"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
viernes, 3 de septiembre de 2021
DENISSE VARGAS
Ausencia
Salir mientras
adentro se nos queda
aquello que buscamos.
Enrique Lihn
Todavía
guardo en el armario
los juguetes que más te gustaban
por si alguien encuentra tu niñez en algún callejón
y nos la devuelve.
Guardo tus libros aunque tus ojos
ya no buscan compañía.
En estas cajas hay pedazos de todo lo que fuiste,
fotos en que corres por el parque junto a otros niños
y tu risa no se distingue de la de ellos.
He aprendido a no abrirlas,
tu ausencia es un cuarto inundado
con el agua a la altura de mi cuello.
Solo tu voz no cabe en ningún cajón:
las pocas palabras que dejaste atrás
se filtran por las goteras de mi memoria.
A veces creo escuchar una en particular,
aquella palabra infinita a la que acudías
cuando pesaba demasiado el ruido de este mundo
contra el silencio de tus tardes,
aquélla que por un segundo
nos salvaba a ambas.
Hoy, cuando creo escucharla,
siento que las dos nos ahogamos.
LAURA CÁRDENAS
Adolescencia
1
Mi
maestro, me mira diferente. El libro que leí. Los hombres,
las mujeres provocan, los hombres. Mi miedo, mi maestro, mis
piernas, mi busto. Me enconcho. Adiós busto, mi busto está
allí, mis piernas, mi busto. No existo.
DIEGO ALEXANDER
Para llegar a puerto
Casi
he llegado a puerto.
Después de un largo viaje,
de navegar sin rumbo, sin cartas y sin brújula,
hoy he visto de nuevo la orilla que me aguarda.
Llego sin tripulantes.
Soy solo yo, capitán y vigía de mi nave cansada,
esta nave que un día, un día ya remoto,
se dio a la mar con ansias de embriagarse del mundo
y vagar con las olas en aguas cuyo nombre
no ha sido pronunciado (secretamente,
tenía la certeza de que incluso las olas,
un día con buen viento, llegan hasta la costa).
Casi he llegado a puerto,
tan solo me hace falta fijar el rumbo exacto,
encontrar un motivo y echar por fin las anclas.
Tan solo necesito una palabra, para llegar
a puerto una palabra,
dime tu nombre, esa palabra exacta,
y mi navío, te lo prometo, se anclará cada noche en tu orilla,
en tu cuerpo.
Tan solo necesito una palabra, para llegar
a puerto una palabra,
dime tu nombre.
MIGUEL SANZ CHUNG
Cada
mañana, cuando me planto frente
al espejo, a falta de hierba que recortar
o flores que puedan simular una
sonrisa, rastrillo la grava que me da
cuerpo, reacomodo las piedras de mis
ojos y las elevo hacia el cielo raso
para que la luz artificial las ilumine
como el sol al desierto.
LUIS ALONSO CRUZ
Adán
Todo
esto me pertenece,
aún en sueños, muy cerca del alba.
Veo el extenso campo para mis descendientes
no hay reloj de inicio, no hay tiempo que corra.
Es apacible el ojo, que no contiene furias
que no sabe del terror
ni es líquido.
“Habrá noches retumbantes,
cascos y sonidos de guerra
pero siempre la mano protege la semilla
negra”
Es
perfecta la armonía de las esferas,
cantos suaves de seres alados
y las miradas en la rueda perpetua.
“Alguien dibuja la catástrofe,
la semilla pronto será manzana”
De: “El Evangelio según los Ángeles”
PABLO ROMAY
Náufrago de tu océano
Soy
todo tuyo, me posees
atraes
con un movimiento
una
mirada, me quita el miedo, la ropa
me
rodeas como noche bendita
siento
mi piel hundirse en ti
tu
inmensidad
tiemblas,
tu océano se encrespa
tus
blancas olas se agitan
avanza
la tormenta
me
inundas
me
estremezco
te
abrazo
como
náufrago a medio mar
te
aferro rendido
me
entrego
me
dejo ir
me
voy
te
despliego mis entrañas
y
caigo
me
recuesto en ti… ahogado.