como suspiro de golondrina,
Que llega, reclina... y emigra,
Expiró el verano.

El otoño despliega sus opacos paños,
Matizando de ocre florecidos prados...
Renegado encuentro con los nódulos palpables
Del paso aletargado de incromáticas tardes.

Al fenecer la veraniega fiesta,
Se desviste la naturaleza en agonía lenta,
Sumérgese bajo la tierra su grandilocuencia
A elaborar toda materia para la vida nueva.

Se repliega la naturaleza y se espabila la pereza
Fuera, la ajena soledad de las hojas muertas
En su póstuma misión de nutrir la tierra.
Dentro, renace la inquina fulgurante
De un verano que se lleva el siestero
Y el plácido despertar asido a un mate.

El Oste sopla el agobio... se renueva el aire.
Una danza otrora aletargada ahora es danza alocada
De paños inquietos en la sala de estar.
La cerveza fría
Cede el paso a un té caliente y frugal...
Y el romancero de grillos, lunas y pastizal
Es ahora tenue zumbido de viento otoñal...

Expiró un verano de noches tibias,
De charlas junto a la alberca y remojón lunar...
De morenos rostros y pieles puestas a broncear,
De algazaras espontáneas e hilaridad
En el sur,
Un año más ha dado de comenzar.




RAMÓN VALDEZ







Me han tirado un beso esta mañana,
Me lo enviaron los labios de un niño,
Y tú sabes cuánta sed hay en el alma,
De una simple muestra de cariño.

Me han tirado un beso esta mañana,
Y mira cómo influyen estas cosas,
Que mi aburrido día de semana,
De golpe se pobló de mariposas.




BLANCA ANDREU



  
Ofrenda



Decidme, agua, fuego furioso, nuvia del infierno,
sobre la grande mar redoblan los tambores
del enemigo viento y retumban como campanas
los lingotes de cobre en la sentina.
Decidme, lastre o mercancía, fardos de especias, negros
fueron sacrificados al gran ladrón, fueron por la borda,
sombras raptadas, ropas, animales
y una mujer.


"Capitán Elphistone"


VILMA VARGAS ROBLES




Tegucigalpa



Me dueles
como si el aire entumecido de tus tejados fuera conmigo
y me dieras la fuerza en un jadeo.

Dejas piedritas en los ojos
-visibles en las noches-

Temo caer.

Balbuceo frente a un mapa.
Pienso huir y sigo buscándote,
tierra hendida donde me ahogo y broto ásperamente.




LORENZO OLIVAN




Nudo



Cuando duermes, tu aliento
es el único signo
que te queda de vida.

Con qué fuerza te ata
al mundo un soplo de aire.


Puntos de fuga



domingo, 25 de octubre de 2015

AMANDA BERENGUER



  
No Quieres Venir a Llorar Conmigo



Hay algo/la ciruela morada cayó del árbol/
una nube oscurece plácidamente
la habitación/ ¿nadie?/
goteaba la canilla de la cocina
serena y suave/te necesito/estoy
descendiendo por una escalera mecánica
que me lleva a ciegas/¿soy yo?/
sin embargo me veo sentada a la mesa
escribiendo y
"cuando quiero llorar no lloro
y a veces lloro sin querer"/

hermano mío/haremos una reunión
plañidera en las entrañas de la angustia/
el tiempo nos mira y nos engaña/
¿trampa?/¿alucinación?/ la ciruela morada
cayó del árbol/-lo siento/dijo el viento/
y pasó de largo/llevándose lo más querido/
y aquí estoy/en el borde mismo
de lo que no sabemos/en este rincón
de la casa/ te necesito/óigame quien me oiga/
¿quieres venir a llorar conmigo?


(4 de marzo, 1997)



MEDARDO ÁNGEL SILVA



  
8. Ni un ansia, ni un anhelo...

                  Mon ame est un beaulacsolitairequi tremble...
                                                               Albert Samain



Ni un ansia, ni un anhelo, ni siquiera un deseo,
agitan este lago crepuscular de mi alma.
Mis labios están húmedos del agua del Letheo.
La muerte me anticipa su don mejor: la calma.

De todas las pasiones llevo apagado el fuego,
no soy sino una sombra de todo lo que he sido
buscando en las tinieblas, igual a un niño ciego,
el mágico sendero que conduce al olvido.


