martes, 27 de marzo de 2012


CLARIBEL ALEGRÍA





El muro de las sonrisas



Cuando el amor se aja
se marchita
se te vuelve amarillo
no hay remedio
sólo te queda
la sonrisa.


Cuando te sientes sola
entre sus brazos
y tu piel es frontera
y no te brota el llanto
sólo te queda
la sonrisa.

Cuando el canto se oxida
y el paisaje
y todo lo vivido
es un espectro
tu único refugio
es la sonrisa:
ese muro cerrado
impenetrable
sin ayeres
sin hoy
y sin mañanas
donde todos los sueños
se hacen trizas.

MIGUEL HERNÁNDEZ




Como el toro he nacido para el luto...



Como el toro he nacido para el luto
y el dolor, como el toro estoy marcado
por un hierro infernal en el costado
y por varón en la ingle con un fruto.

Como el toro lo encuentra diminuto
todo mi corazón desmesurado,
y del rostro del beso enamorado,
como el toro a tu amor se lo disputo.

Como el toro me crezco en el castigo,
la lengua en corazón tengo bañada
y llevo al cuello un vendaval sonoro.

Como el toro te sigo y te persigo,
y dejas mi deseo en una espada,
como el toro burlado, como el toro.

De "El rayo que no cesa"

JOSEFA PARRA






Alter tú



El conjunto de miembros hermosos o la voz
tan dócil que desgarra y hace sangre,
el catálogo ameno de los gestos,
la increíble, la cruel sonrisa, la manera
de deslizar las manos, la deseable rodilla.
Ése que muestras no es el que yo quiero.
Te he recreado, otro, a mi capricho,
más invisible y menos complicado,
y te he inventado casa y nombre propios,
secretísimo mío, para poder hallarte.
    Qué bello te despiertas conmigo en la alborada;
si tú pudieras verte...

De "Alcoba del agua" 2002

ALBERTO DESTÉPHEN




Palabras líquidas



Ven, vamos
a las líquidas señales.

A la lozanía de las vertientes,
a los aromas,
al agua de los arroyos.

A los pájaros azules de los ríos,
a los pechos de la luna,
a las lunas de tus pechos.

Al agua que está cayendo
en mis manos,
del agua de tus manos.

Del libro “Manzanos del Edén”



JUAN GELMAN




El juego en que andamos



Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta salud de saber que estamos muy enfermos,
esta dicha de andar tan infelices.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta inocencia de no ser un inocente,
esta pureza en que ando por impuro.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
este amor con que odio,
esta esperanza que come panes desesperados.
Aquí pasa, señores,
que me juego la muerte.