viernes, 16 de septiembre de 2016


CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE




El mundo es grande y cabe ...



El mundo es grande y cabe
en esta ventana sobre el mar.
El mar es grande y cabe
en la cama y en el colchón de amar.
El amor es grande y cabe
en el breve espacio de besar.



LUIS DE CAMÖENS



  
Jacob

"Mais servira, se náo fóra
para tam largo amor tam curta a vida!"



Siete años de pastor Jacob servía
al padre de Raquel, serrana bella;
no pensaba en Labán, pensaba en ella,
ella era el premio que su afán quería.

Los días, esperando un solo día
pasaba, contentándose con vella;
pero Labán, con pérfida querella,
en lugar de Raquelle daba a Lía.

Al ver Jacob que sin razón le niega
Labán artero aquella prenda cara,
cual si no la tuviese merecida,

otros siete años a servir se entrega
diciendo: «¡Más sirviera, si bastara
a tan larga pasión tan corta vida!»


Versión de José Joaquín Casas


MARÍA SANZ




En la morada de la luz escribo...



En la morada de la luz escribo
con una transparencia contenida,
que me hace hueco, que me desenvuelve
de tanta noche cruel y su amenaza.
Voy de camino, siempre voy, a solas
por las estancias donde iba antes
de saber que ya no tengo regreso.
En la morada de la luz, del cálido
perfume que conforta mis poemas
escribo hacia delante, como vivo.


VICTORIA LOVELL

  


Condición femenina



Lame succiona roza
repite el gesto ancestral
sabe que no traducirá
un ideograma que se deja amar.



RAUL ORLANDO ARTOLA




sorpresa



A la noche
al terminar de comer
repasamos la mesa
queda todo limpio.
Por la mañana
siempre aparecen
miguitas
que no habíamos visto.


MARÍA ZAMBRANO




Geografía de la aurora



     Y las piedras preciosas, esas grutas de esmeraldas que nacen en sueños y al soñante acogen tan de verdad que éste conserva en la vigilia las huellas del tacto, a veces hecho memoria tanto o más que un lugar simplemente natural; y el color que sin nombre sostiene la retina por años, por duraciones sin fin, ese color visto tan sólo en sueños y ese felicísimo estar en la gruta, y aun el poder volver a ella encontrándola en tierras lejanas bañadas por otra luz. ¿Cómo suceden, cómo están ahí asequibles aunque no enteramente, y sin sombra alguna de terror, cosa tan extraña a toda gruta desconocida, por insignificante que sea? Este no tener, y no esperar, este estar sin esfuerzo alguno, esta patria perdida o esperada, donde se ha entrado sin saber cómo ni por qué, sin esperanza ni temor. Y ese vivir sin anhelar, ni apetecer, sin añorar sin soñar, duerme al fin en su gruta sin soñar señor alguno, que le haya herido y sin soñarse él a sí mismo, olvidado de toda herida.

     El ciervo reposa sin herida, apoyada su cabeza sobre una piedra, flor azul.