De "Estancias"



RENATA DURÁN



  
Regreso a mi cuerpo…



Regreso a mi cuerpo
después de un largo
viaje a ti.
Te vi dormido
frente al mar,
fatigado de amor
sobre mi pecho.
Respirabas ahí,
abandonado,
como si en mí
hubieras anclado.
Quise dormir también
para soñar tu sueño
que casi lo veía
surgir de tu cabeza.
Cerré los ojos.
Fue en el tiempo
el momento
en que más te amé.
Después los sueños
propios me llevaron
muy lejos.
En uno de ellos,
te perdí.



CARLOS EDMUNDO DE ORY



  
Los amantes



Como estatuas de lluvia con los nervios azules
secretos en sus leyes de llaves que abren túneles
sucios de fuego y de cansancio reyes
han guardado sus gritos ya no más

Cada uno en el otro engacelados
de noches tiernas en atroz gimnasio
viven actos de baile horizontal
no caminan de noche ya no más

Se rigen de deseo y no se hablan
y no se escriben cartas nada dicen
juntos se alejan y huyen juntos juntos

Ojos y pies dos cuerpos negros llagan
fosforescentes olas animales
se ponen a dormir y ya no más.



ESPERANZA ORTEGA




En un árbol escrito



Nunca nada de ellos te había conmovido,
ni siquiera sus nombres.
Recogías del suelo
a veces una hoja desprendida a tu paso,
la mirabas ausente
con tosca indiferencia,
segura de su verdor, que iba a responder
con el silencio suyo a tus preguntas, ¿cuándo?

Debajo de sus copas pasó el amor contigo
y aspiraste el perfume
de su hospitalidad ensombrecida,
mas no leíste nunca
su caduca escritura,
los trazos del reflejo inestable del sol
en la sombra que era de tus sueños cobijo.

Ahora no responde, ahora te interroga:
¿desde dónde ha caído esta hoja amarilla
sobre el papel en el que escribes?

Y mientras se deshace
en tus manos su escuálido esqueleto,
le contestas que has visto esta mañana
al mirar a tu hijo
-que de repente es alto, tan alto como ellos-
la esbeltez de sus troncos,
que en su vello incipiente hay restos de resina
e intuyes en sus labios un sabor de raíces.

¿Lo recuerdas ahora? Ése era el mensaje
perenne, de aquella escritura:
en ti había un árbol,
de su copa ha caído esta hoja amarilla.
El árbol que ha brotado de la alfombra invisible
de las horas de espera,
aquél en el que añoras llegar a cobijarte,
bajo la sombra tuya,
junto al tronco soñado
en cuyo cerne estaba escrito este poema.


De "Lo que va a ser de ti"



EUNICE ODIO

  



Poema quinto    (Esterilidad)

                                                  El hombre
                                                 nacido de mujer,
                corto de días y harto de sinsabores;
                              que sale como una flor, y es cortado,
                     y huye como la sombra, y no permanece.
                                                             Job 14, 1 y 2.



Tal como flor que sale
y es cortada,

Con la piel por donde huye
la risa de los niños,

Y llena hasta los muslos
de tristeza;
así es nuestra hermana
en cuyo umbral
naufraga el cuerpo de uso eterno.

Golpe de viento nuevo
inexperto en aromas,
y sin rubor azul ya despreciada sombra,
escombro de oro en sueños por las ramas.

Carne en que tropezara de costado
la gracia del alumbramiento,

Fácil como los signos en reposo
por donde llega de la mano el niño;

Asomada al arrimo,
con media flor y apenas
medio rostro,

Y con el vientre en que tembló
una piedra.

Con un desfiladero en cada pecho,
sola,
venas arriba por los ojos,

Sola
como el primer hombre cuando descubrió
la primera sonrisa
y se volvió,
de pronto,
con todo el cuerpo
a flor de fabuloso labio estremecido,
más solo que antes,
cuando no tenía sonrisa cotidiana
que dividir en dos pedazos triunfales;
cuando no pensaba en el otro
y descendía junto a su piel profunda,
roto entre los sonidos venideros
como pájaro en proyecto por los árboles:
júbilo de vacío jubiloso.

