miércoles, 25 de diciembre de 2019


GOYA GUTIERREZ





Ciudad de los tranvías

                                                                 A Antoni Gaudí



los azules y verdes se entibiaban
hacia malvas y púrpuras,
como hogar encendido crepitaba la tarde,
y Ariadna
en sus ojos de niña, silenciosa
apresaba
el vuelo de las hojas y el ondear de un hilo:
estrechos ríos férreos surcaban
la ciudad de luciérnagas,

hasta la estancia mirador
llegaban aquellas dulces voces
de los locutores
que ella creía, habitaban allí,
felices y encantados por un mago
en aquel pequeño laberinto de cables,
misterioso

detrás del balcón y sobre el balancín
Ariadna se quedó dormida,
y en su sueño el crepúsculo
la condujo a una cueva
de galerías infinitas y abiertas puertas,
y ventanas que penetraban
en habitaciones de árboles
que daban al fondo
de un batiente mar
de danza planetaria,
y allí estaba él: genio, vate, Dédalo,
inmerso en el arte
y juego sin fin,
recorriendo casi agónicamente
con sus manos
el insondable espacio,
pesarosos los ojos
de no poder darle alcance al tiempo,
inagotable búsqueda, en sus dedos
apareció el extremo de un hilo,
corriente que lo arrastró hacia fuera,

un antiguo clochard se confundía
entre la muchedumbre ajena
en su mano una moneda para regar
aquel jardín eterno, abandonado
en la ciudad ausente, dormida
entre sus pasos,

Ariadna despertó violentamente,
tras los cristales el rostro
enmarcado en una conocida elipse,
y en las dos ondas verticales
de aquel número
raigambre
de obra, vida y muerte

sobre aquellos dos hilos paralelos
y negros, un cuerpo
desvencijado, anónimo,
y el parpadeo tenue
de una vieja luciérnaga


De: "La mirada y el viaje"


JORGE ENRIQUE ADOUM





It was the lark, Bichito, no nightingale



No es fácil injertarse en ti, ísima mía.
Me doy cuenta de que fue risa y no tos
lo que te dije, y debo despensar las cosas
que puse en tu silencio, y salir de tus bocas de ganosa
y dejarte, mitad sola, gastada por mis vellos.
Es el día consuetudinario, conozco su censura.
Se diría que el agua usada del llanto desbordara
de anteojos, baúles, bodegas, por mi culpa,
que todas las guerras que pasen amarradas
se fueran galopando a comer, sólo porque
me olvidé de sufrir anoche, y fuera el centinela,
o me hubiera ido a volver, descuidando la tierra.

No es fácil ser feliz: primero, no nos dejan
y, quién sabe, será también la falta de costumbre
o tal vez haya que aprender, pero cómo, desterrado.
Metí amor en esa habitación de cejijunto,
en esta sólida soledad que debo hacer a un lado
pues no cabemos ya los dos al mismo tiempo,
mas parece que hubiera que aguantar toda la vida,
hacer cola en el mundo, esperar que los demás
pasen primero a casarse o comer o a sus negocios,
para empezar a vivir sin sentirse culpable.
conmutándome a tu lado la pena de durar.


De: “Curriculum mortis”


HOWARD PHILLIPS LOVECRAFT





XXVIII. Expectación



No sabría decir por qué algunas cosas me producen
Una sensación de maravillas inexploradas por venir,
O de grieta en el muro del horizonte
Que se abre a mundos donde s6lo los dioses pueden vivir.
Es una expectación vaga, sin aliento,
Como de grandes pompas antiguas que recuerdo a medias,
O de aventuras salvajes, incorpóreas,
Plenas de éxtasis y libres como un ensueño.

La encuentro en puestas de sol y en extrañas agujas urbanas,
En viejos pueblos y bosques y cañadas brumosas,
En los vientos del Sur, en el mar, en collados y ciudades iluminadas,
En viejos jardines, en canciones entreoídas y en los fuegos de la luna.
Pero aunque sólo por su encanto vale la pena vivir la vida
Nadie alcanza ni adivina el don que insinúa.


De: "Hongos de Yuggoth"
Versión de Juan Antonio Santos y Sonia Trebelt


CARL SANDBURG





Baño



Un hombre vio el mundo entero como una calavera
riente y un par de huesos cruzados. La carne rosada de la
vida se encogió hasta desaparecer de todos los rostros.
Nada cuenta, nada. Todo es falsedad. Polvo al polvo, ceniza
a las cenizas, y una antigua tiniebla y un silencio inútil.
Lo había visto todo. Fue entonces a un concierto de Mischa
Elman. En dos horas, las olas de sonido le golpetearon los
tímpanos. La música se llevó por delante algo, no sé qué,
de su interior. La música derribó y reconstruyó algo en su
cabeza, no sé bien qué, o en su corazón. Aplaudió durante
los cinco bises que dio el joven judío ruso con el violín. Al
salir, dio con las suelas en la acera de una manera nueva.
Era el mismo hombre, en el mismo mundo de antes. Sólo
que existía un fuego que canta y un ascenso de rosas
perennes sobre el mundo entero que contemplaba.
  

De: "Poemas de Chicago"
Versión de Miguel Martínez-Lage



DULCE MARÍA LOYNAS





Amor es...



Amar la gracia delicada
del cisne azul y de la rosa rosa;
amar la luz del alba
y la de las estrellas que se abren
y la de las sonrisas que se alargan...
Amar la plenitud del árbol,
amar la música del agua
y la dulzura de la fruta
y la dulzura de las almas dulces....
Amar lo amable, no es amor:

Amor es ponerse de almohada
para el cansancio de cada día;
es ponerse de sol vivo
en el ansia de la semilla ciega
que perdió el rumbo de la luz,
aprisionada por su tierra,
vencida por su misma tierra...

Amor es desenredar marañas
de caminos en la tiniebla:
¡Amor es ser camino y ser escala!
Amor es este amar lo que nos duele,
lo que nos sangra bien adentro...

Es entrarse en la entraña de la noche
y adivinarle la estrella en germen...
¡La esperanza de la estrella!...

Amor es amar desde la raíz negra.
Amor es perdonar;
y lo que es más que perdonar,
es comprender...
Amor es apretarse a la cruz,
y clavarse a la cruz,
y morir y resucitar ...

¡Amor es resucitar!


DIEGO DE TORRES VILLARROEL





Escribe a Lesbia ausente...



Madrugo a la primera luz del día,
después de un leve sueño moderado,
y sólo tiene el sueño de pesado,
no dormir con tus ojos, Lesbia mía.

Me sigue inseparable esta porfía,
de mi contemplación y tu cuidado,
en la casa, en el monte y en el prado,
y en la estación más cálida y más fría;

en la mesa contemplo tu semblante,
llega la noche y véote patente;
pues aunque el alma me reprenda amante,

¿cómo puede creer que estás ausente,
si no hay hora, minuto, ni hay instante
que no te mire en ella muy presente?