Las aves de paso
El
cielo está en calma, la tarde serena,
y el sol declinando;
y al valle tranquilo dirigen su vuelo
las aves de paso.
y el sol declinando;
y al valle tranquilo dirigen su vuelo
las aves de paso.
Se
ignoran sus nombres, que vienen de lejos,
de climas extraños,
y todos las miran, mas nadie conoce
las aves de paso,
de climas extraños,
y todos las miran, mas nadie conoce
las aves de paso,
las
blancas palomas, que siempre tranquilas
el valle habitaron,
reciben alegres, con tiernos arrullos,
las aves de paso.
el valle habitaron,
reciben alegres, con tiernos arrullos,
las aves de paso.
Que
al fin ellas vienen de incógnitos valles
y es dulce su canto;
tal vez es por raras, que halagan, seducen,
las aves de paso.
y es dulce su canto;
tal vez es por raras, que halagan, seducen,
las aves de paso.
Y
aunque hay en el valle rendidos amantes
de cuello nevado,
prefieren las blancas palomas sencillas,
las aves de paso.
de cuello nevado,
prefieren las blancas palomas sencillas,
las aves de paso.
Mas
¡ay!, que saciadas al fin de caricias,
de nidos y granos,
de nuevo levantan su rápido vuelo
las aves de paso.
de nidos y granos,
de nuevo levantan su rápido vuelo
las aves de paso.
Y al
verse burladas las pobres palomas,
exclaman cantando:
Malhaya la incauta que alberga en su nido
las aves de paso.
exclaman cantando:
Malhaya la incauta que alberga en su nido
las aves de paso.
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