It was the lark, Bichito, no nightingale
No
es fácil injertarse en ti, ísima mía.
Me
doy cuenta de que fue risa y no tos
lo
que te dije, y debo despensar las cosas
que
puse en tu silencio, y salir de tus bocas de ganosa
y
dejarte, mitad sola, gastada por mis vellos.
Es
el día consuetudinario, conozco su censura.
Se
diría que el agua usada del llanto desbordara
de
anteojos, baúles, bodegas, por mi culpa,
que
todas las guerras que pasen amarradas
se
fueran galopando a comer, sólo porque
me
olvidé de sufrir anoche, y fuera el centinela,
o
me hubiera ido a volver, descuidando la tierra.
No
es fácil ser feliz: primero, no nos dejan
y,
quién sabe, será también la falta de costumbre
o
tal vez haya que aprender, pero cómo, desterrado.
Metí
amor en esa habitación de cejijunto,
en
esta sólida soledad que debo hacer a un lado
pues
no cabemos ya los dos al mismo tiempo,
mas
parece que hubiera que aguantar toda la vida,
hacer
cola en el mundo, esperar que los demás
pasen
primero a casarse o comer o a sus negocios,
para
empezar a vivir sin sentirse culpable.
conmutándome
a tu lado la pena de durar.
De: “Curriculum mortis”
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