jueves, 11 de enero de 2018


CAMILO PESSANHA




Camino



Un día en el camino me encontraste
siguiendo el rastro de algo que no sé.
Con un ¡buen día! yo te saludé,
que yendo solo la jornada es grande.
Está muy lejos y hay muchos espinos!
Descansaste, también yo descansé...
y donde te acodaste me acodé,
bebiendo tú y yo del mismo vino.
Está en el monte crespo, solitario.
Corta el pie como piedra de calvario.
¡como la arena quema!... Mientras tanto
lloramos el dolor de cada uno...
y el vino en que lloraste era común.
Tuvimos que beber del mismo llanto.


Versión de Amador Palacios


DAVID ESCOBAR GALINDO





Diálogo en la tiniebla



No busco la verdad, pero persigo
su estela cautivante, su aleteo
que es la réplica infiel de lo que creo
y el huidizo fulgor de lo que digo.

La verdad absoluta es un castigo
que quizás no merezca mi deseo.
Y su ausencia es el último trofeo
que desvela mi angustia de testigo.

Me quedo con la flor de la pregunta,
aspirando el aroma sin respuesta,
dejando que el silencio apenas hable.

Y al sentir que la lágrima despunta,
la verdad, como un grillo, me contesta
desde el jardín del vértigo insondable.


FRANCISCO GALVEZ




Erosión



Ni la hosca piedra ni el metal más noble.
Una hoja seca en las páginas de un libro
y un cuerpo envejecido nada esperan,
si el tacto ya no existe.
Sólo ver respirar el mundo
y en silencio escuchar la música
que una espaciosa nube le ocupa.
Destino tenaz, naturaleza.


De: "Iluminación de las sombras" 



YOSA BUSON




Te vas, –

¡Qué largo el camino!
¡Qué verdes los sauces!

JORGE ROBLEDO ORTIZ




La mujer imposible


Bella como la noche y como ella insegura
la mujer imposible llegó a mi corazón.
Tenía en la mirada un poco de amargura
y tal vez un poquito de menos ilusión.

No dije una palabra. Respeté la ternura
que sellaba sus labios a toda confesión.
Una anillo de llanto suplía en su cintura
la vanidad coqueta del fino cinturón.

Su voz era la misma. Un poco más callada
como si presintiera que estaba la alborada
reuniendo silencios para poder nacer.

No adelanté un reproche. No quise interrogarla
y comprendí que el llanto que estaba por llamarla
jamás a mi cariño la dejaría volver.


MARÍA CLARA GONZALEZ




Desde siempre



Tu paso
-de una sílaba-
por mi larga fila
de palabras vacías
estaba anunciado desde siempre

Tu paso de ecos
como la lluvia
de tu tierra amada
era realidad antes de verte

Tu paso
de cascabel y gaita
era lo que en mi alma acontecía
cuando la visitaban de niña los presagios


De "Pasajeros del viento"