viernes, 18 de julio de 2014

LUIS PALÉS MATOS


 

Matinal

Para Carmen Obén

 

El letargo padece despertamientos;
Palpita entre las frondas rumor de oleaje,
Y una llovizna sueña desgreñamientos
De cristales sutiles, sobre el ramaje.

Como un orientalismo de ensoñamientos
La neblina recoge su tul de encaje.
¿Qué efervescencia pone sacudimientos
En la pereza rústica del paisaje?

Un trino cristalino lejano suena,
Y Polimnia desflora su cantilena
En el glú-glú risueño de la fontana:

Febo guiña indeciso detrás del monte,
Y explota en llamaradas el horizonte
Al ósculo candente de la mañana.

 

 

 

JOSÉ GAUTIER BENÍTEZ


 

Las aves de paso

 

El cielo está en calma, la tarde serena,
y el sol declinando;
y al valle tranquilo dirigen su vuelo
las aves de paso.

Se ignoran sus nombres, que vienen de lejos,
de climas extraños,
y todos las miran, mas nadie conoce
las aves de paso,

las blancas palomas, que siempre tranquilas
el valle habitaron,
reciben alegres, con tiernos arrullos,
las aves de paso.

Que al fin ellas vienen de incógnitos valles
y es dulce su canto;
tal vez es por raras, que halagan, seducen,
las aves de paso.

Y aunque hay en el valle rendidos amantes
de cuello nevado,
prefieren las blancas palomas sencillas,
las aves de paso.

Mas ¡ay!, que saciadas al fin de caricias,
de nidos y granos,
de nuevo levantan su rápido vuelo
las aves de paso.

Y al verse burladas las pobres palomas,
exclaman cantando:
Malhaya la incauta que alberga en su nido
las aves de paso.

 

 

 

FRANCISCO MANRIQUE CABRERA


  

Romance meñique

 

A traición daba la luna
golpes de plata en la selva.
Las estrellas se persiguen.
El arroyo se destrenza.

Sentada junto al silencio
en un rincón de su verja,
sus manos, marfil y nácar
sobre sus rodillas piensan.
¿Qué les sucede, y por qué,
a su cabellera suelta,
y a sus ojos que galopan
sobre la llanura inmensa?

Sus plantas besaron luego
el perfil de la montaña,
mientras que sobre las rocas
a traición la luna daba.
Por el ojo de una aguja
se escapa la madrugada,
y la naranja del cielo
cada vez está más agria.

Luego se supo un cantar
que quizás trajera el viento:

-Mi padre quiso casarme
con el rico avaro invierno,
mas mis ojos eran llamas,
mis labios eran de fuego,
y una noche en que atrevido
se subió el frío a mi lecho
me amamantó la montaña
amargamente en su seno.

La luna bulle en el prado.
Hay una quietud patética.
Las estrellas se persiguen;
el arroyo se destrenza.
A traición daba la luna
golpes de plata en la selva.

 

 

FRANCISCO MATOS PAOLI


 


¿QUÉ VOY A HACER CON EL HECHO, con el praxista desconsiderado
que no cree en mí?
Alguien desea ardientemente acortarme las alas,
seccionarme en el objeto desnudo,
volcarme en la refriega del que empieza siempre
a no interpretar . . .
No es tan válido el útil que me ofreces
a cambio del suicidio de los astros.
No insistas, camarada,
yo no debo callar ante la madrépora gigante
cubierta de algas. No debo callar ante los corales primigenios
que conocí cuando era niño,
no debo callar.

 
De: Contra la interpretación

 

 

JOSÉ LUIS VEGA


 

Bajo los efectos de la poesía

 
 

Bajo los efectos de la poesía
es posible viajar a la velocidad del pensamiento,
mirar el mundo entero flamear,
tocar con la punta de la lengua las estrellas,
soñar con la justicia universal.

Bajo los efectos de la poesía,
usted no es responsable de sus actos:
hablará en lengua extraña,
hará cópulas públicas,
cabalgará centauros.

Bajos los efectos de la poesía,
se ven blancas galaxias expandiéndose
en el ojo de la cerradura
y violines viejísimos
mudando el polvo de sus plumas.

No importa cuál sea su pasión,
fe, raza, sexo edad
o ensoñación política,
no debe avergonzarse de volar
bajo los efectos de la poesía.

 

De: Bajo los efectos de la poesía.

 

 

NIMIA VICENS


 


Presagio
 

 

En mi verso se afina
un lullaby de llamas...
Las estrellas bajaron
para cantarlo:
Sueño de amor no es sueño
tan afinado.
Pasión de amor no viva
es tan fina llama.
En hilo tembloroso
mecido el frío.
Claves de soles buscan
los pentagramas.
Lloviznada de luces
la hamaca ahumada.
La soledad más sola
en las alboradas.
Mécete que te mece
mi pena larga...
Las estrellas se lloran
sobre mi falda.
La ausencia primorosa
que arde en mis llamas.