miércoles, 30 de septiembre de 2015

ALFONSO REYES OCHOA




A Enrique González Martínez



Muchas sendas hollé, muchos caminos
Solicitaron el afán creciente,
De contrastar los usos de la gente
Y confundirme con los peregrinos.

Mezclaba los sabores de los vinos
En cada clima caprichosamente,
Y yo no sé si ello fue prudente
O si mis pasos fueron desatinos.

Había que buscar la ruta cierta
Y ceñir el desborde con el dique.
Volví cansado, procuré la puerta...

Y déjame, poeta, que lo explique
Como quien se despoja y se liberta:
Tú estabas a la puerta, claro Enrique.


SALVADOR NOVO




Junto a tu cuerpo



Junto a tu cuerpo totalmente entregado al mío
Junto a tus hombros tersos de que nacen las rutas de tu abrazo,
De que nacen tu voz y tus miradas, claras y remotas,
Sentí de pronto el infinito vacío de su ausencia.
Si todos estos años que me falta
Como una planta trepadora que se coge del viento
He sentido que llega o que regresa en cada contacto
Y ávidamente rasgo todos los días un mensaje que nada contiene sino una fecha
Y su nombre se agranda y vibra cada vez más profundamente
Porque su voz no era más que para mi oído,
Porque cegó mis ojos cuando apartó los suyos
Y mi alma es como un gran templo deshabitado.
Pero este cuerpo tuyo es un dios extraño
Forjado en mis recuerdos, reflejo de mí mismo,
Suave de mi tersura, grande por mis deseos,
Máscara
Estatua que he erigido a su memoria.



JAIME SABINES GUTIÉRREZ




Ayer estuve observando



Ayer estuve observando a los animales
Y me puse a pensar en ti.
Las hembras son más tersas,
Más suaves y más dañinas.
Antes de entregarse maltratan al macho,
O huyen, se defienden.

¿Por qué? Te he visto a ti también,
Como las palomas, enardeciéndote
Cuando yo estoy tranquilo.
¿Es que tu sangre y la mía se encienden
A diferentes horas?

Ahora que estás dormida debías responderme.
Tu respiración es tranquila y tienes
El rostro desatado y los labios abiertos.
Podrías decirlo todo sin aflicción, sin risas.

¿Es que somos distintos? ¿No te hicieron, pues,
De mi costado? ¿No me dueles?

Cuando estoy en ti, cuando me hago pequeño
Y me abrazas y me envuelves y te cierras
Como la flor con el insecto,
Sé algo, sabemos algo.
La hembra es siempre más grande, de algún modo.

Nosotros nos salvamos de la muerte.
¿Por qué? Todas las noches nos salvamos.
Quedamos juntos, en nuestros brazos,
Y yo empiezo a crecer como el día.

Algo he de andar buscando en ti,
Algo mío que tú eres y que no has de darme nunca.

¿Por qué nos separaron? Me haces falta para andar,
Para ver, como un tercer ojo,
Como otro pie que sólo yo sé que tuve.



JAIME MARIO TORRES BODET




Agosto



Va a llover... Lo ha dicho al césped
El canto fresco del río;
El viento lo ha dicho al bosque
Y el bosque al viento y al río...

Va a llover... Crujen las ramas
Y huele a sombra en los pinos...

Naufraga en verde el paisaje...
Pasan pájaros perdidos...

¡Qué solo te quedas tú
Pobre corazón sin nido!


JORGE CUESTA PORTE-PETIT




Amor en sombra



Abro de amor a ti mi sangre rota,
Para invadirte sin saberte amada.
El íntimo sollozo es negra espada
Que en la dureza de su luz se embota.

Al borde de mi sombra tu alma brota,
Así mi linde está más amparada.
Y aunque la fuga es más precipitada
Tu ausencia es cada vez menos remota.

Tu luz es lo que más me apesadumbra
Y si enciendes mis ojos con tu vida
El corazón me dobla la penumbra.

Mi soledad tu nombre dilapida
A la sombra del aire que te encumbra
Y apaga el lujo de tu voz vencida.



ALBERTO RUY SÁNCHEZ LACY




El reclamo del colibrí



Dejaste que el sueño te invadiera
Como un río metiéndose en tus venas.
El sueño del silencio, el de la noche larga.
Y al despertar te fuiste con el sueño.

Vamos a enterrar lo que olvidaste:
Tu rostro sin llanto ni sonrisas,
Tus manos sin fuerza ni ternura,
Tus pies sin pasos,
Tus ojos hacia adentro,
Tu boca sin hambre,
El frío que te cubre como un velo invisible,
El dolor que ya no sientes y nos dejas.

Pasaremos por aquí sin verte.
Nos sentaremos en tu silla.
Dormiremos en tu cama.