sábado, 8 de abril de 2017


ARTURO ZAFRA MORENO




Nunca quise verme así



¿Qué queréis que os diga?
¿He cumplido alguna especie de sueño?
¿He hallado alguna ruta de escape?
No.
No he sido capaz de hacer nada.
Estaba rozando el cuerno del diablo
dentro de un destino inexorable.
No estaba escrito antes de mi nacimiento.
Ni se esclareció cuando aún era un crío.
Lo creé con mis mentiras y triquiñuelas
y mis actos más que discutibles
moralmente.

Acabo de bajar del bus
equipado con una mochila y arrastrando
una maleta en mitad de la noche
como un universitario de verdad
como uno de aquellos jóvenes con rostros
mortecinos
como un alma herida.
Jueves universitario; chicas que ni estudian
vienen aquí dispuestas a dar y quitárselo todo
en locales de música ensordecedora
y baboseadas por tipos que llevan tres meses
en el gimnasio
y ya se creen que valen algo.

No quiero eso. Nadie puede desearlo.
La palabra FUTURO moviliza a más
de una generación a creer que
la están alcanzando.
Vienen por cambiar de aires,
huir de sus pueblos,
ver edificios de más de diez plantas,
vivir en uno de ellos,
locales nocturnos repartidos como condones
en el basurero,
ven grandes aventuras u oportunidades
en cada baldosa.

Nunca quise verme como me he visto hoy.
Un grupo de jóvenes hablan y cantan y ríen
bajo mi ventana.
Son las voces y canciones y risas de una generación
que viven como si valiera la pena hacerlo.




ROBERTO CIGNONI





Quizá, ni un horizonte por vencer
te alces ahora con el ojo
birlado al ciego. Quizá


ante él, hecho de nunca
el día se sepa una
palabra. ¿Comprendes?
aún , sobre fondo de estrella
nos ase lo oscuro por los cuatro
nortes de verdades. Yo


oculto en ti
para que también un hoy nos descubra
junto a la primer amígdala
estibadora de silencio.


De: “Ceros de la lengua”


CLAUDIO PORTIGLIA




Mañana de domingo



Una mañana de domingo alguien recoge lo que quedó del sábado
remueve la cama y alisa las sábanas
mira por la ventana para ver si hay sol antes de amontonar en la pileta lo que habrá de lavarse más tarde
pone música o enciende el televisor
llena la pava
y mientras tanto vuelve hasta ese hueco sobre el colchón desnudo
donde ha quedado un rastro algún perfume pocas líneas un beso dibujado
y se acomoda en él como si el tiempo en un punto pudiera eternizarse



SILVIA MAZAR





Hay algo dentro mío sin terminar
que levanta unas lágrimas marrones
cuando la risa
me deja descalza frente a la ventana
Hay unos apuntes sin ordenar que
bajan los aleros de aquella casa
hasta el patio dormido en uvas
en canciones desarmadas
que muestran sus dientes blancos
de tal dulzura
que da miedo
por aquellos con quienes volamos distintos cielos
y no recordamos
a pesar de sus alas


De: “Otras son de arena”



LUIS BACIGALUPO




La libación y los oficios



Precisamente altivo había ido
a oír misa.

Descansaba mi pueblo según la siesta lo quería.

Lateral y supino,
sin otra recompensa que el cuerpo de la virgen
de regreso del cepo y de la pira.

La libré del mal
cuando en blando mal dormía
como cordero que en pradera pace y se tiende
boca arriba.

En víspera del séptimo día
doblaron las campanas
y ardió el cirio envuelto en ancho resplandor.

De los sepulcros se alzaron los muertos,
bien dispuestos.

Anhelaban beber la sangre de la herida
vertiente de la vida.

Y era fatigosa la imprecisión de esa fatiga
y codiciada
cuando su sangre me anegó.

Harto y uno volví donde moraba sin morada.

Mi pueblo descansaba en paz.


De: “Mixtión”



NILDA BARBA





nave fantasma
el espejo al final del pasillo
carga espejismos    simulacros
desde los orígenes
en los instantes de la memoria

la ve acercarse
por el pasaje angosto
ella lleva palabras para decir
lo que nunca había podido
lo que nunca
se había fabricado un mundo
el dorso de la nave recuerda
lo que ella había imaginado estar viviendo
ella se detiene
la superficie bruñida
le devuelve una imagen
que casi no respira
ahora entra
ahora intenta reconstruirse
con las palabras

es una cuestión personal


De: “Al final del pasillo”