Como huella que cae
clara y sin cuerpo
y no levanta hoja
que al volver por el suelo,
alta de días,
instale al humus su unidad primera,

Así es nuestra hermana.

Secreto cauce
quieto,
agua sin ruido.

Nacida de mujer,
corta de días, y harta de sinsabores;
que sale como una flor, y es cortada,
y huye como la sombra, y no permanece.


sábado, 24 de octubre de 2015

LUIS CERNUDA




Ventana huérfana con cabellos habituales...



Ventana huérfana con cabellos habituales,
Gritos del viento,
Atroz paisaje entre cristal de roca,
Prostituyendo los espejos vivos,
Flores clamando a gritos
Su inocencia anterior a obesidades.

Esas cuevas de luces venenosas
Destrozan los deseos, los durmientes;
Luces como lenguas hendidas
Penetrando en los huesos hasta hallar la carne,
Sin saber que en el fondo no hay fondo,
No hay nada, sino un grito,
Un grito, otro deseo
Sobre una trampa de adormideras crueles.

En un mundo de alambre
Donde el olvido vuela por debajo del suelo,
En un mundo de angustia,
Alcohol amarillento,
Plumas de fiebre,
Ira subiendo a un cielo de vergüenza,
Algún día nuevamente surgirá la flecha
Que abandona el azar
Cuando una estrella muere como otoño para olvidar su sombra.



MARGARITO CUÉLLAR



  
Interpretación del silencio (4)



La tumba del fondo, cubierta por la hierba
y a punto de ser ocupada por muertos más actuales,
es la memoria.
Alguna vez fue guía de la tribu
hoy cae a pedazos como olvido mal puesto
o tradición echada a perder.
Nada recuerda. De sus despojos caen el blanco y el negro,
filmes sin registro de su paso por la civilización.
Silencio, el nuevo dios aclamado por todos.


Marzo 04 de 2014

LUIS ENRIQUE BELMONTE



  
V



Arrimar la mirada hacia estos lados,
hacia esta orilla incierta.
Cambiar de pelambre, robarle secretos al día en fuga,
remojar dolores lejanos en cloroformo.
No hay casa ni árbol que te sostenga, sólo polvillo,
polvillo que suelta el rufián contrabandista
cuando huye en medio de la oscuridad
con canarios y santos petrificados en su alforja.
Y es que siempre se vuelve a tantear
los instantes rebosantes de elegías como elogios
por lo que tanto sufre, por lo que se queja en otra parte,
por el grito y su bachaco subterráneo.
Arrimar la mirada sin barca hacia este naufragio de la orilla,
hacia este nuevo mundo clavado en el pecho, con la señal,
la boba señal que anuncia que es aquí, aquí la pólvora,
aquí la Poesía y sus secuaces,
y el Bufón sobre el tinglado
haciendo del extravío una pirueta
mientras se escuchan las palmas.




EFRAÍN HUERTA




Canción de la doncella del alba
                                                                Para Thelma



Se mete piel adentro
como paloma ciega,
como ciega paloma
cielo adentro.

Mar adentro en la sangre,
adentro de la piel.
Perfumada marea,
veneno y sangre.

Aguja de cristal
en la boca salada.
Marea de piel y sangre,
marea de sal.

Vaso de amarga miel:
sueño dorado,
sueño adentro
de la cegada piel.

Entra a paso despacio,
dormida danza;
entra debajo un ala,
danza despacio.

Domina mi silencio
la voz del alba.
Domíname, doncella,
con tu silencio.

Tómame de la mano,
llévame adentro
de tu callada espuma,
ola en la mano.

Silencio adentro sueño
con lentas pieles,
con labios tan heridos
como mi sueño.

Voy vengo en la ola,
coral y ola,
canto canción de arena
sobre la ola.

Oh doncella de paz,
estatua de mi piel,
llévame de la mano
hacia tu paz.

Búscame piel adentro
anidado en tu axila,
búscame allí,
amor adentro.

Pues entras, fiel paloma,
pisando plumas
como desnuda nube,
nube o paloma.

Debo estar vivo, amor,
para saberte toda,
para beberte toda
en un vaso de amor.

Alerta estoy, doncella
del alba; alerta
al sonoro cristal
de tu origen, doncella.